La representatividad femenina en las candidaturas a las intendencias del país no escapa a lo que continúa siendo la norma en las elecciones nacionales y departamentales: la escasa presencia de mujeres.
El 10 de mayo de este año se realizarán las elecciones departamentales, con 171 candidatos a titulares de las intendencias de todo el país. De 171, 27 son mujeres. En el análisis de la politóloga Verónica Pérez titulado “La participación política de las mujeres en el nivel subnacional en Uruguay: elecciones departamentales y municipales 2015”, se hace énfasis en la importancia que han cobrado las elecciones departamentales por ser la “puerta de entrada a los cargos nacionales”. En consecuencia, se plantea una explicación para la escasa presencia de las mujeres, también, en los cargos de representación nacional: si hay poca representatividad femenina a nivel local, menos la habrá a nivel nacional.
En este período, el Frente Amplio (FA) presenta 47 candidaturas, de las cuales 12 son de mujeres, y, con 25,5% de representatividad, es el partido que tiene más candidatas femeninas como titulares de las intendencias. Pero, según la politóloga Niki Johnson, hay que tener en cuenta que “antes había una mayor tendencia de presentar candidaturas únicas; ahora se está postulando mayor número de candidatos a las intendencias”. En 2015, el período electoral que finaliza, el FA tuvo una representatividad de 42,9%, según la investigación de Pérez. En 2000 era de 5,3%.
El Partido Nacional (PN) ha mantenido una representatividad escasa. En base a esa misma investigación, en 2000 las candidatas mujeres conformaban 2,8% de las candidaturas del PN, mientras que en el próximo período las titulares conformarán 7,1%. De las 42 actuales candidaturas del PN en todo el país, tres son de mujeres, incluida la candidatura montevideana de Laura Raffo, bajo el lema del Partido Independiente (PI), pero bajo el consenso de la coalición “multicolor”.
Según Johnson, que el porcentaje del PN sea bajo “no es de sorprender, porque tiene mayor competitividad”. Es decir que, para la politóloga, cuanto más posibilidades tiene un partido de ganar intendencias, menor será la posibilidad de que presente mujeres. Para Johnson, al haber un escenario en el que el PN es el gobierno electo, hay potencial para obtener más intendencias.
La “aparición” de la candidatura de Raffo “es interesante”, según Johnson, porque, “de alguna manera, es una renovación en Montevideo, ya que puede tener su fundamento mucho más claro que en departamentos del interior, porque tienden a ser más conservadores y tradicionales”. En la misma línea, aseguró que en la capital hay una “mayor legitimidad” de las candidaturas femeninas; se presenta así un “escenario en el que uno puede arriesgar”.
El Partido Colorado (PC) forma parte de la candidatura de Raffo y presenta cuatro candidatas más en todo el país, de un total de 39. De esta manera, la representatividad sería de 10,2%. En comparación con las elecciones pasadas, ha tenido un leve ascenso, de 0,7%. Pero, si comparamos con 2005, casi que se mantiene: era de 10,3%. Aun así, en 2000 la representatividad era de 5,6%.
En base al planteamiento de que cuanto más probabilidad tiene un partido de ganar la intendencia, menos probabilidad de que haya postulaciones femeninas, Johnson aseguró que los porcentajes descritos del PC se deben a que perdieron las elecciones de 2004 y a que “no hay ningún hombre que quiera asociarse con una derrota; de ahí que postulan a las mujeres”.
Por otro lado, Cabildo Abierto presenta cuatro candidatas –incluida Raffo– de 17.
“Habría que mirar con quiénes están compitiendo estas candidaturas”, dijo Johnson a la diaria. La afirmación responde al hecho de que, en muchas ocasiones, las candidatas femeninas compiten con candidatos “incumbentes o que ya han ocupado el sillón departamental”, lo que las convierte en candidatas poco competitivas. A su vez, hizo referencia a la candidatura de Carlos Moreira en Colonia: “A veces, lo que es grave en el momento en las candidaturas masculinas luego parece no haber afectado en lo más mínimo”.
Intendentas en Uruguay
A lo largo de la historia, ha habido únicamente tres mujeres intendentas: Patricia Ayala, en el departamento de Artigas, por el FA; Ana Olivera, en Montevideo, también bajo el lema FA, y Adriana Peña, en Lavalleja, por el PN. Su elección fue un hecho histórico no sólo por haber sido las primeras mujeres intendentas electas, sino por serlo en el mismo período electoral: de 2010 a 2015.
Peña fue reelecta en 2015 y, si bien Patricia Ayala también se postuló a nivel departamental, no logró la reelección. Cabe recordar que Alba Roballo fue una excepción: presidió el Consejo Departamental de Montevideo que estuvo en marcha entre 1954 y 1959. Según lo recordado por Pérez, es una excepción porque el cargo no puede ser considerado idéntico al de intendenta, debido a que el Concejo era un órgano ejecutivo pero colegiado.