Con motivo de las elecciones internas del próximo domingo, se llevó a cabo esta noche el #DebateLata: un intercambio organizado por el centro socialista Sara Justo entre los dos aspirantes a la secretaría general del Partido Socialista (PS), el diputado Gonzalo Civila y el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Santiago Soto, sobre la situación del partido, las propuestas para su funcionamiento interno y la participación real de las mujeres en política.

La primera pregunta que tuvieron que responder fue cuál es el mayor problema que vive actualmente el PS. Civila sostuvo que está “encerrado en sí mismo”, con lógicas de funcionamiento que no permiten “abrir la cancha”. Para el legislador, se hace necesario “abrir más el partido hacia las personas y convocar a organizaciones sociales y personas que militan por diversas causas que tienen que ver con la lucha socialista”, en definitiva, convocar a un “gran diálogo con otros”, afirmó. En la misma línea que Civila, Soto añadió que compartía la preocupación de tener un PS “abierto”, pero marcó la necesidad de ser un partido abierto en la interna, que “priorice la vida orgánica sobre la lógica de las listas”. Para Soto, el partido tiene que construir una “cultura de participación política” entre los socialistas, para que trabajar cerca del otro sea el eje de la militancia, en vez de la idea de que el otro es “un adversario”.

Otro de los temas que estuvo arriba de la mesa fue las medidas que propondrán para fortalecer la participación de las mujeres en la política. Soto recordó que cuando estuvo al frente del Instituto Nacional de la Juventud se impulsó la campaña: “Nos mata la desigualdad de género”, y habló de la necesidad de que las instituciones desempeñen un papel activo en la lucha por la “emancipación”. También señaló que mientras la Juventud Socialista del Uruguay avanzaba en la paridad, el partido miraba de reojo ese proceso y continuaba con la política de cuotas. “Lo avanzado en términos de mecanismos institucionales no asegura una real participación”, valoró, y aseguró que “siempre hay una excusa” por la cual no se llega a concretarla, por lo que planteó que es necesario construir una “práctica política” donde la igualdad no sea sólo discursiva. Civila, por su parte, habló sobre la necesidad de que en este debate los varones cambien el “chip” y asuman que no son los protagonistas. Si bien considera que los varones pueden acompañar la lucha y apoyarla, también afirmó que lo primero que tiene que hacer la secretaría general del partido es consultar a las mujeres para pensar mecanismos que fortalezcan su participación en la política. Los que hoy existen, acotó, no son suficientes, y es necesario generar otros para corregir realmente las asimetrías.

Un poco en serio y un poco en broma, la moderadora remarcó que cada uno tenía dos minutos para su exposición, y el otro, a continuación, un minuto para rebatirla. Es que el debate tuvo más puntos de contacto que grandes diferencias. Al responder sobre la forma de acercar a nuevos militantes a filas socialistas, Soto habló de que en la dirección saliente, por primera vez en “mucho tiempo” el PS tuvo una política de afiliaciones. Si bien remarcó que hoy el padrón electoral es 15% o 20% mayor que en la elección anterior, planteó que es necesario poder recibir a los que se acercan PS sin “la picadora de carne”, que establece fronteras entre las corrientes internas. “Si entramos a la nueva militancia que viene a cambiar el mundo y la recibimos así, con la raviolera de las listas, con las dinámicas de las enemistades”, se va por el camino errado, advirtió. Sobre ese punto, Civila puntualizó que lo que planteaba Soto, de alguna manera, era que lo que no tenía que suceder pero efectivamente sucede. “Esa lógica de presiones e imposiciones” es “grave”, admitió. Planteó que es necesario asumir el compromiso de cambiar esas dinámicas, y en ese sentido propuso que haya militantes dedicados a la integración, a pensar formas de formación “realmente creativas” y prácticas mucho más “solidarias y socialistas”.

Finalmente, los aspirantes a la secretaría general tuvieron que responder qué los motivaba a lanzarse como candidatos y que los diferenciaba. Civila sostuvo que su candidatura era producto de un proyecto colectivo, y valoró que las tareas políticas que ha asumido en el PS tienen que ver con escuchar “voces diversas”, estar con otros, coordinar grupos y conducir la organización con otros en distintos niveles, por lo cual piensa que está preparado para “hacerlo bien”. Soto aseguró que su postulación también se basa en un impulso colectivo. “Los socialistas requieren en la secretaría un lugar de síntesis, de escucha”, opinó, y dijo que para hacer eso hay que procesar cambios internos sustanciales. Contó que le habían preguntado si él sentía que su candidatura era la continuidad de la de la senadora Mónica Xavier, y remarcó que no lo es. “Estoy orgulloso de las cosas que hicimos, pero también estoy convencido de que el camino que nos toca transitar requiere dar vuelta totalmente el funcionamiento del partido”, de tal modo que “la estructura central sea la que apoye a los centros socialistas, a las agrupaciones del trabajo y la vida orgánica del partido” y establecer un estilo de trabajo en la que nadie pueda pensar que los diferentes organismos partidarios “siguen instrucciones” de la dirección, enfatizó.