El 30 de junio, después de que se conocieran los resultados de las elecciones internas, el candidato electo por el Partido Nacional (PN), Luis Lacalle Pou, anunció que su compañera de fórmula sería la presidenta del directorio nacionalista, Beatriz Argimón. En entrevista con la diaria, la candidata a la vicepresidencia habló del relacionamiento entre los dirigentes blancos y las propuestas del partido respecto de la violencia de género, y afirmó que se “tienen mucha fe” para llegar al balotaje en octubre.
¿Cuándo asumiste la presidencia del directorio manejaste la posibilidad de tener una postulación importante tras las internas?
No, durante muchos años, en esto de ser mujer política, iba planificando mi futuro, después comenzó un período en el que empecé a trabajar más en equipo. Ya como secretaria del directorio, en la época en la que Luis Alberto Heber era presidente, pude desarrollar muchas cosas que quería, en especial en el ámbito de la comunicación, como usar las nuevas tecnologías para tener una comunicación interna y externa mejor. Cuando se fue Heber y Luis Lacalle Pou habló conmigo y me propuso ser presidenta del directorio, me entusiasmaron dos cosas: fortalecer esa línea de acción, y mostrar que las mujeres podemos llevar adelante acciones concretas, en un año complicado para ordenar, cualquiera sea el partido. Por primera vez no iba a poder ser convencional, pero como todo político tuve que optar, y yo me jugué a la presidencia del directorio y a poder trabajar la unidad del PN.
El PN se identifica mucho con el interior del país. ¿En algún momento manejaron la posibilidad de que la fórmula sea identificada sólo como capitalina?
No lo manejamos porque tanto Luis [Lacalle Pou] como yo tenemos muchos años de militancia, tenemos conocimiento del país, estamos absolutamente compenetrados con la descentralizacion. No fue algo que pudiera afectar la idea de presentar una fórmula. En realidad somos metropolitanos, él trabaja en Canelones y mi historia política es en Montevideo, pero nunca fuimos exclusivos de nuestros departamentos.
En el caso de que el PN gane las elecciones, serías la segunda vicepresidenta mujer en la historia de Uruguay.
La primera electa.
Sí, pero no la primera en cumplir esa función. ¿Qué opinás de Lucía Topolansky en el rol de vicepresidenta?
No estoy en el Parlamento, pero me dicen que Lucía es muy buena coordinando con el resto de las bancadas.
Ese era uno de los requisitos que Luis Lacalle Pou decía que debía tener la persona que lo acompañara en la fórmula: ser una persona articuladora.
Sí, pero el que viene es un escenario diferente. No olvidemos que en el próximo Parlamento seguramente no haya mayoría parlamentaria. No va a estar esa mayoría absoluta que tuvo el Frente Amplio [FA], por lo tanto la articulación y la negociación van a ser el abecé de la tarea parlamentaria.
A partir de tu candidatura a la vicepresidencia, hay dirigentes que te ven como la líder de un nuevo movimiento. ¿Te parece que puede surgir el “argimonismo”?
No. Más que un movimiento, sienten una apertura, en especial dentro del partido, pero seguramente también sea visto así desde afuera.
¿Qué opina del acercamiento de neonazis a Cabildo Abierto?
Los grupos neonazis existieron y existen, lamentablemente; han buscado distintos lugares donde estar.
¿Lo buscaron en el PN?
Sí, hace varios años quisieron ingresar y fueron expulsados, ya hace tiempo.
¿Cómo fue que los frenaron?
Tuvimos una denuncia de que había actividades de un grupo de estas características, se hizo una investigación y fue una decisión del directorio.
“La sociedad ve que esa mujer tiene que ir acompañada de un policía a todos lados. Eso le quita libertad, independencia, e incide en el entorno”
Lacalle Pou dijo que no está bien que las mujeres agredidas tengan guardia policial porque limita su libertad. ¿Estás de acuerdo con su planteo?
Sí. Las pulseras son una herramienta muy efectiva, de las más efectivas que hemos tenido dentro de lo que son las medidas que los jueces determinan, pero lo que estamos sintiendo es que la medida se eterniza, y si encima conlleva la presencia de un policía al lado de la víctima, uno entiende el espíritu de la protección, pero pasa a ser una revictimización. La sociedad ve que esa mujer tiene que ir acompañada de un policía a todos lados. Eso le quita libertad, independencia, e incide en el entorno. No es que eso ocurra por unos días. Hay cantidad de situaciones en las que la custodia perdura mucho en el tiempo. Comparto que la batería de contención, que apuesta a una mejor autoestima y a que la mujer empiece a desarrollar su vida, tiene que estar desde el primer momento. El control tiene que llegar al agresor, que debe tener un tratamiento específico, y, a la mínima falta de incumplimiento, el agresor tiene que ser decretado en desacato.
Gustavo Leal, vocero en temas de seguridad del candidato del FA, Daniel Martínez, se mostró a favor de aumentar las penas a los agresores. ¿Coincidís?
