El ministro de Defensa Nacional (MDN), Javier García, dejó sin efecto una resolución que firmó el 19 de octubre en la que había suscrito un convenio de cooperación con el Ministerio de Salud Pública (MSP) y otra decena de instituciones para la implementación del programa Familias Fuertes en Uruguay, tras advertir que la iniciativa tiene una “vinculación religiosa” en algunos de los países donde se implementa. El programa Familias Fuertes es una iniciativa promovida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) orientada a mejorar los vínculos intrafamiliares y prevenir la violencia, el consumo de drogas y comportamientos sexuales “de riesgo” en adolescentes de entre diez y 14 años de edad.
“El presente Convenio de Cooperación tiene por objeto orientar a las familias a mejorar la salud y el desarrollo de los adolescentes con el propósito de prevenir conductas de riesgo a través de fortalecer los lazos familiares y lograr una comunicación efectiva”, se establece en la resolución firmada por el MDN, a la que accedió la diaria. Allí se postula que “el país seleccionó este programa como modelo para ser aplicado en Uruguay, dado que fortalecer el involucramiento de los padres en la crianza de sus hijos se ha identificado como factor protector para prevenir conductas de riesgo en adolescentes”, como consumo de drogas, conductas violentas, relaciones sexuales sin protección, entre otras.
La propuesta llegó a manos de García por medio del MSP y “con el respaldo de la OPS”, pero, a la hora de firmar, la información que tenía era “incompleta”, según dijo el jerarca a la diaria. “Cuando profundicé y analicé [el programa] vi que tenía alguna vinculación religiosa, entonces no estuve de acuerdo. Vi que en algunos países tenía ese origen, y eso me pareció que no correspondía”, por lo que finalmente la resolución estuvo vigente durante menos de diez días, según indicó.
Si bien en el convenio no se hace mención a cuestiones religiosas o a un posible vínculo con otras instituciones, hay pruebas de la relación del programa Familias Fuertes con organizaciones religiosas en algunos de los países de América Latina donde se ha implementado. Por ejemplo, un artículo del sitio web de la Diócesis de Iquique de junio de 2015 anunciaba “un nuevo taller para facilitadores del programa ‘Familias Fuertes: Amor y límites’” en una parroquia en Santiago de Chile, financiado por el Fondo Nacional de Cuaresma de Fraternidad, una iniciativa de la iglesia católica chilena.
La fundación Cáritas, también de la iglesia católica, promovió este programa en El Salvador, según surge de una nota de su portal web titulada “Cáritas promueve metodología ‘Familias fuertes’ como herramienta para integración familiar y construcción de paz”. Allí se afirma que “Cáritas viene impulsando esta metodología en El Salvador desde hace cuatro años” y se agrega que “desde la Cáritas de El Salvador se ha expandido este conocimiento hacia las Cáritas de Guatemala, Nicaragua, Honduras y México”.
“Reinaldo y Melania fueron la única pareja que acudió junta a la graduación del programa que ayudó a 12 familias de tres diferentes colonias capitalinas a mejorar sus relaciones, fortalecer su amor con disciplina y valorar el regalo que Dios nos hace con la familia”, relata una crónica del blog de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), una organización de la sociedad civil cristiana instalada en Honduras, en la que se narra la historia de una de las familias de Tegucigalpa “que culminaron con éxito el programa ‘Familias Fuertes: Amor y Límites’”.
Según se detalla en el convenio, la aplicación del programa está prevista entre octubre y diciembre de 2020 a “modo de adaptación nacional” y para “la capacitación teórico-práctica de facilitadores”; es decir, los encargados de llevar adelante los talleres con las familias. Entre marzo y abril de 2021 “se realizará el lanzamiento público del programa” en siete departamentos “elegidos por disponibilidad de RRHH, y por el cruzamiento de datos como suicidio, violencias y consumos de sustancias en adolescentes”, y en 2024 se pretende alcanzar la aplicación del programa a nivel nacional, llegando a 570 familias.
Tal como lo define el modelo de la OPS, el programa se desarrolla en siete sesiones con una duración de dos horas y periodicidad semanal. “Durante la primera hora y de manera simultánea se lleva a cabo la sesión de padres y de adolescentes, cada facilitador dirigirá la sesión con el grupo correspondiente”. Asimismo, según se establece en el convenio, “las familias que tengan hijos menores contarán con servicio de cuidados para niños durante el tiempo de realizado los talleres” y al finalizar los siete encuentros se realizará “la ceremonia de graduación, donde se entrega el diploma de ‘Familias Fuertes’, y el premio de una ‘canasta de servicios’, que incluye un mes sin costo de UTE, OSE y Antel por familia”.
Además del MSP y el MDN, que finalmente no participará, el convenio involucra a una decena de instituciones: la Administración de los Servicios de Salud del Estado, el Ministerio de Educación y Cultura, la Administración Nacional de Educación Pública, el Ministerio de Desarrollo Social, el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, la Junta Nacional de Drogas, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, OSE, UTE y Antel.
Según fuentes del MSP consultadas por la diaria, actualmente el programa está cursando la etapa de firma del acuerdo interinstitucional, y la idea es ponerlo en marcha el año que viene. Todavía no se ha informado de esto oficialmente porque se está a la espera de la firma de todos los involucrados.