Uno de los informes de auditorías que se publicaron en la página web de Presidencia de la República el lunes es el del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA), en el que se señala que de la actuación de seguimiento realizada surge que de un total de 14 recomendaciones realizadas en la auditoría anterior (2018) “a los efectos de mitigar los riesgos a los cuales se encuentra expuesto el organismo” ocho no fueron implementadas, tres fueron implementadas parcialmente y tres se implementaron en su totalidad.

Entre los factores de riesgo “alto” ‒los informes distinguen cuatro niveles de “criticidad”: extremo, alto, medio y bajo‒ se destaca la posible “desviación de los desechos y productos psicoactivos no conformes para fines no autorizados” ‒aunque se señala que las recomendaciones que refieren a este punto se están implementando de forma parcial‒ y la falta de controles sobre las “obligaciones laborales de las empresas licenciatarias”.

Consultado por la diaria, Diego Olivera, el ex director del IRCCA, señaló que este informe ya se había dado a conocer a las autoridades en el período de gobierno anterior, y que tampoco es la primera auditoría que se realiza a la institución. “Para el IRCCA, y creo que para todo el gobierno anterior, la realización de auditorías es algo beneficioso y deseable, lo negativo es que un buen instrumento de gestión se desvirtúe con la finalidad de darle un uso político”, consideró el ex jerarca. A su entender, el gobierno está “distorsionando” el instrumento “al darle el carácter de insumo para el juego político o la disputa política” y “echa un manto de sombra inespecífico sobre el funcionariado de todas estas instituciones” al hablar de “desidia y falta de apego a las normas”.

“En la conferencia de prensa, cuando los periodistas le solicitan a la ministra que baje a tierra esa conceptualización general, prácticamente no desarrolla ningún ejemplo”, continuó Olivera, y consideró que “se le está dando un tono político y una gravedad a algo que es parte de una gestión normal”. Por otra parte, destacó que en el caso del IRCCA no hay ninguna observación con carácter “extremo”, y respecto de las observaciones con riesgo “alto”, sostuvo que “son aspectos que el IRCCA gestiona bien, pero por supuesto que siempre se puede mejorar”.