Si bien el plan La Energía se Transforma, de Alcoholes del Uruguay (Alur), está en marcha desde 2014, para este año Alur decidió ampliarlo e importar más recipientes para cubrir la demanda, poder instalar más contenedores para vecinos y, además, incentivar el reciclaje de este aceite de frituras en comercios que estén interesados. Se trata de una propuesta que promueve el reciclaje del aceite comestible usado, proveniente de su cocción en los hogares.
La compra de los recipientes tiene un costo alto y se hacen importaciones dos veces al año desde España y en grandes cantidades. En estos cinco años de funcionamiento se recolectaron dos millones de litros de aceite comestible para transformarlos en biodiésel. Se calcula que esto evita la contaminación de 2.000 millones de litros de agua, debido a que el aceite no fue vertido en desagües; cada litro de aceite reciclado permite que se salven 1.000 litros de agua.
El aceite recolectado se transforma en biodiésel mediante un proceso sencillo que implica un pasaje por un filtro. Además de evitar la contaminación del agua y del aire, el biodiésel reduce las emisiones de CO2 en más de 80% frente al gasoil derivado del petróleo.
Con la aplicación del plan, desde 2014 se logró que 5.312.740 kilogramos de CO2 no sean dispersados a la atmósfera, lo que equivale a las emisiones de 1.525 vehículos circulando durante un año, según explicó Pablo Cabán, gerente general de Alur. El plan funciona en cuatro departamentos: Montevideo, Canelones, Maldonado y Paysandú. A pedido de vecinos y autoridades, esta semana se instaló el contenedor 21 del programa en el Centro Comunal Zonal 7 de Montevideo, perteneciente al Municipio E. En la inauguración del contenedor se les entregaron recipientes a escolares para almacenar el aceite usado, como parte de una educación ambiental para trabajar con escuelas. Para ubicar los contenedores del programa se escogen lugares en los que haya alta circulación de personas. El primero fue colocado en la escuela 47 de Capurro, elegida por su influencia en el área de la planta de biodiésel de Montevideo.
La recolección y deposición del aceite es sencilla: los vecinos que tengan los recipientes adecuados deben llenarlos con el aceite usado y luego depositarlos en el contenedor más cercano. Luego, una máquina devuelve un nuevo envase, limpio y vacío. A los comercios que lo soliciten se les entregan los recipientes pero con un envase especial y más económico, que permite darle un destino adecuado a este residuo contaminante.
Cabán aseguró que este reciclaje sólo puede hacerlo en Uruguay la planta de biodiésel de Alur, y que el aceite debe ser comestible, por lo que no sirve el de automotores. Agregó que el costo del reciclaje es alto, pero tiene sus beneficios ambientales y a eso se apunta.
En la web de Alur se puede consultar en qué puntos se encuentran los contenedores y dónde se pueden retirar los envases vacíos.