La consigna “María no está sola” reunió en la tarde de ayer a decenas de personas frente a la Embajada de España, en respuesta a una convocatoria de la Intersocial Feminista para manifestarse contra la sentencia de la Justicia española que otorgó la custodia de la hija de María a su padre, quien vive en la ciudad catalana de Lérida y es acusado de abuso sexual contra la niña. La movilización tuvo lugar a pocas horas de que la niña, de siete años, tenga que ser dirigida este viernes al consulado uruguayo de Barcelona, según dispuso el fallo judicial.

“María está viviendo unas horas horribles porque pesa sobre ella la sentencia judicial que la obliga a entregar a su hija a un tipo que las maltrató”, dijo Soledad González, una de las voceras de la articulación de organizaciones feministas, a la diaria. “Las pericias realizadas en Uruguay comprobaron, por lo menos, que eran víctimas de violencia doméstica y que la niña le tenía terror a su padre”, agregó González, quien insistió en que la niña se negó a ver al hombre en la mayoría de las audiencias que tuvieron lugar en los últimos 15 meses. La activista –que calificó el fallo de “grave”, “brutal” y propio “de una Justicia medieval”– también confirmó que el abogado de María está trabajando para apelar la decisión judicial.

Entre quienes se manifestaban ayer se encontraban el padre de María, sus hermanos, sus tías y amigos de la familia, quienes en diálogo con la diaria describieron la situación como “terrorífica” y “pesadillezca”.

Unas horas antes de que iniciara la concentración, el Ministerio de Relaciones Exteriores uruguayo dijo en un comunicado que la sentencia de la Justicia española es “improcedente” y exhortó a las autoridades del país europeo “a que la resolución de la situación se lleve a cabo atendiendo al interés superior de la niña”. La cancillería aseguró además que la disposición de la Justicia española de darle una orden de ejecución de sentencia al consulado de Barcelona “no es conforme al derecho internacional”.