Hoy a las 17.00 se colocará una placa en la calle General Flores 4060 esquina Manuel Arrotea, donde hace 35 años se realizó el “ayuno de Serpaj”, uno de los hitos del fin de la dictadura cívico-militar.
El Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) había comenzado a trabajar en 1981 en torno a la defensa de los derechos humanos. En julio de 1983, tras la represión gubernamental de una manifestación estudiantil, que incluyó torturas y violaciones, el Serpaj decidió organizar una protesta en forma de ayuno por parte de los sacerdotes católicos Luis Perico Pérez Aguirre y Jorge Osorio, y del pastor metodista Ademar Olivera. Los militares intentaron impedir el acceso de visitantes a los religiosos, y el ayuno se extendió del 11 al 25 de agosto, día en que la población hizo una caceroleada y apagón generalizado.