La precandidatura del ex presidente colorado Julio María Sanguinetti sigue sumando nuevas listas. Ayer en Maroñas, se largó la 200010, liderada por el candidato a diputado Pablo Ferrari, quien fuera director nacional de Deporte cuando el Ministerio de Turismo y Deporte estaba a cargo de Pedro Bordaberry (2003-2005). Justamente, al iniciar el acto Ferrari recordó a Bordaberry, su mentor político, y también la salida de la crisis de 2002. Luego tomó la palabra el ex presidente, quien también se retrotrajo a aquella época y subrayó que no sólo Tabaré Vázquez pedía el default, sino que también lo hacía el Fondo Monetario Internacional, como en el caso de Argentina. A su juicio, el país vecino todavía está pagando las consecuencias de haber caído en default. “Porque después de que se pierde la confianza, recuperarla es muy difícil, y Argentina desgraciadamente nunca logró recomponerla; en cambio, nosotros en aquel momento pusimos a prueba el país. El 2002 es una fecha histórica, lo reconocieron Vázquez y [Danilo] Astori cuando llegaron [al gobierno]”, sostuvo Sanguinetti.

Luego tuvo algunas de sus digresiones comunes. Mencionó, por ejemplo, la guerra civil de 1904 para señalar que “de los enfrentamientos fue saliendo la concordia”, y así dijo que también se salió de la dictadura, pero “sin tiros” ni “violencia”. También sostuvo que la sociedad uruguaya “ha retrocedido” por “la violencia en las calles” y la “pérdida de respeto” a figuras como el comisario y la maestra. Luego dijo que la Unión Soviética no cayó por una guerra o una revolución, como la mayoría de los imperios, sino por “la fuerza de igualar para abajo”. “Eran iguales pero todos pobres, sin iniciativa ni reconocimiento al esfuerzo, por eso cada músico que podía escaparse de la orquesta lo hacía. Se fundieron, y cuando tuvieron que competir con Estados Unidos se derrumbaron”, indicó.

Por último, hablando del déficit fiscal y la caída de las inversiones, se refirió al proyecto de la segunda planta de UPM. Dijo que la inversión “es buena e importante” pero “no es aceptable” el “secreteo con el cual se ha manejado”, que hace que “nunca se termine de saber lo que se pactó”, y que “todavía tengamos que soportar la indignidad de hacer un ferrocarril de 1.500 millones de dólares para luego ver si se instalan o no”. Agregó que es una indignidad porque “hace a la soberanía de país”. Antes del acto, en rueda de prensa, el ex presidente señaló que para bajar el déficit fiscal hay que aplicar lo que ya hizo en sus gobiernos, la medida de reponer una vacante de cada tres que se generan en el Estado (actualmente el gobierno repone dos de cada tres en la administración central). En cuanto a UPM, dijo que su importancia radica en “el valor de arrastre”, más allá de quienes trabajen en la empresa en sí, “que serán algunos cientos”.