Con los puentes fuera de servicio por accidentes en Carmelo y Sarandí del Yi, los últimos dos meses han sido de intenso trabajo para el titular del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), Víctor Rossi. Más allá de estos percances, el ministro sostiene que su gestión “indudablemente ha elevado el estándar de la red vial del país” en comparación con el período anterior. Además, sostiene que durante 2019 habrá una fuerte inversión en obras públicas, entre ellas la construcción del Ferrocarril Central, para el que sólo hace falta la habilitación ambiental de la Dirección Nacional de Medio Ambiente.
¿Qué evaluación hace de estos cuatro años frente al MTOP?
Estos cuatro años son distintos de los cinco años en los que ya estuve (2005-2010). En aquellos primeros cinco años logramos culminar una serie de iniciativas que estaban inconclusas o que nunca se comenzaban, como el puente de Santa Lucía, la Torre Ejecutiva y el anillo perimetral. En este período encontramos un Uruguay distinto: aumentó la actividad económica y la producción, se multiplicó la carga que se transporta y creció la actividad logística. Por lo tanto, los desafíos son de otro tipo. No se trata de una obra, sino de cómo elevamos el estándar de la red vial del país, cómo desarrollamos las áreas del puerto de Montevideo y del sistema portuario nacional. Después de cuatro años, y en medio de muchas dificultades, es indudable que hemos elevado el estándar de la red vial del país. En 2017 y 2018 hemos tenido un muy buen nivel de obra y muy buenos resultados. Estábamos contentos, y entonces ocurrió este accidente en Carmelo y otro en Sarandí del Yi, además de las inundaciones que se han generalizado en el país, pero vamos a seguir con mucha fuerza y 2019 va ser un buen año de trabajo.
¿Cuáles son los objetivos del MTOP para 2019?
Vamos a seguir cumpliendo nuestro plan. En algunos rubros quizá sea más fácil definir el objetivo puntual, pero en vialidad se trata del desarrollo del sistema vial, el mejoramiento de las rutas, el desarrollo de los proyectos, el mantenimiento y las reparaciones exigidas. Por lo tanto, más que objetivos puntuales hay un camino, y lo importante es que entre 2017 y 2018 lo pusimos en marcha y en 2019 vamos a seguir transitándolo.
Al inicio de la gestión, el presidente Tabaré Vázquez anunció una inversión de 12.000 millones de dólares en infraestructura. ¿Qué porcentaje se implementó?
Para saber eso les tiene que preguntar a muchos. 12.000 millones era la inversión total del gobierno. De esa cantidad, el MTOP tiene responsabilidad sobre 2.360 millones de dólares para la red vial y vamos a estar muy cerca de ejecutar esa cifra. Teníamos una inversión de 300 millones de dólares en materia ferroviaria que vamos a ejecutar y poner en marcha en el Ferrocarril Central y 500 millones de dólares para la Administración Nacional de Puertos en obras que incluyen dragado, los muelles C y D, el ordenamiento del puerto con la instalación de las nuevas áreas de balance y demás, el puerto Capurro, el viaducto. Vamos a superar esas cifras en los distintos rubros.
¿Cuánto se ha invertido ya?
En vialidad estamos cerca de los 1.600 millones de dólares. En 2019 aspiramos a llegar a los 500 millones de dólares. Aparte tenemos las PPP [obras con participación público-privada], que son el atraso que hemos tenido en esta gestión porque programamos siete u ocho para hacer durante el período y sólo pudimos comenzar una. Estamos muy próximos a comenzar la PPP 1 (rutas 12, 54, 55 y 57, y bypass a la ciudad de Carmelo en la ruta 21 a la ruta 97) y la PPP 3 (ruta 14 oeste, bypass a Sarandí del Yi y conexión entre la ruta 14 y la ruta 3) y es posible que pongamos alguna más en marcha este año. Con eso vamos a superar la cifra de inversión en carretera.
¿Es una inversión suficiente para las necesidades de infraestructura del país?
El problema es que nunca un país va a tener los montos de inversión disponible para abrir la caja fuerte y mandar a hacer. Si en Uruguay fuéramos capaces de mantener un promedio de inversión como el que hemos alcanzado, de 500 millones de dólares todos los años, sería una buena cifra para tener un buen ritmo de ejecución.
¿En qué quedó el proyecto del puerto de aguas profundas impulsado durante el gobierno de José Mujica?
El puerto de aguas profundas es una necesidad estratégica del país. Va a ser necesario y no es difícil entender por qué. Hoy en nuestra actividad portuaria movemos 50% de producción de importación y exportación del país, y 50% de mercaderías de la región. Sin embargo, el puerto tiene límites de espacio en cuanto a la posibilidad de profundización. Entre 14 y 14,50 son las profundidades máximas que puede asegurar y hemos ido avanzando hacia ello. Pero el desarrollo de la actividad naval en el mundo muestra que para abaratar los fletes cada vez se utilizan barcos con mayores dimensiones y con mayores exigencias de calado. Por lo tanto, para seguir manteniendo su papel en la región Uruguay tiene que ir pensando en un puerto oceánico. Tenemos una costa que puede ofrecer los pies necesarios. No nos olvidamos del puerto, teníamos que priorizar y para este período de gobierno lo fundamental era seguir trabajando en el puerto de Montevideo, que es lo concreto, lo que necesitamos y lo que aporta a la actividad económica de todos los días. Antes de finalizar el período vamos a hacer una presentación de toda la información que se ha reunido para poder decidir la mejor ubicación y las condiciones de desarrollo de ese puerto. Lo vamos a hacer con representantes de todos los partidos políticos, porque este puerto es un objetivo estratégico y no de un partido.
