Hace años que el tema de la propiedad intelectual de los autores sobre sus obras está presente en la agenda parlamentaria. Este miércoles, finalmente, la iniciativa para extender la vigencia de algunos de esos derechos de 50 a 70 años fue aprobada en la Cámara de Senadores y, posteriormente, consiguió los votos necesarios en la Cámara de Diputados, en una sesión extraordinaria.

La normativa vigente garantiza al autor los derechos de propiedad de su obra durante toda su vida. La iniciativa presentada por el senador del Partido Independiente, Pablo Mieres, extiende el plazo de este derecho a sus herederos de 50 a 70 años después de su muerte. Lo mismo sucederá en el caso de los intérpretes, editoriales y discográficas, que seguirán percibiendo los derechos patrimoniales correspondientes a la edición de una obra en libro, disco u otros soportes durante 70 años. Mieres presentó la redacción con carácter “urgente y grave” en setiembre, pero naufragó al no contar con el apoyo del Frente Amplio.

En la discusión parlamentaria, Mieres aseguró que la aprobación de la ley es una “buena noticia”, porque lo que hace es poner en igualdad de condiciones a los artistas, intérpretes y autores respecto de la legislación internacional. Uno de los argumentos manejados por varios senadores que votaron a favor de la iniciativa fue el aumento de la expectativa de vida. “La ausencia de la modificación generaba desigualdad y pérdida de derechos de artistas en el momento más débil de la vida, cuando es mayor”, ejemplificó Mieres.

El colorado Pedro Bordaberry agregó que cuando se habla de “proteger la propiedad” es necesario “proteger todo tipo de propiedad”, incluso la intelectual. Además, opinó que se trata de un acto de “justicia” con los creadores, porque la expectativa de vida es cada vez mayor y es necesario que el “derecho se adapte a eso”.

En la cámara alta, el único voto en contra fue el de Rafael Paternain, de Casa Grande. Al explicar su posición señaló que él no se opone en lo “más mínimo” a los derechos de autor ni a la idea de que los artistas perciban una remuneración económica. Lo que está en “cuestión”, agregó, son los plazos que regula el derecho de autor y el derecho al acceso a la libre circulación. Para el legislador, la normativa no es ni una ley de artistas ni de seguridad social, y afecta los derechos del dominio público. Si bien destacó que está a favor de proteger la demanda de titulares y sucesores, adecuar la normativa a los estándares internacionales de protección y reconocer a los creadores del “patrimonio cultural”, considera que la extensión de los plazos no tiene ningún efecto real sobre la situación de los artistas.

En la Cámara de Diputados, varios legisladores oficialistas argumentaron a favor de la iniciativa. Por ejemplo, el diputado emepepista Sebastián Sabini afirmó que varios intérpretes perciben recursos “muy menguados” por interpretaciones desde hace años. Además, señaló que “muchas veces” las asociaciones que tienen que cobrar por la obra terminan funcionando como “seguridad social”. En la misma línea opinó José Carlos Mahía, de Asamblea Uruguay, quien añadió que es necesario proteger el “derecho básico” de vivir de su trabajo.

En tanto, el frenteamplista Alejandro Zavala, que votó en contra de la iniciativa, se preguntó si la ley resuelve los problemas de la “debilidad del sistema cultural” y la precariedad de los artistas. “Yo creo que no. Lo que sí va a empeorar es lo otro: el acceso de los ciudadanos a la cultura”, concluyó.