La Cámara de Senadores no tomó resolución sobre la situación de Venezuela al no obtenerse, este martes, los votos necesarios para aprobar ninguna de las dos mociones presentadas. Por un lado, el senador del Partido Nacional (PN) Javier García, con el apoyo de la oposición, presentó una declaración en rechazo al gobierno de Nicolás Maduro. Por otro, la bancada de senadores del Frente Amplio (FA) elevó una moción en respaldo a la cancillería uruguaya y a su apuesta a la negociación. Fue la tercera vez en seis meses que se debatió el tema en la cámara alta.

El senador nacionalista elaboró su propuesta a raíz de que el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, el candidato del FA, Daniel Martínez, y el ex presidente José Mujica afirmaron que en Venezuela existe una dictadura. García señaló que el cambio de opinión es “bienvenido”, pero que era necesario evaluar si era “producto de la convicción” o “de que estamos a tres meses de las elecciones”.

La moción de la oposición obtuvo 14 votos correspondientes al PN, el Partido Independiente (PI) y el Partido Colorado. En primer lugar, se solicitaba al Senado que expresara la “más enérgica condena a la dictadura de Nicolás Maduro”. Este fue el punto más polémico del debate: oposición y oficialismo, con puntos de encuentro en la defensa de la democracia y los derechos humanos, pero con posturas diferentes frente al gobierno de Maduro, se acusaron entre sí de oportunismo electoral. Tras la votación de este punto, García dijo: “Todo lo que va a venir y va a obtener mayoría acá niega la censura a la dictadura de Maduro. Quedó constatado que lo que algunos dirigentes del FA dijeron en los medios de prensa –empezando por su candidato a la presidencia– no condice con la acción y con las manos levantadas en el Senado por el FA”.

En segundo lugar, la oposición aseguró que “la solución a los problemas que pasan los venezolanos no puede ser mediante el uso de la fuerza o intervenciones armadas, debiéndose recurrir a los instrumentos que nos da el derecho internacional”. Por último, solicitó que el Senado apoyara “el camino iniciado por varios estados para que la Corte Penal Internacional investigue los presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos por Nicolás Maduro, y así proceder en consecuencia”.

La moción de la bancada del FA señalaba que la coalición de izquierda se ha pronunciado “con preocupación sobre las situaciones de gran tensión entre el gobierno y la oposición venezolana”, y manifestó su apoyo a las “acciones que el gobierno uruguayo ha llevado adelante a través de cancillería”. Los senadores frenteamplistas ratificaron su respaldo a “los esfuerzos” realizados por el Grupo Internacional de Contacto y manifestaron su apoyo a las reuniones que se están desarrollando en Noruega y Barbados. La moción contó con 16 votos del oficialismo, pero dado que el tema fue ingresado como un “asunto político”, se requería una mayoría especial de dos tercios para aprobar una declaración, según establece el reglamento de la cámara alta.

El debate

En la instancia de debate, García fue el primer orador. El senador sostuvo que “en estos años, por complicidades políticas, ideológicas, económicas y comerciales desde el oficialismo uruguayo se calló, se hizo silencio, cuando en Venezuela el régimen de Maduro asesinaba, torturaba y violaba los derechos humanos”. Comentó que eso “relativamente cambió” cuando Astori, Mujica y Martínez cambiaron de opinión. De todas formas, cuestionó que se justifique ese cambio de opinión en la publicación del informe de la alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. “Es necesario que alguien de mi círculo de amigos ideológicos descubra que se violan los derechos humanos para darme cuenta de que sí”, ironizó, y añadió: “Si la persona que tortura es de izquierda, entonces no es una tortura”.

Sostuvo que “algún día” Uruguay sabrá “cuál fue el precio del silencio”, “de la complicidad”, “el precio de que dirigentes políticos miraran para el costado ante el asesinato y ejecuciones extrajudiciales en Venezuela”. A su turno, la senadora frenteamplista Mónica Xavier dijo: “Censura, rechazo, apoyo a la Corte Penal Internacional, cese de los crímenes. Todo eso está claro en el planteo del senador García. No queda claro, porque no lo expresa, la vía del diálogo y el apoyo a la negociación”. Asimismo, señaló que la “ausencia de apoyo” de la oposición a las negociaciones que ha desarrollado el gobierno uruguayo puede interpretarse como una forma de “aprovechar en campaña electoral las diferencias dentro de la bancada y el Ejecutivo” del FA.

Xavier subrayó que el FA “nunca miró para el costado” ni hace “silencios cómplices”. Enfatizó que la única respuesta a la situación de Venezuela que puede otorgar la bancada frenteamplista es la de la negociación, porque la “otra es la de la intervención” y “nadie es muy categórico, desde quienes no apoyan la negociación, es decir, si la otra vía es la que pretenden recorrer”. “No se necesita decir que es una dictadura para plasmar la gravedad de los hechos que se denuncian”, expresó.

Por su parte, el senador y candidato presidencial por el PI, Pablo Mieres, señaló que este debate “no es sólo [sobre] la opinión sobre Venezuela”, sino sobre la extensión de “las convicciones democráticas” en el sistema político uruguayo. “La democracia es un valor esencial que no depende de la orientación ideológica del gobierno de turno”, agregó. Mieres sostuvo que esta situación quedará como “una culpa histórica” por “mirar por el costado ante una masacre” y criticó que se use como excusa “la negociación con un gobierno que no está dispuesto a negociar nada”.

Por su parte, el senador frenteamplista Juan Castillo también se refirió al informe de Bachelet y señaló que a pesar de su contenido “no hace referencia a una dictadura en Venezuela”. “El problema de fondo en Venezuela no es Maduro, no es si respetan o no la Constitución y la democracia, no es la revolución bolivariana. El problema de fondo en Venezuela es que están parados sobre el 20% de la reserva de petróleo más grande del mundo”, expresó Castillo, y añadió: “El problema es que el imperialismo se quiere apropiar de eso, como siempre ha ocurrido en la historia de nuestra América”. En ese sentido, señaló que le hubiera gustado generar un debate para discutir “en qué situaciones están viviendo todos los demás pueblos de América Latina”.