Más de una decena de puestos, uno junto al otro, descansaban ayer de tarde sobre la vereda de la avenida Lucas Obes, a las puertas de la Rural del Prado, donde se desarrolla la edición 94 de la Semana Criolla. La campaña electoral ya se palpita en forma de folletos de todos los tamaños, calidades y colores. Desde los chiquitos de papel de diario hasta los grandes y satinados. En cada puesto había más de un tipo de publicidad, así que, si uno andaba muy curioso y quería conocer todas las propuestas, se iba a su casa con más de 30 folletos y pegotines, la mayoría de sectores del Partido Nacional (PN) y del Frente Amplio (FA), que iban desde propuestas de gobierno hasta el fixture de la Copa América de fútbol. Además, si uno andaba con ganas de pagar, podía llevarse merchandising oficial de algún sector. Por ejemplo, el Movimiento de Participación Popular, del FA, vendía remeras con la imagen de José Mujica y tablas redondas de madera con el número 609.

En el puesto de la lista 250, del nacionalista Jorge Gandini, había una imagen de cartón del precandidato Jorge Larrañaga, apoyado por esa agrupación, con los brazos cruzados y mirando hacia el costado, para que cualquiera se sacara una foto junto a ella, espalda con espalda, y participara en el llamado “Larrañaga challenge”. En la vuelta también había un puesto del precandidato blanco Juan Sartori, pero no tenía ningún folleto de propuestas. Dijeron que estaban por llegar. Además del choque de colores y banderas, la música de los distintos puestos se interponía en una lucha constante de melodías. En un momento sonaban dos temas de No Te Va Gustar al mismo tiempo.

“Esto que tenemos acá es una expresión de pluralidad, de participación y de mucho respeto, muy de los uruguayos. Podemos convivir en un espacio relativamente reducido todas las facciones políticas. Esto es algo que en otros países no ocurre”, dijo a la diaria el diputado blanco Pablo Abdala, que estaba en el puesto de su lista, la 66, que también respalda a Larrañaga. Agregó que, para “satisfacción” de ellos y “preocupación” de sus adversarios, en el contacto con la gente constataron una “aceptación creciente” de su propuesta y “un acercamiento al PN que se puede percibir con mucha nitidez”. En cuanto a las últimas encuestas, que dentro del PN ubican a Larrañaga segundo, con Juan Sartori pisándole los talones, Abdala subrayó que el “dato relevante” es que Larrañaga “crece”. “De todas formas, no tenemos que atarnos a los guarismos, tenemos que ver las grandes tendencias, y, en ese sentido, no nos dan mal y resultan estimulantes para nuestros intereses. Pero también digo que no actuamos en función de las encuestas: vamos a seguir haciendo lo que tenemos que hacer, que es estar cerca de la gente y tratando de persuadir a los votantes”, finalizó el legislador.

En el puesto de al lado de la Lista 66 estaba el de Asamblea Uruguay (FA), el sector que apoya la precandidatura de Daniel Martínez. Allí se encontraba el diputado Alfredo Asti, que, siguiendo la línea de Abdala, dijo a la diaria que los turistas se deben “sorprender” al ver que pueden estar “todos los sectores de todos los partidos compartiendo el mismo espacio, sin problemas”. En cuanto a las elecciones, dijo que las ofertas de “renovación” de la oposición en realidad son de restauración de “un pasado que tuvimos en la segunda mitad del siglo XX y principios de este, de recesión, estancamiento, crisis y desigualdad”. “A eso no se puede volver, y la única forma de asegurar de que no se vuelva atrás es con un cuarto gobierno del FA, que además tendrá que proponer, como lo dice nuestro eslogan, nuevos sueños, y hacerlos realidad”, sentenció.

En otro de los puestos, la foto del ex presidente Julio María Sanguinetti era omnipresente. Adentro estaba Fitzgerald Cantero, líder del movimiento Vamos a Más, lista 1985. En diálogo con la diaria, contó que tiene “la filosofía de no entregar los folletos” y, en cambio, esperar que la gente se acerque y se los pida. “Porque tampoco está bueno que te lo agarren, lo tiren y se ensucie la ciudad; entonces, la persona que viene, se acerca y lo agarra es porque está interesada en leer las propuestas”, indicó. En el folleto se destacan las iniciativas sobre seguridad, como “desarmar a la delincuencia”, y no “a la población civil honesta”. Subrayó que no está de acuerdo con las políticas que llevó adelante el Ministerio del Interior (MI), como cambiar un arma por una bicicleta. Alegó que “el chorro nunca va a ir al MI a dejar su arma para agarrar una bicicleta, porque la consigue rapiñando en la calle”. “Entonces, desarman a la gente honesta, y los chorros son los que se arman”, sostuvo.

Por otra parte, en la entrada al predio de la Rural había un grupo de animalistas, una versión local de la red global The Save Movement, que se manifestaba en contra de las jineteadas y señalaba –también mediante folletos– que son una actividad de “sometimiento, violencia y muerte”. También promueven el veganismo, por medio de “un activismo basado en la justicia, el respeto y el amor, que refleje el cambio que queremos ver en el mundo”.