Una de las reivindicaciones en la plataforma de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM) es que la tasa de interés de los créditos hipotecarios sea 2% para todas las cooperativas (como ocurre con las que solicitaron préstamos antes de que estos pasaran a ser gestionados, en 2008, por la Agencia Nacional de Vivienda, que cobra 5%). En un proceso de negociación con las autoridades que ha sido muy lento, el último planteamiento al respecto había sido del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), mediante una presentación en PowerPoint en la que esa secretaría de Estado defendió las tasas actuales, con argumentos a los que la Dirección Nacional de FUCVAM replicó en un extenso documento.

El MVOTMA había sostenido, entre otras cosas, que la tasa se fija para “obtener el valor actualizado del capital prestado al final del período de devolución”, que es menor que la cobrada por otros actores financieros, que su rebaja beneficiaría a “los sectores con mayores ingresos y menor cantidad de integrantes”, y que, por otra parte, el problema de quienes no están en condiciones de pagar las cuotas se soluciona mediante subsidios.

FUCVAM responde a cada punto. Señala que el dinero para los préstamos proviene del Fondo Nacional de Vivienda, y que es cierto que se deben fijar condiciones de pago, mediante reajustes e intereses, que permitan recuperar su valor actualizado y cubrir los costos operativos del sistema, a fin de apoyar luego a otras familias con necesidades de vivienda. Pero también acota que “ni en la experiencia nacional ni en la internacional se manejan valores superiores al 2%”, y que las tasas aplicadas desde 2008 determinan un lucro para el Estado que no corresponde. También apunta que “en los préstamos comerciales a veces se sostiene también que la tasa de interés debe cubrir el riesgo de no pago”, pero que esto no es pertinente, o lo es en mucho menor medida, en “un crédito hipotecario, en el que la garantía es el propio bien construido o comprado”, aparte de que las cooperativas cubren eventuales incumplimientos individuales.

La federación argumenta que lo importante no es comparar las tasas de estos préstamos con las de los otorgados por otras instituciones, sino analizar si estas tasas podrían ser “bastante más bajas”. También alega que, cuando el MVOTMA estima quiénes se beneficiarían con una rebaja, “los sectores con mayores ingresos” de los que habla son de todos modos “familias pobres o que están apenas por arriba de la línea de pobreza”, a las que no es aceptable aplicarles tasas altas para subsidiar a otras aun más pobres.

“Una cosa es cómo deben devolverse los préstamos y otra, distinta, aplicar subsidios para que quienes no tienen esa capacidad puedan, igualmente, acceder a la vivienda. De manera que no se trata de una cosa o la otra: puede ser una cosa y la otra. Y en muchos casos debe ser una cosa y la otra”, afirma la Dirección Nacional de FUCVAM.