Como una militante más ingresó ayer la senadora y precandidata del Partido Nacional Verónica Alonso (Esperanza Nacional) al Club Español, donde se llevó a cabo el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Protagonistas del Cambio. Una centena de mujeres esperaban su mensaje en un salón en el que una de las tres arañas iluminaba el lugar. La decoración partidaria se limitó a unos globos blancos y azules enganchados en las sillas tapizadas y a una gigantografía de Alonso al fondo, que servía de telón de fondo para la mesa en la que se instalaría la dirigente. Mientras esperaban el inicio del acto, muchas de las asistentes, en su mayoría de más de 50 años, se quejaban de la “ideología de género” y de la Ley Integral para las Personas Trans.
Al ser consultada por la prensa sobre el feminismo que representa, Alonso dijo que es “el que habla de igualdad ante la ley”. “Pretendemos y aspiramos a la igualdad de oportunidades. No me representa el feminismo radical, que enfrenta a las propias mujeres y habla de anticapitalismo o de fascismo. Eso, en lugar de luchar por la causa común de las mujeres, que es la igualdad que no existe, enfrenta a las mujeres con los hombres, porque hay muchos hombres que han hecho mucho daño, pero no todos son violadores o golpeadores”, afirmó.
Lorna Marchetti, la presentadora del acto, dijo de sí misma que no es política, pero sí madre y profesional, y en un extenso discurso planteó varias posiciones polémicas. “El desafío verdadero no es luchar contra el fantasma del patriarcado: no me interesa ni me roba el sueño. Eso no quiere decir que no nos interese reivindicar derechos”, sostuvo. Aseguró que hay un discurso que quiere emancipar a las mujeres diciendo que “hay que deconstruir la sexualidad”, pero que “deconstruir quiere decir destruir la maternidad, la familia y lo que consideramos normal biológicamente”. Afirmó que “el lugar de mayor influencia de la mujer es la casa”, donde “se forman los hombres de bien, o de mal”. Se definió como una mujer femenina que defiende “el derecho a la vida”, la salud y la educación de sus hijos, y enfatizó que no quiere que “se metan” en la intimidad de su familia. “Que no me digan cómo tengo que educar a mis hijos en temas de sexualidad”, advirtió, contra quienes, dijo, “se meten en su cabecita a través de la educación pública, obligatoria y laica”.
Alonso empezó su discurso diciendo que estaba haciendo un esfuerzo para no llorar, aludiendo a que después de Marchetti habló la diputada suplente Lourdes Rapalin, quien hizo una elogiosa descripción de la precandidata nacionalista y sostuvo que “llora en silencio”.
La primera parte del discurso de la senadora no estuvo centrada en propuestas programáticas sino en reflexiones a partir de su experiencia personal. “Somos protagonistas en el diario vivir, somos las generadoras de los cambios; esto no quiere decir que estemos en contra de los hombres”, sentenció, mientras varias cabezas asentían.
Alonso contó que su hija Violeta, de seis años y a la que definió como “una influencer”, le explicó a otra niña amiga suya que la razón por la que su madre aparece en carteles callejeros no es que esté perdida, sino que “quiere mandar”. “Es importante que las nenas manden, porque hacen más cosas que los varones, las mamás saben hacer muchas cosas”, comentó la senadora, mientras la audiencia reía.
También sostuvo que “las mujeres tienen un privilegio maravilloso”, por su “condición de dar vida”, y convocó a formar “una gran ola femenina, y no feminista”, con hombres y mujeres “no enfrentados”. Destacó que ella es la única que habla de defender “los valores de la familia”, a la que consideró la forma de vivir “más linda que hombres y mujeres hemos encontrado”.
“Queremos una sociedad sana, hijos educados en casa, porque en la escuela se enseña. Queremos que nuestros hijos se casen, que no les digan que mañana pueden ser nena o varón. No, señores –en este caso, señoras–, estamos viviendo en el mundo del revés”, opinó.
Antes de terminar, la precandidata hizo referencia a las cifras sobre delitos presentadas el martes por el ministro del Interior, Eduardo Bonomi. Sin nombrarlo, dijo que vio a “un hombre canoso, barbudo, que hablaba con dificultad”, y que “le puso números al fracaso del Frente Amplio”. “Nuestro país se transformó en uno de los más violentos de la región [...]. Esta semana ocho uruguayos van a ser asesinados, esta misma semana 575 uruguayos van a ser rapiñados, esta misma semana 2.790 uruguayos van a ser robados”, aseguró. Alonso dijo que la razón por la que pide el voto ciudadano es que “tenemos que entender lo que nos está pasando: lo primero es que esto tiene que cambiar de una vez por todas; lo segundo, que las mujeres somos una parte importante de ese cambio”.