La Conferencia Episcopal del Uruguay emitió un comunicado el viernes para “sumar” su “aporte” a la “reflexión que se abre en este tiempo electoral”. “Gozamos de la libertad y nos gusta el sentirnos iguales en el cuarto secreto. Todo voto vale, todo voto es importante. Como Iglesia en el Uruguay, siendo una de las instituciones fundadoras de la patria, damos gracias a Dios por la libertad de la que gozamos, y compartimos la alegría de este tiempo electoral”, señalaron los obispos en la carta. También subrayaron que la Iglesia Católica “no se compromete con ningún partido, pero alienta el compromiso político de los laicos católicos” (los que no son parte del clero), conscientes de que “la política es una de las formas más preciadas del amor, porque busca el bien común”.

En la carta, los obispos sostienen que, “viendo con amor a nuestro país”, se descubren “síntomas alarmantes de enfermedades a las que hay que buscarles remedio”, como el suicidio, del que Uruguay tiene el “mayor índice” de América Latina, y destacan que “formamos el país más envejecido del continente”. “Tenemos un estancamiento crónico de la población, somos los tres millones de siempre. ¿Cuál es el motivo? ¿Será que tenemos poco amor a la vida? ¿No cantábamos con ilusión ‘se precisan niños para amanecer’? Queremos animar a cuantos se dedican al estudio de la sociedad, a buscar las razones de estos síntomas. No esperamos soluciones ‘partidarias’ para estas graves enfermedades, sino una toma de conciencia colectiva de que ‘algo’ anda mal y es necesario poner los medios para superarlo”, subrayaron.

Así las cosas, los obispos destacaron “aquellos elementos fundamentales que, según la visión cristiana de la existencia y de la doctrina social de la Iglesia, deberían estar presentes a la hora de discernir las opciones electorales”. Subrayaron “la valoración de la vida desde su concepción hasta la muerte natural”, criterio que “no es compatible con los abortos que se realizan”. “No nos resulta para nada ajeno el sufrimiento de una mujer que espera un hijo no deseado; creemos que el camino a recorrer, como sociedad, es poner los mejores esfuerzos para que ninguna mujer se vea enfrentada al drama del aborto, que es la peor de las soluciones”, agrega la carta.

También señalaron que “desde algunos ámbitos del Estado” se difunde “una visión de la persona y su sexualidad” encaminada a la “deconstrucción” de la familia, “que equivale a su destrucción”. Además, ven “con honda preocupación” que “el Estado se apropie del derecho y el deber primario de los padres de educar a sus hijos según su propia escala de valores, para darles desde la infancia una visión deformada de la sexualidad, del matrimonio y de la familia”. “Estamos sufriendo en Uruguay una auténtica ‘colonización ideológica’, denunciada en más de una ocasión por el Papa Francisco y por nosotros mismos”, agregaron.

Las críticas a la carta, desde varias tiendas políticas, no se hicieron esperar. El precandidato colorado José Amorín Batlle dijo el sábado en un acto que los obispos “se equivocan” al decirles a sus fieles qué aspectos tienen que tener en cuenta a la hora de votar. En tanto, el diputado Fernando Amado, de Unir, escribió en Twitter que “la base de la sociedad es la familia, y la base de la familia el amor”. “Nada tiene que ver con eso su integración. Y el Estado debe cobijar y proteger que todos sus ciudadanos puedan realizarse como persona y sexualmente como quieran”, sentenció. Por su parte, el diputado del Movimiento de Participación Popular Sebastián Sabini escribió también en Twitter: “¿La Iglesia Católica hablando de colonización ideológica? ¿En serio?”.