El domingo 17 de mayo se celebra el Día de la Vivienda Rural, en homenaje a la fecha en que se creó MEVIR, en 1967, con el nombre de Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural. Esta denominación ya no representa lo que viene haciendo desde hace décadas esta persona pública de derecho privado, ya que ha expandido su cometido a la resolución de múltiples aspectos relacionados con la vivienda y el hábitat de la población rural del país, algo que según propone un artículo de la ley de urgente consideración (LUC) podría llegar a ciudades más grandes del interior y a las capitales departamentales, incluida Montevideo. Por este motivo la diaria dialogó con el flamante presidente de MEVIR, Juan Pablo Delgado.

¿Qué siente un blanco al estar al frente de un organismo como MEVIR, cuya creación fue impulsada por un histórico dirigente del Partido Nacional (PN), Alberto Gallinal ‒hace unos días falleció Matilde, una de sus hijas, que formó parte de la Comisión Nacional Honoraria (CNH) del organismo‒, y que se dedicó a proponer mejoras de todo tipo para la población de zonas rurales del Uruguay?

Es un orgullo estar en esta institución con gran prestigio social. De MEVIR nadie habla mal, lo que es un gran logro de todas las administraciones que han pasado, y sobre todo de los funcionarios que la componen. Su fundador, Alberto Gallinal, en su momento fue un hombre que impulsó esta política social habitacional que el 17 de mayo va a cumplir 53 años y es un instrumento que sigue siendo tan válido. MEVIR es una institución que por sí sola se ha convertido en una política de Estado; no importa qué gobierno haya administrado, MEVIR ha cumplido su rol eficientemente. Ha construido lo que tiene que construir, ha llevado viviendas a la parte social más vulnerable y eso hay que mantenerlo, y seguir la línea del fundador. Con respecto a Matilde, que falleció el 1° de mayo, fue la última familiar directa de Alberto Gallinal que integró la CNH y fue vicepresidenta de MEVIR. En el marco del Día de la Vivienda Rural le vamos a hacer un pequeño reconocimiento a su persona, con su familia.

La conducción de MEVIR es ejercida por una CNH de 11 miembros y una mesa coordinadora.

Sí, 11 miembros designados por el Poder Ejecutivo, y esa mesa se reduce a una mesa coordinadora de tres miembros, el presidente y dos miembros más. Todos tienen cometidos específicos marcados por la ley. Hoy seguimos con miembros de la CNH designados por el Ejecutivo anterior; el único que ha cambiado es el presidente, que soy yo, designado por la actual conducción. Estamos a la espera de que cambien los demás miembros.

MEVIR, por lo general, ejecuta obras permanentemente en todo el país. ¿Cuál es la situación actual de esas obras, que se detuvieron en marzo por la emergencia sanitaria?

Las construcciones se retomaron cuando se levantó la licencia de la construcción. MEVIR es una gran empresa, la gente que trabaja en las obras es personal de MEVIR permanente y adoptaron todo el protocolo de seguridad e higiene acordado en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social con el sindicato de la construcción. Lo que sí se tomó fue la precaución de que en esta primera etapa no se incorporaran a trabajar los participantes de MEVIR, los futuros ocupantes de las viviendas, que tienen que aportar horas como mano de obra por autoconstrucción o ayuda mutua. Esa gente no se incorporó, para protegerlos, y ahora se acaba de hacer un protocolo para que se puedan incorporar nuevamente.

¿Qué se resolvió en cuanto al pago de las cuotas, a raíz del impacto económico y laboral que dejó la emergencia sanitaria?

Hay propuestas para los beneficiarios de las viviendas y para la unidades productivas, porque MEVIR no sólo hace viviendas, sino que también tiene un plan para unidades productivas, es decir pequeñas salas de ordeñe, depósitos, silos de granos. En los dos casos se tomaron medidas similares: las cuotas de abril y mayo no generarán multas por la mora en el pago. Tampoco se realizarán acciones judiciales por el no pago de esas cuotas, y en el caso de las unidades productivas hay una bonificación por buen pagador que no se verá afectada por el atraso en el pago de estos dos meses. No obstante, MEVIR tiene una política de acompañar a los participantes siempre; por lo tanto, las problemáticas puntuales de cada familia y cada participante se hacen llegar a MEVIR, la institución toma esta situación, la estudia y se le busca una solución a medida a cada familia.

¿Cuáles son las alternativas de construcción que ofrece MEVIR? Por ejemplo, hay terrenos de MEVIR, pero también se puede construir en un terreno propio, hacer mejoras... ¿Qué más?

Las construcciones más tradicionales son los núcleos, esos famosos barrios de MEVIR en terrenos propios de MEVIR. También está la posibilidad de construir en terreno propio, tanto en el ámbito rural como en el ámbito urbano [en localidades con menos de 5.000 habitantes], y además se pueden hacer refacciones o la aplicación de la vivienda, e incluso esas refacciones no tienen que ser de una vivienda originalmente construida por MEVIR. Después está el tema de las unidades productivas para el acompañamiento de la producción rural, eso es a partir de los años 90. Y un detalle más que no es tan conocido: MEVIR tienen convenios con organismos del Estado y ministerios, y construye escuelas rurales, policlínicas, centros CAIF, destacamentos policiales. Donde no hay nadie construyendo, en el medio del campo, sí está MEVIR, y aprovechando esa logística constructiva desplegada en territorio se hacen estas obras. Seguramente una empresa privada tendría costos muy altos y difícilmente podría ejecutar estas obras en forma aislada Esta es una línea muy buena que viene desde la creación de MEVIR, cuando Gallinal ya tenía esa línea con la erradicación de las “escuelas ranchos”.

