El senador nacionalista Jorge Larrañaga, impulsor de la reforma constitucional en materia de seguridad, aseguró que hizo un diagnóstico y es compartido por la sociedad: los “delincuentes se están apropiando del país”. Esto es en referencia a los cuestionamientos contra su iniciativa que hizo la Articulación Nacional No a la Reforma en una entrevista con la diaria publicada la semana pasada. Sobre su futuro político, no contestó si le gustaría ser ministro: “No quiero condicionarme ni condicionar a nadie. Yo soy candidato al Senado de la República, y si me ponen a barrer en la Plaza Independencia voy a estar barriendo en la Plaza Independencia”.
El ex presidente Julio María Sanguinetti, del Partido Colorado, dijo que está considerando apoyar la reforma, cuando antes había manifestado “algunos pruritos jurídicos”. ¿Qué le pareció?
Es importante que una persona que fue dos veces presidente de la República haya tenido una aproximación hacia la reforma. La reforma es contra los delincuentes. En el país hace falta orden, respeto y autoridad, lo que no hay. En la diaria los contrarios a la reforma señalaron dos cosas que a mi juicio son un enorme error; una fue que no hay diagnóstico, ese fue el título de la nota –que tengo acá–. Sí hay un diagnóstico, y es compartido por la sociedad entera. Los delincuentes se están apropiado del país, ese es el diagnóstico. Por eso estamos recurriendo al mecanismo de la reforma, como instrumento excepcional. Hay que respetar a los más de 400.000 promotores, no es un alma en pena que está impulsando una reforma. En segundo lugar, es un error enorme decir que en la pena de reclusión permanente revisable entra la rapiña.
Lo que señalaron es que usted no quiere debatir con los integrantes de la Articulación Nacional No a la Reforma sino con el Frente Amplio (FA), ¿es así?
Nosotros quisimos debatir contra el FA, que pretende colonizar culturalmente todo. Pretendimos debatir con el presidente del FA, [Javier] Miranda, y no quiso. El FA coloniza las instituciones y los colectivos, la enseñanza, la Institución Nacional de Derechos Humanos [y Defensoría del Pueblo]. Quiebra la laicidad, que es tener independencia de pensamientos políticos. Utiliza a las instituciones del Estado para ponerlas al servicio de un pensamiento político. Lo que no se anima a decir el FA se lo hace decir a las organizaciones sociales y sindicales, al PIT-CNT, a la Universidad de la República. La inconsistencia de la oposición a la reforma es absoluta y manifiesta. Es una vergüenza enorme para el sistema republicano democrático que el actual gobierno de la República no haya reglamentado la ley promovida por el FA sobre la guardia de frontera. No quieren confesar antes de la elección que el FA proyecta llevar adelante nada más y nada menos que el otorgamiento de funciones policiales a todas las Fuerzas Armadas (FFAA) en 30.000 kilómetros cuadrados, un sexto de la superficie del país. Es una de las manipulaciones más gigantes de una fuerza política. El Poder Ejecutivo lleva una estratagema lamentable.
Los integrantes de la Articulación aseguraron a la diaria que no forman parte de ningún partido.
No estoy diciendo que lo sean, lo que digo es que, en definitiva, la posición del No a la Reforma políticamente está siendo sostenida por el FA, y los argumentos son idénticos. Traen a colación algo que es de Ripley, y usan los ejemplos de México y Brasil, y los traen de acá para allá y de acá para allá, y no tienen nada que ver con lo que nosotros impulsamos; lo saben e insisten. México, en el gobierno de [Andrés Manuel] López Obrador, de izquierda, propone una guardia nacional de 160.000 efectivos militares. Brasil les entregó a las FFAA las funciones de seguridad en algunas ciudades y zonas del país. Lo que nosotros proponemos no tienen nada que ver ni con México ni con Brasil, es una segunda guardia, como en Europa. No quieren leer, se grabaron el casete y ponen play.
Se afirma que la cantidad de efectivos puede llegar a cambiar y no ser de 2.000. ¿Esto es así?
Leer no está mal, hay que hacerlo; la reforma dice 2.000 efectivos militares y son 2.000. Sólo se podría ampliar o disminuir por una ley especial del Parlamento. Otro disparate como el estadio Centenario es que la Guardia Nacional va a estar en una zona de guerra. Eso es como el disparate que dijo el ministro de Defensa, el señor [José] Bayardi, que cree saber de todo y a veces hace enormes esfuerzos para disimular lo que resulta una ignorancia. Dijo que los militares están preparados para matar o morir. ¡Por favor! Estamos en la República Oriental del Uruguay. Está viviendo en Netflix, Bayardi ve las películas de thrillers. Los militares de la Guardia Nacional van a tener un control que es el primero en un Estado, que es la Constitución; en segundo lugar van a estar sometidos al Código de Procedimiento Policial.
El candidato del FA, Daniel Martínez, dijo que de aprobarse la reforma no estaría obligado a que los militares salgan a las calles, ¿qué opina de eso?
¿Cómo puede aspirar a la presidencia de la República quien no sabe de los instrumentos jurídicos que se están debatiendo en Uruguay? Primero dijo que si se aprueba, “¡muchas gracias!”, como dando a entender que no la iba a aplicar. Si es Constitución se aplica y punto. No crear la Guardia Nacional con los cometidos establecidos es el segundo error del candidato. Los otros días no pudo distinguir entre allanamientos nocturnos y diurnos y se enojó con el periodista [Ignacio] Álvarez.
