En la noche de este martes, a las 22.00, falleció en Salto el histórico dirigente tupamaro Julio Marenales, con 89 años. Así lo confirmaron los dos sectores políticos que integraba: el Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T).
El comité ejecutivo del MLN-T reveló incluso que según una declaración jurada que firmó Marenales antes de morir “es su voluntad que no se realice ningún tipo de velatorio con cuerpo presente, y que desea entregar su cuerpo a la ciencia”. También destacan que “no abandonó nunca sus principios”, y que fue un compañero “consecuente, austero, que con su entrega permanente nos ha enseñado el valor de la lucha y de no anquilosarse con lo establecido”. “Destacamos entre sus virtudes, el carácter revulsivo de sus ideas permanentemente y su pensamiento transgresor”, agregan.
Su nombre completo era Julio Ángel Marenales Sainz. Nació en Montevideo el 24 de enero de 1930 y comenzó temprano su militancia política: a los 16 años ingresó al Partido Socialista. Ya en la década del 60, formó parte del nacimiento de Coordinador, que luego daría lugar al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Antes del golpe de Estado estuvo varias veces preso y fue luego uno de los nueves rehenes tupamaros.
Ya en democracia, fue uno de los fundadores del MPP, sector que cuestionó (“gigante estúpido”, dijo alguna vez), pero que nunca abandonó. También fue crítico con los tres gobiernos del Frente Amplio (“el viejo Batlle hizo más que nosotros”, concluyó en otra oportunidad), pero nunca se alejó de tiendas frenteamplistas.
En 2010, ya con José Mujica como presidente, planteaba, sin estar “en contra” de las políticas que llevaba adelante el Frente Amplio (FA), su insatisfacción con la falta de “perspectiva estratégica” de la izquierda en el gobierno. “No soy un progresista y lucho por un cambio social. Sigo siendo un revolucionario, aunque sea una palabra fuerte. A muchos luchadores sociales los fagocitó el sistema y ese riesgo sigue presente porque no somos superhombres”, decía, durante la presentación del libro “Marenales, diálogos con el dirigente histórico tupamaro”, escrito por el periodista Sergio Márquez.
También durante la gestión presidencial de Mujica, jugó fuerte en la interna frenteamplista en varias ocasiones. Durante uno de los primeros cortocircuitos con Tabaré Vázquez, puntualmente por las políticas antitabaco, declaró: “si las movidas políticas de Vázquez empiezan a estorbar, a mí me va a tener en la vereda de enfrente. A mí y a muchos más”.
Aunque mantenía diferencias con el rumbo de la política económica de Danilo Astori, más de una vez salió al cruce de quienes lo cuestionaban en el FA pero no presentaban planes alternativos. En una entrevista con la diaria, publicada en julio de 2010, polemizó por este tema con el Partido Comunista: “Los compañeros han expresado su disconformidad con la línea económica, pero ¿cuál es la propuesta alternativa? Nadie hasta ahora elaboró nada. Me atrevería a hacer una crítica a la política económica si tuviera en qué sostenerla. Pero eso hoy no existe, y hay que tener cuidado. No quiere decir que comparta punto por punto lo que se hace, pero hay que ser responsables políticamente. Ojo que no le tengo temor a nada, pero no soy irresponsable. Y hoy la verdad es que no tenemos elementos objetivos como para decirles a los compañeros del equipo económico, al equipo de Astori, que discrepamos con tal cosa y que pensamos que sería mejor tal otra”
Los últimos años de su vida los pasó en Salto, junto a su esposa, y cada tanto opinaba desde el norte sobre la política nacional. Cuando en 2013 renunció a la orgánica partidaria, explicó así los motivos de su alejamiento: “Básicamente, lo hago porque tengo 83 años y dediqué 67 a la política. Me parece que es bastante. No me voy a alejar del todo. Tampoco me voy a quedar quietito callado, voy a seguir opinando”.