Mientras transcurre el último día de discusión del proyecto presupuestal en la Cámara de Diputados, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, manifestó que la crisis por la pandemia colaboró con “un enfoque distinto del presupuesto”, en línea con la pretensión del gobierno de evaluar las políticas en función de “sus impactos en la población” y no del dinero que se le asigna.

Este jueves, en dos eventos organizados por organismos internacionales, Arbeleche destacó el buen manejo de la pandemia que viene realizando Uruguay, así como las medidas llevadas adelante por el gobierno en lo social, económico y financiero. Señaló como un diferencial del país el sistema de cobertura social “de larga data” y la “política de prefinanciamiento” en el manejo de la deuda.

La moderadora de la reunión anual del Banco Mundial (BM) consultó a la ministra —que compartió panel con jerarcas de otros países y un premio Nobel de Economía, Abhijit Banerjee— sobre la coordinación entre ministerios en el marco de la pandemia y para la elaboración de un presupuesto en momentos de crisis. “La crisis por la pandemia nos ha ayudado a un enfoque distinto del presupuesto para estos cinco años. Que lo importante son las personas y no el dinero que se gasta, o qué tan bien aceptada sea una política. Lo importante es la persona, el estudiante así como el paciente [en el caso del combate al coronavirus], no importa el dinero que gastemos sino lo que hagamos, y el impacto que tiene en nuestra población. Nos ha ayudado a cambiar [la llegada de la covid-19] el enfoque hacia esta nueva forma de hacer el presupuesto”, respondió Arbeleche.

Más temprano, al participar en la Conferencia CAF 2020 Relaciones Europa-América Latina, la ministra habló después de que la moderadora y la titular de la Secretaría General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, destacaran tanto los resultados de Uruguay en el combate al coronavirus como su situación de privilegio en términos regionales previo a la llegada de la pandemia.

“El caso uruguayo es distinto [al resto de los expuestos]. Hasta el momento el manejo de la pandemia nos muestra que tenemos la situación acotada. La estrategia se basa en distintos pilares: libertad para los ciudadanos y responsabilidad; combinación entre el respaldo de la comunidad científica con un liderazgo político claro; un conjunto de medidas sanitarias, sociales y económicas que, como decían, se basaron en un sistema de seguridad social y sanitario que no es nuevo en Uruguay, sino que tiene una tradición de muchos años”, expresó.

Arbeleche añadió que “más allá” de la cobertura social “amplia y de larga data”, ante “una situación extraordinaria” hubo que pensar medidas de ese tenor. “Creamos mecanismos de seguro de desempleo parcial y un subsidio por enfermedad para los mayores de 65 años para reforzar que permanezcan en el hogar. También se postergaron impuestos, se dieron subsidios directos a los sectores más vulnerables, y apoyos a los trabajadores por cuenta propia”.

En esa enumeración de medidas, la jerarca señaló que “quizás el mecanismo económico más importante, donde hemos puestos más las baterías, ha sido el apoyar a las pequeñas y medianas empresas [pymes] con líneas de crédito garantizadas por el Estado”. Esta política, afirmó, buscó “darles apoyo de liquidez para evitar que las empresas llegaran a tener problemas de solvencia”.

En ese sentido, resaltó que “en Uruguay desde hace muchos años en el manejo de la deuda tenemos políticas de prefinanciamiento, con liquidez en caja y líneas contingentes con organismos multilaterales, que permiten cubrir los [pagos en los] meses hacia adelante”. Sostuvo que ese colchón fue “muy importante cuando se desató la crisis”, porque los mercados “estaban virtualmente cerrados” y se recurrió a los créditos contingentes que el país tenía gestionados.

“Uruguay pudo hacer valer esa política de prefondeo y líneas contratadas de forma contingente. Luego [de realizar los pagos iniciales con esos créditos] pudimos emitir en el mercado internacional en moneda local y con una tasa de interés menor”, detalló.

Igualmente, Arbeleche evaluó que “el impacto económico es fuerte” a raíz de la covid-19, con una caída de la economía cercana a 11% en el segundo trimestre. Aunque repasó que “estamos viendo indicadores que nos muestran una reactivación”, como la caída del número de personas en seguro de desempleo, y la recuperación de la recaudación de impuestos y la demanda de combustibles, sostuvo que la retracción esperada, de 3,5% del PIB, para este año “es significativa, pero en la comparación internacional no es tan negativa”.

Por otro lado, subrayó que el gobierno, más allá de atender lo relativo a la pandemia, “no perdió la mirada de mediano plazo”, promoviendo la aprobación de leyes y reformas que consideró “prioritarias desde lo estructural”.