La pelotita blanca recorría el pasto con sigilo. Los relojes todavía no marcaban las 8.00 y ya había personas jugando en el Club de Golf, en Bulevar Artigas y la rambla. “Jugar en la cancha global” era el título de tapa de la revista Hacer Empresa, que descansaba en una de las mesas de la sala donde la gente esperaba antes de entrar al salón principal, en el que iba a tener lugar el primero de un ciclo de desayunos organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) con precandidatos a la presidencia. Luego del anuncio de que una señora se había ganado un vale para ir unos días a un spa, arrancó el evento. “Una vez más, volvemos a ocupar esta tribuna amiga, de nuestra ADM, que a lo largo de los años ha contribuido tanto al debate democrático del país”, dijo el ex presidente colorado Julio María Sanguinetti, quien durante cerca de una hora se encargó de hacer un compendio de los temas que suele tocar en sus discursos.

Empezó señalando que le preocupa cuáles son las “semillas que nos encaminan hacia el futuro y cuáles son las cenizas que todavía estamos pisando”, ya que “el muro cayó en Berlín pero no se cayó del todo en nuestra América Latina”. Como ejemplo, sostuvo que, a su juicio, durante los sucesivos gobiernos del Frente Amplio (FA), por cuestiones de “ideología”, no se avanzó e incluso se retrocedió. Subrayó que “todavía discutimos si puede haber un tratado de libre comercio” con algunos países y que “no sabemos cuánto nos cuesta el alejamiento de ciertos mercados a los que no podemos acceder”. “Esto es un debate de ideas en el que la idea impuesta por el mundo global choca no ya con una ideología, sino con las cenizas de una ideología muerta”, sostuvo.

Luego dijo que en Uruguay hay “11 y pico de homicidios” cada 100.000 habitantes, un índice que es “el doble de Argentina y el triple de Chile”, y que en este tema “también hay una cuestión ideológica”, porque en el primer gobierno del FA, con dos ministros del Interior socialistas (en referencia a José Díaz y Daisy Tourné), se volvió a “un pensamiento socialista equivocado y antiguo”. “Asumieron el tema sobre la base de una vieja idea, de que la sociedad es la responsable y la que tiene que asumir la responsabilidad del delito. El delincuente es una suerte de paciente a tratar. Se recordará que en aquel momento se liberó a 700 presos, y se demostró académicamente que entonces surgió el ascenso de las rapiñas”, subrayó.

Sostuvo que otro tema del que “no se habla” es el de “la transmisión de valores del sistema educativo”, que empieza con Historia, Geografía, Educación Cívica, etcétera. Opinó que hay un “adoctrinamiento crítico”, que genera “malestar por este mundo en que vivimos” y hace soñar “con una utopía que nunca existió y que en todo caso está perimida por el fracaso”. Aseguró que en los textos de educación media se enseña “la leyenda de que los tupamaros lucharon contra la dictadura militar”, y que eso es “gravísimo”, porque “se está distorsionando la imagen de la historia reciente”.

Sanguinetti consideró que existe el mismo problema “ideológico” a la hora de analizar la legislación social. Destacó “la legislación feminista” de José Batlle y Ordóñez, desde la norma que permitió las licencias maternales, de 1906, hasta la que estableció el divorcio por la sola voluntad de la mujer. “Eso es el triunfo de una larga evolución que se hizo por la vía legislativa y democrática. No por la vía revolucionaria, porque todas las revoluciones socialistas fueron invariablemente machistas y postergaron a la mujer, en Rusia, en Rumania y en todos los países”, afirmó, mientras se bañaba en una ovación y afuera seguían jugando al golf. “Ahí tenemos otro debate ideológico, cuando se niega esta gran evolución que fue el liberalismo en el mundo, y no el socialismo”, agregó.

El ex presidente insistió con que hoy hay una legislación social que pretende “superar la histórica del batllismo”, sobre “la base de un concepto de lucha de clases” con el que todavía se “asombra”. “La plusvalía no sé dónde está, cuando los individuos más ricos de mundo, los de Amazon, Google y Facebook, no son hijos de la plusvalía, sino de la invención y la innovación”, alegó. Luego sostuvo que el Ministerio de Desarrollo Social es “un pequeño monstruo” que “va a ser muy difícil revisar”, ya que “su vida interna es casi misteriosa”. “Los resultados están a la vista, porque esta bella ciudad tiene gente viviendo en la calle más que nunca. Porque todo ha sido mirada hacia abajo. El remanente de ese pensamiento socialista de igualar hacia abajo, no de premiar el esfuerzo sino lo contrario”, subrayó.

Terminó el evento con su “gran éxito”, por el que se llevó una ovación digna de un hoyo en uno. Dijo que el balotaje se va a resumir en que “de un lado van a estar los que creen que Venezuela es una democracia” y del otro los que, como él, creen que “es una dictadura”. “También es un tema nacional. Me preocupa el uruguayo que cree que eso no es una dictadura, porque ese uruguayo no cree en la separación de poderes, en la libertad de expresión, en el Parlamento libre, en la propiedad privada y en el comercio libre”, finalizó.