Cerca de un centenar de personas acudió anoche al teatro Stella a escuchar las palabras del precandidato a la presidencia por el Frente Amplio (FA) Óscar Andrade, en el marco de una actividad por la memoria, verdad y justicia organizada por la Comisión de Derechos Humanos del Partido Comunista (PCU).

En su discurso, Andrade reivindicó las luchas de los trabajadores, estudiantes y miembros de la sociedad civil frente la represión dictatorial y sostuvo que es necesario “mirarnos en esos espejos” para afrontar hoy las “batallas” contra “sectores del poder que quieren reinstalar un Uruguay que oriente las políticas para los poderosos”, y demostrar que “la política vale la pena”.

“No va a haber futuro de transformaciones populares si no se democratizan las Fuerzas Armadas [FFAA], y las señales de las últimas semanas nos demuestran con claridad que es un terreno en el que hemos avanzado muy poco” y dejaron en evidencia a un “sistema político que no supo reaccionar a la gravedad del asunto”, sostuvo Andrade. En ese sentido, manifestó que “tenemos derecho a indignarnos” frente a algunas declaraciones de políticos de la oposición que, ante la destitución del entonces comandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos, actual precandidato a la presidencia por Cabildo Abierto, sostuvieron “que era un comandante digno”.

Además, Andrade apuntó contra el precandidato por el Partido Nacional Luis Lacalle Pou, quien, sostuvo, según el precandidato oficialista, que “hay buenos y malos en dos bandos”. Luego cuestionó los “artilugios” de la oposición para no votar las venias en el Senado para el pase a retiro de los integrantes del Tribunal de Honor Militar de José Nino Gavazzo, Jorge Silveira y Luis Maurente. “Este es el escenario que tenemos”, enfatizó.

“La batalla contra la cultura de la impunidad es una batalla compleja, pero es un compromiso imprescindible porque no está en el ayer, está en el mañana”, expresó Andrade, y sostuvo que Uruguay debe observar los fenómenos que se han producido en la región. Como ejemplo, mencionó la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil. Añadió que se trata de “un presidente que celebra el golpe de Estado” y puntualizó que ganó porque no se logró instalar el “proceso progresista”.

De todas formas, señaló que Uruguay, frente a la impunidad, se para en “otro escenario”, y añadió que eso se vislumbró el 20 de mayo en la Marcha del Silencio, con la participación de miles de personas. “El pueblo uruguayo se niega al olvido y a la perspectiva de que no se puede dar vuelta de página, porque no hay reconciliación posible entre el fascismo y la democracia”, añadió.

El precandidato celebró los avances en materia de verdad y justicia que se produjeron durante los gobiernos del FA; sin embargo, destacó que es “muchísimo lo que falta” y señaló que avanzar es un “compromiso” para la izquierda “para iluminar el futuro y construir esperanza de una patria sin impunidad”. A su vez, planteó que “ser capaces de hacernos cargo de superar la cultura de impunidad” es parte de “profundizar la democracia”.