Ayer al mediodía, la Casa del Pueblo, sede central del Partido Socialista (PS), estaba repleta de militantes. Mientras se dirigía a la mesa donde estaban los micrófonos, el diputado Gonzalo Civila, nuevo secretario general, recibía abrazos y felicitaciones de sus correligionarios. Una mujer lo agarró de los hombros y le dijo: “Ahora está en manos de los jóvenes”.

Civila fue electo secretario general con 1.194 votos, mientras que el otro candidato, Santiago Soto, subsecretario de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, obtuvo 991. Fue una diferencia de 203 votos en 2.185 (sin contar sufragios en blanco o anulados), relativamente pequeña pero no tanto como la de las elecciones pasadas para el cargo, cuando la senadora Mónica Xavier le ganó por 23 votos al ex diputado y ex ministro (de Salud Pública y de Desarrollo Social) Daniel Olesker. Ahora, en la votación paralela para definir quién encabezará la lista 90 al Senado, Olesker obtuvo más votos que Xavier.

El domingo los socialistas también eligieron a integrantes de su Comité Central. Se presentaron cinco listas: las 4 y 5, que apoyaron a Civila, obtuvieron 1.023 y 171 votos, respectivamente; mientras que las listas 1, 2 y 3, que respaldaban a Soto, alcanzaron 288, 405 y 298 votos, respectivamente. Del total de personas electas mediante esta votación para el Comité Central, la mayoría pertenece a la corriente llamada “ortodoxa” (29 de 51 cargos); sin embargo, a esos 51 se suman los representantes de las departamentales en el organismo, cuya mayoría será de la corriente llamada “renovadora”.

Xavier celebró en su discurso varios aspectos del recambio interno: destacó que el partido, luego de procesarlo en términos de género cuando la eligió para la secretaría general, ahora está dando un nuevo paso en el proceso de renovación con el “relevo generacional”. Valoró que tanto Civila como Soto son jóvenes y que se dé una nueva combinación renovadora con las generaciones que “venimos desempeñando las tareas desde hace un tiempo”. También sostuvo que ahora los socialistas tienen que poner el foco en las elecciones internas del Frente Amplio (FA) y, en un marco de fraternidad con los cuatro precandidatos, apoyar en especial al intendente de Montevideo, Daniel Martínez (quien integra el PS).

Luego hizo uso de la palabra Civila. “No hay organización política en Uruguay –y no lo digo por camisetero, lo digo porque es así– que resuelva la integración de su dirección nacional y sus listas electorales como lo hace el PS. Eso es un enorme orgullo, y también implica un gran compromiso”, comenzó diciendo el nuevo secretario general. Le agradeció a Soto, que se encontraba sentado a su lado, y destacó que ambos eran “conscientes de la importancia histórica” del momento que estaban viviendo, y valoró que hubieran logrado desarrollar una campaña “unitaria y fraterna”.

El diputado se refirió a la situación del FA y del país, y afirmó que de cara a las elecciones nacionales es necesario “mirar los logros, pero también las dificultades”. Civila propuso pensar al PS “creativamente” y “tender la mano” a los votantes del FA que valoran lo “que hicimos, pero también son críticos con algunas cosas que hemos hecho”. El partido, aseguró Civila, va a poner “la escucha, va a ser humilde”, y “va a seguir transitando un camino de acumulación, con la mirada puesta en los que más necesitan”. El compromiso del PS es con la “clase trabajadora de este país, los movimientos feministas, de la diversidad, ambientalistas, de derechos humanos, y [...] todos y todas las que desde distintos lugares peleamos por construir una sociedad más justa, solidaria e igualitaria”, aseveró.

También se refirió al escenario de las elecciones internas, y habló de la precandidatura de Martínez. Civila destacó su militancia en el movimiento sindical y en el PS, y añadió: “Es el precandidato a la presidencia y, seguramente, va ser el candidato de todo el FA. Creemos que puede representar la identidad, la historia y el nuevo impulso del FA”.

Civila remarcó que su objetivo desde la secretaría general será convertir al PS en un “partido grande”, en el que ser dirigente “no sea un privilegio”, sino que sea una “responsabilidad mayor”. También dijo que quiere un PS en el que “quepan todos y todas las que quieran cambiar esta sociedad a fondo”. En cuanto a la renovación interna, resaltó que en el nuevo Comité Central habrá 17 militantes que tienen menos de 35 años; “es decir, un tercio del Comité Central reafirma esta idea de renovación generacional”, añadió. Finalmente, pidió a los medios de comunicación que dejen de etiquetar a los socialistas como ortodoxos y renovadores: “Acá venimos todos a renovar el partido”, sostuvo. Luego, en rueda de prensa, admitió que “sin duda” hay corrientes dentro del partido, pero acotó que esas etiquetas no las representan. “Algunos transmitían que había ganado la ortodoxia, y la verdad es que ganó el empuje renovador”, afirmó.