Mientras el canciller Rodolfo Nin Novoa cuestionaba al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, su antecesor en el Ministerio de Relaciones Internacionales, este se desdijo de sus palabras sobre no descartar una intervención militar en Venezuela, pero les pidió a los dirigentes del Frente Amplio (FA) que “no sean imbéciles” y que dejen de defender a “torturadores, asesinos” y dictaduras.

“Lo que ha planteado Almagro es absolutamente contrario a la vocación nacional. Si hay alguna palabra que Uruguay detesta es la palabra ‘intervención’”, aseguró Nin Novoa ayer, en una rueda de prensa. Según dijo, una eventual intervención en Venezuela sólo traería “más muertes y sangre”. En la jornada, la cancillería formalizó su postura mediante un comunicado en el que se asegura que “independientemente de las circunstancias que se invoquen, Uruguay no respaldará jamás, en ningún ámbito, una intervención armada en ningún país de la región, como pretendida solución a una crisis interna”.

Ayer, en una entrevista con Océano FM, Almagro aseguró que él no está sugiriendo una intervención militar en Venezuela, y sostuvo que la OEA “condena la ilegitimidad de cualquier ataque armado o invasión que se dé en el continente o fuera de él”. Pero el ex canciller también fue consultado acerca de la declaración que hizo el Secretariado del FA condenando sus dichos, y de la solicitud del Partido Comunista del Uruguay de que sea expulsado de la fuerza política. “Me preocupa que la izquierda todavía tenga esa dicotomía entre totalitarismo y democracia. La izquierda, en mi concepción, desde los años 90 era paladín de la democracia en el continente. ¿Por qué razón la izquierda hoy tiene esa discusión que avala formas totalitarias, dictatoriales y formas de partido único? Es incomprensible para mí. Estoy a una distancia sideral de eso y no soy el único uruguayo de izquierda que piensa así”, sostuvo. Luego argumentó que uno de los cancilleres del FA que lo precedieron en el cargo, el hoy difunto Reinaldo Gargano, “se oponía a la existencia de partido único y por eso nunca fue invitado a Cuba”. Para el ex ministro, en el FA hay quienes “defienden dictaduras, defienden opresión, represión, tortura, y defienden a los torturadores, a los asesinos, a los que violan a los presos políticos”. “No sean ridículos, no sean imbéciles”, increpó. Finalmente, dijo que no se iba a comunicar especialmente con nadie del FA por su pedido de expulsión, aunque aseguró que está dispuesto “a dar la discusión donde sea y como sea”, incluso en el Tribunal de Conducta Política del FA.

En tanto, el presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del FA, José Bayardi, consideró en diálogo con la diaria que Almagro “ya está afuera” de la fuerza política, pero agregó que si alguien quiere realizar una expulsión “a texto expreso”, él la apoyará. “Ha estado propiciando una solución que no ha pasado por la vía del diálogo, sino por la beligerancia, y no lo ha dicho solamente en Cúcuta la semana pasada, sino también en conferencias desde 2016. Esa posición ubica a Almagro fuera de la política de relaciones exteriores de Uruguay y del FA”, sostuvo. Para el ex ministro de Defensa Nacional y de Trabajo y Seguridad Social, Almagro se extralimita al hacer este tipo de comentarios, ya que en su actual cargo “es representante de todos los estados, lo que transforma esto en un problema ético y político de la OEA”.