“Que nos digan dónde están. Contra la impunidad de ayer y hoy”, decía un cartel blanco que cortaba la principal avenida de Montevideo. Atrás sobresalían los carteles en blanco y negro con los rostros de los desaparecidos. De a ratos, sobresalía el canto de los presentes que coreaban: “Se va a acabar, se va a acabar la impunidad en Uruguay”. De a ratos, el silencio se rompía por alguna voz que gritaba: “Compañeros desaparecidos, presentes”, “compañeras desaparecidas, presentes. Ahora y siempre”. Con la consigna “El voto que el alma pronuncia: por la democracia y contra la impunidad”, la plaza Libertad fue el lugar de encuentro de la concentración impulsada por Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, el PIT-CNT, el grupo de ex presos políticos Crysol y la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, entre otras organizaciones sociales.
Al costado del escenario, Ignacio Errandonea, integrante de Familiares, expresó que la divulgación de las actas de Tribunal de Honor del Ejército que evaluó las conductas de José Nino Gavazzo, Jorge Silveira y Luis Maurente muestra, como en una “radiografía”, el pensamiento de las Fuerzas Armadas (FFAA). “Los militares siguen identificándose con el accionar en la dictadura. Reivindican la tortura, los asesinatos, la desaparición, la violación sistemática”, sostuvo, y añadió que “eso obliga como sociedad a no seguir mirando para el costado” y discutir qué fuerzas militares queremos, con qué doctrina y de qué tamaño.
Los últimos años, agregó Errandonea, estuvieron signados por “desbordes”, cada vez más pronunciados, de la corporación militar. Para él, la remoción de varios integrantes del Ejército y de la primera línea del Ministerio de Defensa Nacional fue una “clara señal” de que el poder político es el que manda. “Creo que está bien que desde Presidencia se haya puesto un freno rotundo y firme a este desborde”, afirmó.
Al fondo, un grupo de jóvenes cantaba el himno nacional con carteles levantados. Uno de ellos decía: “En tiempos de amnesia obligatoria la memoria es revolucionaria. Nunca más”. Nicolás, que formaba parte de ese grupo, dijo que, a pesar de que no vivió en “carne propia la dictadura y el terrorismo de Estado”, cree que es necesario seguir luchando por construir “la memoria histórica, que tiene que ver no sólo con esta generación y las anteriores, sino también con las que vienen, porque hace a la salud del pueblo”.
Un freno a la impunidad
La concentración no sólo reunió a cientos de personas en Montevideo. En simultáneo, anunciaron desde el escenario, hubo movilizaciones en Artigas, Flores, Piriápolis y Salto. A eso de las 18.30, subió al estrado la dramaturga Verónica Mato, hija de Miguel Mato, militante de la Unión de la Juventud Comunista desaparecido desde enero de 1982. Antes de leer la proclama, habló de que eso representaba para ella “tomar la posta”. Esto “tiene que ver con el paso del tiempo”, ya que hay “compañeras y compañeros que han estado militando durante muchísimos años” y “es hora de que ahora los jóvenes –[algunos] no somos tan jóvenes, yo tengo 40 años– tomemos esa responsabilidad”, sostuvo.
La convocatoria, dijo Mato al leer la proclama, fue para manifestar juntos el apoyo a la “institucionalidad democrática que los generales menospreciaron”, y también para respaldar las “medidas drásticas y largamente esperadas” del presidente, Tabaré Vázquez; “sancionar con una medida ejemplar, que marcara con claridad la obligatoria subordinación de las FFAA al poder civil”. Con las destituciones de generales se demostró que es “posible” poner un freno a la “impunidad” y a la omertà (pacto de silencio mafioso) que se mantiene “enquistada” en la corporación militar, y ha sido denunciada una y otra vez por las organizaciones sociales, subrayó.
Se condenaron los fallos del Tribunal de Honor y los argumentos esbozados para evaluar las conductas de Gavazzo y Silveira: “28 asesinatos especialmente agravados y la posterior desaparición de las víctimas, todos crímenes confirmados por la Justicia, no eran para los generales una violación a su honor ni a su moral”. Además, se cuestionó, el “reconocimiento expreso” de la muerte y desaparición de Roberto Gomensoro, por parte de Gavazzo y Silveira, y de la “tortura y desaparición de Eduardo Pérez y la desaparición y posterior enterramiento de María Claudia García no afectan, para ellos, el honor militar. Sí afecta al honor militar la no defensa de un camarada de armas. ¡Qué vergüenza para nuestra democracia!”.
También se rechazaron las declaraciones del nuevo comandante en jefe del Ejército, Claudio Feola, tras asumir, y la “ambigüedad” de sus aclaraciones posteriores. Se afirmó que es “imperioso” reformular los programas de estudio militares y se sostuvo que quienes aspiren a ser militares deben “estudiar con el conjunto de la sociedad civil y recién a nivel terciario hacer una opción vocacional por la carrera militar”. “Nuestros militares deben recibir una formación profundamente constitucionalista”, subrayó Mato.
Se exigió asimismo que los políticos “de todos los partidos, desde la salida de la dictadura”, asuman “su responsabilidad por no haber modificado a las FFAA en los últimos 34 años”, y se comprometan, desde ahora y “sin banderas partidarias, a cambiarlas”. En ese sentido, se alegó que todos los políticos son responsables de que esté vigente la Ley Orgánica Militar aprobada en “plena dictadura”, y se llamó a modificarla de inmediato.
Por otra parte, la proclama argumentó que es “inaceptable” la propuesta de asignar a la seguridad pública una Guardia Nacional integrada por militares que se han formado “bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional”, incluida en la propuesta de reforma constitucional impulsada por el senador nacionalista Jorge Larrañaga.
Finalmente, Mato culminó la oratoria refiriéndose a la reciente identificación, por parte del grupo argentino Abuelas de Plaza de Mayo, de la nieta 129 apropiada por represores, hija de Carlos Alberto Solsona y Norma Síntora. “Compartimos la alegría del reciente encuentro de la hija de Norma y Carlos, fruto de la lucha de nuestras abuelas argentinas. Como dijo su papá, nosotros también llevamos miles de noches soñando con encuentros similares. ¡Por verdad, justicia y memoria!”.