Estoy de acuerdo. Me parece que a esta altura es lógico que podamos hacer una evaluación de lo que está pasando. Las mujeres siempre supimos que esto es un flagelo y costó que la sociedad asumiera que lo es. Nos costó tener una ley [Ley 19.580, de violencia hacia las mujeres basada en genero], que no tiene el presupuesto que corresponde, pero seguimos teniendo serios problemas. Hoy, con las herramientas que tenemos, hay cosas que se pueden hacer y no se están haciendo, como procesar por desacato. Después hay que hacer evaluaciones estadísticas y [ver] si es necesario ampliar las penas. En el programa del partido se habla de forma explícita de otorgar las partidas presupuestarias para lo que establece la ley.
En un acto, Lacalle Pou dijo que promoverá una “agenda provida” y luego declaraste que se refirió a una política proactiva. ¿Hubo una confusión de términos por parte del candidato?
Siempre aclaro que la libertad es la base del PN. La única etiqueta que tenemos es la de ser nacionalistas. El partido como tal no forma parte de ningún movimiento, de ninguna internacional. Ese día [el 14 de agosto] estábamos en Colonia y en la conferencia de prensa se le preguntó a Luis expresamente sobre si vamos a modificar leyes que tienen que ver con lo que se denomina la nueva agenda de derechos, a lo que él contestó que no. También se le preguntó si se va a mantener todo lo que tiene que ver con la política de anticoncepción, a lo que Luis dijo que sí, y dijo que [promoverá] todo lo que sea provida, y terminó con la idea de una maternidad y paternidad responsables. No lo dijo en el sentido del movimiento [provida]. Si hubo un partido que empezó a cambiar la visualización de determinados temas, desde hace ya un tiempo, es el PN.
También es el partido que tiene en sus filas a los promotores del prerreferéndum contra la Ley Integral para las Personas Trans, Carlos Iafigliola y Álvaro Dastugue.
Sí, el tema es que este partido se basa en la libertad. Dentro del PN cualquier grupo o miembro podrá querer llevar adelante una iniciativa; lo que vamos a garantizar es que tenga la libertad de hacerlo, pero el PN como institución no se involucrará. No se involucró en lo que fue la última convocatoria sobre la ley trans ni sobre Vivir sin Miedo, y estoy hablando de dos temas totalmente distintos.
¿Esto no le podría quitar votos al PN?
No. Hay una multiplicidad de expresiones que en estos 182 años se han acompasado a los vaivenes de la sociedad que nos toca vivir, y hoy somos una opción de gobierno.
Juan Sartori ya es una realidad en el PN. ¿Te parece que está distorsionando la interna del partido?
Cuando Sartori llegó, los movimientos en la interna ya estaban trabajando. Él llegó al final del año pasado y pasó lo que en general pasa en los grupos humanos: quienes venían trabajando miraban al de afuera con cautela, y quien llegaba no conocía los códigos de relacionamiento y venía con determinada predisposición. Eso llevó a que los primeros tiempos no fueran fáciles. Como todo grupo, no todos nos llevamos de maravilla ni coincidimos 100% en todo. Pero en base al conocimiento de cada uno, las cosas después se fueron modificando. Ahora Juan Sartori, después de la elección, asume el rol de tener que pelear por su Senado. Eso es lo que va a hacer, igual que lo está haciendo el resto de las cabezas de lista. Es más, la última semana se incorporó a la gira de la fórmula.
Pero sigue teniendo encontronazos con algunos dirigentes.
Sí, pero eso pasa más por un tema de relacionamiento personal.
La campaña parece muy polarizada entre el PN y el FA. ¿Cómo manejan el crecimiento de la figura del candidato colorado, Ernesto Talvi?
Estamos asumiendo nuestra relación con el arco opositor. En ese sentido, nuestro vínculo es con Talvi y todos los partidos de la oposición.
Pero también tienen que competir con Talvi en octubre.
Sí, pero nos tenemos mucha fe. Tenemos fe en el programa de gobierno y en cómo estamos encarando la campaña. Tenemos un partido movilizado, que entiende los parámetros de esta elección. Además, tenemos equipos de trabajo muy buenos, de primer nivel.
“He llegado a lugares en los que me ha tocado romper el techo de cristal y me parece que está bueno que otras compañeras tengan la posibilidad”
¿Vas a integrar alguna lista al Parlamento?
No, en principio no. Mi opción en el equipo fue esta, porque entiendo que es una forma de que otras mujeres ingresen a la política. He llegado a lugares en los que me ha tocado romper el techo de cristal y me parece que está bueno que otras compañeras tengan la posibilidad.
Anunciaste que vas a tener una mirada vigilante para que se cumpla con la ley de cuotas.
Totalmente. Me parece que me he ganado el derecho de poder hacer un seguimiento profundo, de tener el diagnóstico y proponer cambios, si hay cosas para mejorar. Ha sido un tema por el que milité toda la vida y tener esta responsabilidad me compromete más.
Muchas veces los nacionalistas aseguraron que Tabaré Vázquez está ausente del gobierno. ¿Siguen pensando lo mismo?
Nos parece que tuvo menos protagonismo que en su primer gobierno.