¿Le gustaría continuar al frente del MTOP en un eventual cuarto gobierno del Frente Amplio (FA)?
Le pongo mucha pasión a lo que hago. Construir me apasiona, así como buscar solución a problemas y a veces agarrarse dolores de cabeza por tratar de empujar un proyecto. Son cosas que uno hace con ganas. Pero tengo que ser consciente de que ya tengo algunos años y he tenido el privilegio de estar durante dos períodos casi completos al frente del MTOP. Las cosas tienen su límite más allá del entusiasmo.
Así como el FA apostó a una renovación con sus candidatos, ¿le parece que tendría que suceder lo mismo en los directorios del gabinete?
No es una sentencia. Me niego a que a los viejos nos reserven un sillón o un banco al sol en la plaza . Hay gente que con el correr del tiempo acumula mucho conocimiento, mucha experiencia, que a veces está en condiciones de aportar, y no hay que desperdiciar esa experiencia y ese conocimiento. Pero es natural que vayan concretándose cambios. Así es la vida. Esas modificaciones también implican la renovación de las distintas generaciones.
Durante este período se habló mucho de cambios en la integración del gabinete. El precandidato Daniel Martínez sugirió que habría sido bueno remover a Eduardo Bonomi del Ministerio del Interior. ¿Está de acuerdo?
Los barcos tienen capitán. Yo tengo responsabilidad en una sola área. Reconozco el rol del presidente de la República, que es el que conduce en función de su convicción y de su conocimiento, por lo tanto no estoy en condiciones de darle una respuesta. Además, no se trata –por lo menos en mi caso– de un acertijo para ver qué queda mejor. Creo que Bonomi ha hecho un gran esfuerzo durante estos años, ha trabajado mucho y, desde luego, no le toca bailar con la más linda. En definitiva, si a mí me preocupa un puente que me chocan, ¿cuántos puentes le han chocado al pobre Bonomi?
En otras entrevistas usted comentó que no va a votar en las elecciones internas y no apoya a ningún precandidato en particular. No obstante, ¿qué piensa de cada uno?
Voy a corregir alguna entrevista que ha salido por ahí: efectivamente voy a votar. Sin duda, en la elección nacional voy a votar al candidato que el FA elija, pero he explicado que en la interna me preocupa mucho más aportar a la cohesión que permita seguir fortaleciendo las coincidencias que a sumar para los perfiles. Cuando no se tiene un especial cuidado por la construcción de la unidad los perfiles pueden terminar debilitando. Por eso dije que no tenía una definición respecto de los candidatos en la interna. Tengo la ventaja de que conozco bastante a los candidatos. Son muy distintos entre sí, pero son candidatos con virtudes muy fuertes en sus respectivas áreas de especialidad. [Óscar] Andrade es un dirigente sindical con mucho carisma, mucha iniciativa y valentía, que siempre se pone al frente de las reivindicaciones de su gente. Conozco a [Mario] Bergara, hemos trabajado juntos desde hace muchos años; tal vez sea una de las personas con las que encuentro más coincidencias en cuanto a cómo ver y cómo ordenar el país. Tal vez Mario sea insuficientemente conocido, pero es una gran cabeza y un conocedor del país. De Carolina Cosse me ha sorprendido la agudeza de sus razonamientos; creo que ha sido muy grande su contribución a que el país esté en condiciones de acompañar la revolución tecnológica que tiene lugar en el mundo. Daniel Martínez, con su gestión en la Intendencia, ha sacudido Montevideo; ha abordado cada asunto con una eficacia y capacidad de respuesta que en los últimos tiempos de alguna manera se había frenado.
¿Ve debilitada la unidad dentro del FA?
Creo que no hay suficiente preocupación por la construcción de la fuerza política y que el esfuerzo que hace el presidente del FA, Javier Miranda, no resulta suficiente. Tal vez muchos deberíamos –a lo mejor alguno de los viejos que no servimos para otra cosa– ayudar a entendernos. En la construcción de la unidad y el fortalecimiento de la confianza se gana y también se pierde. Es trabajo de todos los días, exige un esfuerzo y un accionar en consecuencia. Uno tiene que ser consecuente con esto, por eso la respuesta de que no sé si voy a votar a Mengano o a Sultano: no me resulta lo principal porque creo que para Uruguay es necesario un nuevo gobierno del FA que permita seguir avanzando hacia mejores condiciones de vida para los ciudadanos. Para asegurar ese camino, tanto o más importante que el candidato, es la preocupación por la unidad.