El Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA) decidió este miércoles clausurar su Centro de Máxima Contención (CMC), que funciona en Cufré y Bulevar Artigas. “Tiene una impronta altamente punitiva; es un lugar para castigo, que no se compadece con el objetivo rehabilitatorio que tiene que tener el encierro de jóvenes de esa edad”, dijo a la diaria Wilder Tyler, integrante de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH). El cierre “lo tomamos como algo positivo”, agregó.

Allí estaba recluida una decena de adolescentes de entre 15 y 18 años, en condiciones de encierro. Según Tyler, los jóvenes fueron trasladados a distintos centros del INISA, donde se les puede “dar atención a sus necesidades tanto desde el punto de vista educativo como si tuvieran una adicción, en pos de la rehabilitación y para que se reintegren a la sociedad”. Aclaró, además, que se los venía preparando junto a un “sistema de apoyo” para el cambio de centro.

En diciembre de 2018, tras el suicidio de un interno, la INDDHH instó, por medio del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, al cierre definitivo del CMC. Dicho centro había sido reabierto en agosto de 2015. Cuando la INDDHH hizo el pedido, el INISA respondió que no iba a cerrar el CMC, esgrimiendo argumentos de carácter financiero y dificultades logísticas para trasladar el centro o realojar a los adolescentes.

El presidente del Sindicato Único del INAU, Joselo López, explicó que la decisión del cierre del CMC fue tomada de forma “unilateral” por la administración actual del INISA, y no es “compartida del todo” por el gremio, ya que “puede generar inconvenientes”.