A 15 kilómetros de la localidad San Jorge, en Durazno, vive Verónica Artola, titular de un establecimiento rural que destina a la cría de ganado. En 2013, Artola recurrió al empresario del taxi y productor rural Óscar Dourado en busca de asistencia financiera para cancelar una hipoteca por la que había acumulado una gran deuda. Poco después comenzaron los problemas entre ambos. Según informó Subrayado, en la exposición de una de las denuncias presentadas por la mujer se sostiene que en 2016 el empresario la obligó a arrendarle una parte de su campo, y que desde entonces Dourado no le ha pagado la renta. Asegura que tampoco le ha descontado ese arriendo del dinero adeudado, y que las amenazas para que abandone su campo han ido en aumento.
Dourado fue uno de los 13 involucrados en el reciente caso del robo de 300 vacas, y logró un acuerdo con el dueño de los animales que le evitó un juicio civil. Desde el año pasado enfrenta otras dos denuncias, según publicó Subrayado. La primera fue presentada ante la Fiscalía de Durazno el 8 de octubre, por estafa, y la segunda el 13 de noviembre, por violencia privada y amenazas a la titular del campo. La abogada de la denunciante, Fabiana Gonzalez Raggio, sostuvo que la fiscalía del departamento está trabajando sobre ambas causas “intensa” y “seriamente”, y que espera que luego de la feria judicial, el 31 de enero, continúe la investigación.
Artola comentó a que a fines de noviembre fue víctima de un episodio de violencia perpetrado por un empleado del empresario, que la golpeó con el mango de un arreador en la cara y la espalda, luego de que ella lo increpara por colocar candados en las puertas de la cocina y el cuarto de los peones. Según dijo la mujer, el empleado sostuvo que “tenía órdenes específicas del patrón” y que “era él quien mandaba”, y cuando Artola le dijo que iba a recurrir a la Policía, el hombre la golpeó. El empleado fue formalizado por la Justicia y se le impusieron medidas de restricción de acercamiento al predio.
Consultado por la diaria, Dourado no quiso hacer declaraciones de ningún tipo.