“Resulta procesalmente improcedente lo solicitado, no correspondiendo ingresar al análisis de los hechos planteados en la medida que lo actuado ha quedado cubierto por la cosa juzgada, inherente a la providencia inicial, no impugnada tempestivamente”, dice letrada de 3er Turno de Fray Bentos, María Carol Ceraolo Lema, en la resolución con la que rechaza la reapertura del expediente para que se juzgue a los responsables del homicidio del médico de San Javier Vladimir Roslik, ocurrido el 16 de abril de 1984 en el Batallón de Infantería 9 de la capital del departamento de Río Negro. Roslik fue el último detenido asesinado por la dictadura cívico-militar. Según el diario El Eco, de Carmelo, que publicó la resolución, la jueza mantuvo la clausura del caso después de que la viuda de Roslik, Mary Zabalkin y su hijo, Valery Roslik, obtuvieron el desarchivo de la causa, y rechazó el planteo del fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, que solicitó que se retomara la investigación.
Uno de los argumentos de la jueza es que “los datos aportados por los denunciantes no constituyen hechos nuevos como para fundamentar el desarchivo que se pretende, sino que son los mismos hechos que refieren a la muerte de Roslik, ya resuelta en autos”. Uno de los principales acusados, que fue indagado en la causa, es el coronel retirado Sergio Caubarrère, que estuvo preso 4 meses y 18 días. También están señalados como responsables o cómplices en el libro Los rusos de San Javier. De Vasili Lubkov a Vladimir Roslik, de Virginia Martínez, el mayor (r) Dardo Morales, el coronel (r) Mario Alfredo Olivera, y el médico Eduardo Sáiz.
Perciballe dijo a la diaria que ya se “interpuso el recurso correspondiente” ante el Tribunal de Apelaciones para que este resuelva sobre la resolución de Ceraolo, y que si “eventualmente ellos mantienen el archivo [de la causa]”, él va “a ir por la casación a la Suprema Corte de Justicia”. “Estoy absolutamente convencido, además de por una cuestión jurídica, por una cuestión histórica. Es un hecho histórico muy relevante, porque es el último muerto en dictadura y a escasos meses de la salida democrática. Además, por la persona, por toda la circunstancia. Es una aberración que no se investigue un hecho de esta naturaleza”, sostuvo Perciballe.