Un debate muy preparado en el que no se esperan sorpresas

Hay una generación entera que nunca vio a dos candidatos a la presidencia debatiendo en televisión. Fue hace 25 años, en las elecciones de 1994, cuando se midieron Tabaré Vázquez (Frente Amplio, FA) y Juan Andrés Ramírez (Partido Nacional, PN), que por última vez hubo un intercambio entre presidenciables. Sin embargo, en la retina popular quedó mucho más presente el debate anterior, para esas mismas elecciones, entre Vázquez y Julio María Sanguinetti (Partido Colorado) –quizás porque de allí salió el ganador–. Ese intercambio duró una hora y media, se desarrolló en una escenografía minimalista (dos atriles para los candidatos y un fondo negro) y fue moderado por el entonces rector de la Universidad de la República, Jorge Brovetto. Este martes a las 20.00, un cuarto de siglo después, se enfrentarán Daniel Martínez (FA) y Luis Lacalle Pou (PN), en un evento que será televisado por todos los canales de aire. Como los tiempos cambiaron –y más para los formatos televisivos–, la estructura del debate será muy distinta al de 1994: más presentadores, más moderadores, una pantalla gigante detrás de los candidatos y varios ejes temáticos.

“Daniel Martínez es un tipo muy profesional, por lo tanto, se preparó de forma profesional”, dijo a la diaria el coordinador de campaña Jorge Rodríguez. Dijo que en los últimos días Martínez mantuvo intercambios y se reunió con sus equipos de asesores en cada uno de los bloques que serán abordados en el debate. Manifestó que no se hizo énfasis en ninguno de los temas porque “son todos igual de importantes”. A su vez, según supo la diaria, en los últimos días Lacalle Pou estuvo reunido en la sede de Todos, su sector (en Bulevar Artigas y Chaná), repasando los ejes temáticos con sus respectivos asesores y técnicos.

“Sin sorpresas”

En diálogo con la diaria, el politólogo Daniel Chasquetti destacó que el intercambio de hoy será el único debate previo a las elecciones del 27 de octubre, y que los dos candidatos tendrán una audiencia “muy amplia”, que va “a jugar en su beneficio”. “Los dos son favoritos para pasar a segunda vuelta. Tienen metas distintas, desde luego, pero si no cometen errores y es un debate más o menos equilibrado, ambos van a salir beneficiados”, opinó. De todos modos, dijo que no se imagina a Martínez y Lacalle Pou “tomando demasiados riesgos”, ya que “va a haber un segundo debate entre ellos en noviembre”, gracias a la ley de debate obligatorio, que entrará en vigencia para el balotaje.

Chasquetti señaló que ambos candidatos necesitan “terminar de consolidar” a sus votantes, ya que hay estudios que muestran que cerca de un tercio de los electores que ya saben a quién van a votar en realidad no tienen una definición “firme”. “Además, cada uno tiene públicos objetivos distintos. Por el lado de Martínez es un público más de centro, que es por donde viene creciendo el FA; por tanto, va a tratar de reforzar su moderación en términos de políticas económicas y su compromiso de hacer mejor las cosas. Por el lado de Lacalle Pou, es probable que tenga algunos mensajes y guiños para un público más de derecha, que puede haberse ido con [Guido] Manini [candidato de Cabildo Abierto] en este último mes”, sostuvo.

Para el politólogo, las reglas del debate son importantes porque, a su juicio, la metodología “es bastante rígida”, entonces, la posibilidad de que un candidato “prevalezca sobre todo” es “bastante limitada”. Por último, Chasquetti dijo que ambos candidatos son “libretados”. Piensa que si bien Lacalle Pou es “más metódico y disciplinado” que Martínez, y el ex intendente “tiene un razonamiento más confuso”, que a veces “puede ser entreverado”, imagina que van a preparar el debate, por lo tanto, no habrá “mucho espacio para la improvisación o para tomar riesgos”. “No los veo tan diferentes. Ninguno de los dos es un [Julio María] Sanguinetti o un [Óscar] Andrade, tipos que te puedan sorprender”, sentenció.

En la misma línea, el politólogo Antonio Cardarello dijo que si bien el debate constituye un hecho “importante” de la campaña electoral, no será una instancia “decisiva” porque “los electores que cambian de opinión por una instancia son un porcentaje relativamente escaso”. Por las reglas del encuentro, Cardarello apuntó que se dará más lugar a la “exposición” que a la confrontación de ideas. “Va a depender un poco de la voluntad de los candidatos que haya un intercambio o si se limitan a decir el speech que más le conviene”, sostuvo. “Lo que se procura ver [en un debate] es cómo se desempeña el candidato en un momento de tensión o qué capacidad de improvisar tiene, y en un formato de ese tipo no se va poder apreciar”, agregó.

Además, opinó que en las exposiciones de los candidatos no habrá sorpresas. Consideró que Martínez intentará plantear “la previsibilidad que encarna su candidatura con la continuidad del FA en el gobierno, la estabilidad económica reconocida internacionalmente y la continuidad en políticas sociales y de derechos, que son la bandera del FA en este último gobierno”. En tanto, manifestó que el candidato del PN “va a tratar de marcar el fracaso del gobierno, señalar el déficit fiscal, las dificultades en seguridad y asociar eso a la incapacidad del gobierno, la falta de voluntad política y de liderazgo”.

Tomando en consideración las capacidades oratorias de los candidatos, el politólogo consideró que “parece” que Lacalle Pou “le lleva cierta ventaja a Martínez”, porque “tiene más experiencia como legislador y una campaña presidencial encima [en 2014] que le da cierta fortaleza”, pero que eso “no quiere decir que sea más sólido, sino que tiene más confianza y habla con más soltura”. De todas formas, comentó que eso en un debate “cuenta mucho” porque “importa –tanto o más– que lo que se dice, cómo se dice”.