El Instituto Nacional de la Juventud (Inju) se encuentra realizando la cuarta edición de la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud, que alcanzará a 8.000 jóvenes de entre 12 y 35 años en todo el país. “Es la primera vez que se incluyen localidades de menos de 5.000 habitantes”, explicó a la diaria el director del Inju, Federico Barreto. Según dijo, la incorporación al estudio de las juventudes que viven en zonas rurales significa un “esfuerzo estadístico muy importante”, pero también es importante para lograr que sea “representativa de estas pequeñas localidades”.“No esperamos que altere significativamente los indicadores, pero sin dudas va a ser un aporte importante a la hora de poder tener una voz que verdaderamente reconozca la diversidad de juventudes”, acotó.

La primera encuesta se hizo en 1990 y, posteriormente, se discontinuó hasta que en 2008 se retomó y se definió que sea realizada de manera quinquenal. En la edición anterior, en 2013, se llegó a 3.600 jóvenes, y para esta última edición se optó por duplicar la muestra, explicó Barreto. Se amplió el rango de edad, no porque se haya ampliado la definición de juventud, sino para “tener una muestra más amplia”, dijo el director. Se estima que en esta oportunidad uno de cada 150 jóvenes será encuestado. En abril el Instituto Nacional de Estadística culminará con la etapa metodológica, que comenzó en octubre del año pasado, y planea publicar los resultados a mitad de año.

La encuesta se centrará en los aspectos “más tradicionales” de la vida de los jóvenes, como la educación, el trabajo, la vivienda y la salud, pero también abarcará temas vinculados al tiempo de los cuidados, consumo de sustancias, diversidad sexual, discriminación, participación, tiempo libre, intereses, migración, entre otros. El objetivo central de la encuesta, explicó Barreto, es “conocer mejor” a las juventudes tanto en su “situación objetiva” vinculada al empleo, la vivienda y el trabajo, como a lo que hacen y a la percepción que tienen sobre el país. “Sin duda alguna a nosotros nos da una brújula sobre cómo construir y mejorar las políticas públicas de juventudes”, sostuvo. También afirmó que será un insumo valioso para el gobierno nacional e incluso para las instituciones privadas. “Es información valiosa a la hora de pensar cómo relacionarse con las juventudes, cuáles son los intereses de los jóvenes, qué perciben, cuáles son los temas que generan mayor preocupación y nos permite ir evaluando el impacto de los programas sociales, o por lo menos el conocimiento que se tiene de la política pública en juventud”, subrayó.

Esta será la primera encuesta en generar un estudio “longitudinal” de juventudes, expresó Barreto. Con la implementación de una encuesta de tipo panel, “no sólo vamos a tener la foto cada cinco años, sino que vamos a poder ver la trayectoria de vida de los jóvenes”, subrayó. Barreto explicó que se tomará a una “buena cantidad” de jóvenes que están dentro de la muestra de la encuesta y cada dos años volverán a hacerles las mismas preguntas a los mismos sujetos. “Esta será la primera encuesta de modalidad panel sobre adolescencia y juventud que se va a realizar en toda América Latina y el Caribe”, destacó.