El principal sospechoso de la muerte del grafitero Felipe Cabral, que ocurrió en febrero, falleció el jueves por causas naturales.

La investigación policial indicó, en marzo, que la bala que mató a Cabral en el barrio Punta Gorda partió de la casa vecina al lugar en el que se encontraba. Cabral, conocido también como Plef, estaba tomando una foto de un grafiti que él había hecho en la pared de una residencia abandonada, y que fue blanqueado tras su asesinato. El informe definitivo sobre la bala todavía no fue entregado a la Fiscalía, porque está pendiente la realización de algunas pericias.

En la casa de la que partió el disparo vivía un hombre de 77 años que se convirtió en el principal sospechoso en la investigación. Cuando su vivienda fue allanada, se encontraron varias armas, entre ellas un rifle y tres escopetas, pero ninguna de ellas correspondía a la bala que mató a Cabral. Como no estaban declaradas, la Fiscalía lo procesó por tráfico de armas y la Justicia dispuso que tenía que fijar domicilio y tenía prohibido dejar el país, y no se descartó la posibilidad de que se hubiera deshecho del arma homicida antes del allanamiento.

Según pudo saber la diaria, la investigación se centrará ahora en el núcleo familiar cercano de ese hombre, sobre la hipótesis de que en ese entorno pudo haber encubrimiento del asesinato.