La semana próxima, la empresa finlandesa UPM hará público su informe financiero de mitad de año a sus accionistas. Allí quedará más claro el estado de avance de las conversaciones con el gobierno uruguayo para la instalación de su segunda planta de celulosa en el país. Hasta el 23 de julio, UPM está “en período de silencio”, pero según pudo saber la diaria de fuentes cercanas a la negociación, la empresa finlandesa entiende que hay aspectos importantes que aún no están cerrados para tomar su decisión final de inversión. El martes, el intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, dijo a Radio Uruguay que estaba preocupado por el silencio de la empresa.

En el diagrama que detalla las etapas y fases previas a la toma de decisión de instalar la pastera, publicado en el sitio oficial de la empresa, el color verde marca los temas solucionados, y el amarillo los pendientes. Según indicaron las fuentes, hay asuntos que permanecen en amarillo desde la última vez que UPM convocó una reunión informativa con la prensa, en mayo.

La negociación entre el gobierno y UPM se divide en tres etapas; culminada la segunda, la empresa tomará la decisión de inversión. A su vez, la segunda etapa se subdivide en tres fases de negociación, cada una con sus hitos. La segunda fase de la segunda etapa se cerró en setiembre de 2018. Estaba previsto que la tercera fase culminara el 31 de marzo de 2019.

El 9 de mayo, las autoridades de la empresa en Uruguay indicaron los temas pendientes, básicamente vinculados a infraestructura y aspectos laborales. Después de esa fecha, hubo avances en el proyecto del Ferrocarril Central: ese mismo mes se firmó el contrato para el inicio de las obras y el 23 de mayo se puso la piedra fundamental.

La semana pasada, el titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Ernesto Murro, dijo a El Observador que la casa matriz de UPM en Finlandia “aceptó hace aproximadamente diez días las propuestas del gobierno” acerca de los protocolos para la construcción de la planta y las regulaciones laborales. El ministro dijo que lo negociado se conocerá una vez que se confirme la inversión. En la misma línea, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, dijo a la diaria que “no quedan temas abiertos” en la negociación.

No es la primera vez que el gobierno da por cerrada la negociación con la empresa. El 9 de mayo, el presidente Tabaré Vázquez dijo que estaba “todo en verde”, minutos antes de que los representantes de UPM enfatizaran, en diálogo con la prensa, los aspectos “en amarillo” que aún faltaba cerrar.

Los trabajadores no están al tanto

En el contrato entre el gobierno y UPM, el primero se compromete a “convocar a un ámbito de negociación conjunta entre el PIT-CNT, UPM y el MTSS, con el objeto de acordar la implementación de Procedimientos de Prevención y Solución de Conflictos, así como la regulación de Piquetes y Ocupaciones”, y luego a “incorporar al Derecho Positivo Uruguayo –bajo la forma de ley, decreto o eventualmente convenio colectivo– las normas resultantes de los acuerdos que se logren como resultado de dicha negociación”, lo que deberá producirse “con anterioridad a la decisión de inversión de UPM”. “UPM deja expresa constancia [de] que si el resultado de las negociaciones en ese ámbito no fuera plenamente satisfactorio a los requisitos del Proyecto de UPM, podrá constituir una causal para que UPM no tome una Decisión Final de Inversión positiva”, añade el contrato.

Según este mismo documento, para cerrar la fase 3 de la segunda etapa se requiere en materia laboral “firmar los protocolos laborales” y “emitir la regulación” correspondiente. Esto aún no ha sucedido.

Daniel Diverio, presidente del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA), explicó a la diaria que en la reunión que mantuvieron con UPM y el gobierno para tratar este tema el SUNCA dejó en claro que está de acuerdo en que haya un protocolo de solución de conflictos, y propuso utilizar el protocolo base firmado en convenio colectivo por los sindicatos con la industria de la construcción. “Es un protocolo que está vigente y que ha tenido muy buenos resultados en la construcción”, aseguró Diverio.

Sin embargo, después de esa reunión en la que el SUNCA presentó el protocolo base, el sindicato no supo nada más del tema. “A nosotros no nos comunicaron nada, ni el gobierno ni UPM, de que tengan intenciones de darle otra redacción al protocolo”, resumió Diverio. Afirmó que no tiene claro “qué es lo que dicen que está cerrado”. “Si el gobierno dice que está cerrado porque ya existe un protocolo de solución de conflictos [el protocolo vigente para la industria de la construcción]... bueno, estamos de acuerdo”, apuntó.

El SUNCA también mantuvo reuniones con la empresa para discutir sobre cuestiones vinculadas a la higiene, la salud y la vivienda de los trabajadores en la etapa de construcción de la planta. Se armaron comisiones sobre estos temas “que tampoco tuvieron mucho resultado, porque avanzamos hasta donde pudimos avanzar”, apuntó Diverio. “Quizá teníamos diferencias que no se podían saldar en el tema de la alimentación, del alojamiento, en la seguridad e higiene. En lo que avanzamos, avanzamos, y lo otro se dejó para seguir conversándolo a medida que se vaya desarrollando la obra”, explicó.