Sobre los allanamientos nocturnos, la principal crítica es que las bocas de pasta base cambian de lugar rápido y la medida no va a ser efectiva, además de no proteger la seguridad de menores y de los policías.
Entonces, la solución del FA es que la pasta base siga reinando alegremente. La prohibición del allanamiento nocturno se ha derogado en todo el mundo, menos en Portugal. No es un antojo caprichoso de Larrañaga, es del mundo entero, y todo el mundo está equivocado... Además, el allanamiento nocturno es para las bocas de pasta base pero también para el narcotráfico a gran escala, para operaciones de todo tipo y bajo una triple garantía: ley, orden escrita del juez competente, sospecha fundada de que se está cometiendo un delito; ergo, el allanamiento nocturno tiene más garantías que el allanamiento diurno. Están hablando y discutiendo sobre algo que no saben. La gente está soportando una delincuencia que actúa con una impunidad total.
Una encuesta de Radar dice que 84% de los votantes de Cabildo Abierto están a favor de la reforma, a pesar de que el candidato de ese partido no la comparte. ¿Qué lectura hace de esto?
Yo ya lo he dicho, la reforma es de la gente y ha pasado por encima de candidatos y de partidos. En los quioscos nos están diciendo que mucha gente pide la reforma y nos dicen que no nos va a votar.
¿Tuvo novedades de la Corte Electoral sobre las papeletas apócrifas que circularon?
Primero hicimos un pedido a la Corte Electoral para que la reposición de papeletas el día de la elección sea gradual durante toda la jornada, para que se asegure en cada circuito del país la provisión durante todo el horario. A eso nos contestaron que sí. Después hicimos la denuncia sobre las papeletas, que algunos arteramente están metiendo, por eso la gente se tiene que fijar en la fecha y, de ser posible, recoger en nuestros locales las papeletas.
¿Qué significa hoy ser wilsonista? Porque la seguridad no es un tema tradicional del sector.
Pero tampoco deja de serlo. ¿Por qué no puede ser la seguridad algo del wilsonismo? El wilsonismo es libertad, y la gente está perdiendo la libertad por el miedo. El wilsonismo es enseñanza, es desarrollo productivo, es descentralización, es igualdad de oportunidades. El problema grave que yo creo que tenemos, y lo digo absolutamente convencido, como padre de familia, es que no puede haber desarrollo económico, humano y social si no hay paz pública. El FA habla de la convivencia y es un discurso que lo han internalizado, pero que no han aplicado en el ejercicio del gobierno. Por ejemplo, el tratamiento de adicciones, ¿qué han hecho con eso? Nada. Hablan de las políticas de rehabilitación desde los establecimientos carcelarios y ¿qué han hecho? Nada. Estamos penados por las Naciones Unidas por el estado de algunas cárceles.
¿Y qué propone respecto de la inseguridad dentro de los hogares, con la violencia de género?
El FA tampoco ha hecho mucho, porque a la ley de violencia doméstica no se le dio los recursos económicos necesarios como para poder llevarla adelante. No hay cantidad de tobilleras suficientes. No se ha hecho la difusión de políticas preventivas disuasivas, no se han aplicado políticas sociales para prevenir esas situaciones, no se ha trabajado en la educación en valores como algo fundamental, que también actúe muros adentro de las casas para prevenir esas situaciones.
¿Usted entiende que aplicando mayores penas los delitos bajan?
Si se esclarece menos de 50% de los homicidios, si tenemos porcentajes irrisorios de esclarecimientos de rapiñas y hurtos, esa es la mayor y mejor publicidad para que la delincuencia se atreva a más. No es represión sí, represión no; es aplicación de la ley sí, aplicación de la ley no. Hoy tenemos un país de cambalache, en donde da lo mismo portarse bien que mal, estudiar que no estudiar, trabajar que no trabajar. Tienen consignas que repiten, como que el incremento de las penas no asegura la baja de los delincuentes, pero, por ejemplo, el delito de copamiento creado en 1995, con modificaciones, comprueba que descendieron, y están las cifras estadísticas. Vayan a fijarse.
El asesor de Luis Lacalle Pou en temas de seguridad Álvaro Garcé puso en duda las cifras del Observatorio de Criminalidad y Violencia del Ministerio del Interior. ¿Coincide con esa opinión?
No he puesto el foco directamente, he visto en términos generales las cifras. Es posible, hay que ser muy transparente. No digo que el FA no lo sea, digo que no hay que empezar a escamotear información a la opinión pública. Lo concreto hoy es que el porcentaje de gente que denuncia rapiñas o hurtos va descendiendo porque la gente sabe que ir a la comisaría es pasar por un periplo muy importante y no llega a resultado ninguno.
Trascendió que Lacalle Pou les dijo a los asesores que no hablaran más con la prensa.
No es así, yo conozco de adentro, no se ha dado esa orden... y el FA que esconde a sus asesores para tener instancias de debates, por ejemplo con respecto a la reforma...
¿Le dijeron que no a un debate?
Miranda dijo que no.
Miranda no es asesor de Martínez.
Es presidente del FA, es igual, es lo mismo.
¿Le gustaría ser ministro en un futuro gobierno del Partido Nacional?
No voy a contestar esa pregunta porque no quiero condicionarme ni quiero condicionar a nadie. Yo soy candidato al Senado de la República, y si me ponen a barrer en la Plaza Independencia voy a estar barriendo en la Plaza Independencia.