¿Cuál es el intercambio de MEVIR con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA)?

MEVIR es una figura de derecho privado y por lo tanto tiene autonomía de gestión, independiente del MVOTMA. No obstante, gran parte de nuestro presupuesto, un poco más de 50%, viene del MVOTMA. Y tenemos líneas de diálogo con la ministra Irene Moreira para coordinar acciones de política social en materia sociohabitacional para aprovechar los recursos y los despliegues territoriales.

¿Qué tiene que aportar el participante y en qué situación jurídica obtiene la vivienda?

Lo primero que tienen que aportar es mano de obra, es decir, estar dispuestos a trabajar. Son una cantidad de horas de trabajo mensuales, una cantidad importante. Después, la gente va a pagar su cuota, que tiene un subsidio, que varía, por lo tanto, la mayoría de las veces es una cuota muy baja. Si no fuera por MEVIR la gente no llegaría a una vivienda propia por cualquier otro sistema constructivo, ni por préstamo bancario ni por esfuerzo propio: no hay quien dé esa respuesta. Se paga durante 20 años una cuota más cinco años de subsidio. Es como un alquiler con opción a compra. Mientras se paga, la vivienda sigue en la órbita de MEVIR. Incluso si la quieren vender antes de pagar todas las cuotas tienen que pedir un permiso a MEVIR, y MEVIR puede darlo o no. Después de los 20 años más los cinco, se escritura la casa y las personas pasan a ser propietarias plenas, y la pueden vender o hacer lo que quieran. La vivienda, de alguna manera, va a seguir asociada a MEVIR, porque va a tener el número de hornero, que es el número de MEVIR que tiene cada vivienda.

Hay un artículo de la LUC que propone ampliar el marco de actuación de MEVIR al departamento de Montevideo y a los centros poblados del interior del país más grandes, en coordinación con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente. ¿Este es el gran desafío de MEVIR para el período?

Por el marco legal actual, MEVIR actúa en el ámbito rural y en localidades de menos de 5.000 habitantes. Eso representa 16% de la población total de Uruguay, unas 516.000 personas. Con este nuevo marco previsto en la LUC, MEVIR ya no va a tener límites para actuar, va a poder actuar en cualquier ciudad del interior sin importar la densidad de población y también en Montevideo. Después hay que ver cómo se desarrolla esto, cómo se implementa. A modo de ejemplo, cuando se piensa en MEVIR urbano, la gente piensa sólo en Montevideo, pero se va a poder construir en las ciudades más grandes del interior en forma directa. Si fuéramos a construir sólo en los centros urbanos del interior de hasta 30.000 habitantes, que son ciudades medianas, MEVIR pasaría a abracar 38% de la población. Sin meternos en las ciudades grandes ni en Montevideo ya se da un salto importante. Tenemos mucho para hacer. De aprobarse esto, habrá que ir paso a paso, etapa por etapa, e ir haciendo un aprendizaje. Creo que también es una herramienta efectiva para ayudar a erradicar los asentamientos en algunos lugares, sobre todo en el interior del país. Esto no va a afectar lo que hace actualmente MEVIR, deberá tener un rubro aparte y un presupuesto adicional. La idea es no perder el presupuesto tradicional que tiene MEVIR, mantenerlo y en todo caso potenciarlo. Este es un nuevo ámbito de actuación que busca que una mayor cantidad de ciudadanos de mayor vulnerabilidad social tengan acceso a la vivienda. ¿Por qué se plantea esto a MEVIR? Porque es una institución muy sólida, con experiencia, y que tiene un gran prestigio social.

Esto no implica competir o desplazar a otros planes, como el Plan Juntos, por ejemplo.

Son cosas muy distintas, incluso MEVIR está en el derecho privado y tiene una lógica distinta a la de un organismo del Estado. Puede actuar mucho más rápido en muchos aspectos. No somos mejores ni peores, somos distintos por nuestro marco normativo.

¿Los mecanismos de acceso a la vivienda serían los mismos?

Lo tenemos que estudiar, pero en principio estábamos pensando en los mecanismos que tenemos, aunque hay que ajustarse a cada realidad urbana. La del interior y la de Montevideo son distintas. Pero el punto de partida es el éxito de MEVIR, y hay que seguir con esa línea.

Canario y manya

El arquitecto Juan Pablo Delgado tiene 42 años, dos hijos mellizos de 11, y hace más de 17 años que es funcionario de la Intendencia de Canelones, cargo que dejó “en reserva” tras su designación en MEVIR. En la comuna canaria entró a trabajar siendo ayudante de arquitecto y trabajó “en el área de permisos de construcción y de confección de normativas”, particularmente en Ciudad de la Costa, en la Gerencia de Arquitectura. Vive en Parque del Plata. Si bien no nació en Canelones, la mayor parte de su vida laboral, social y política la desarrolló en este departamento, y actualmente es el presidente de la Departamental del Partido Nacional. Es hincha “fanático” de Peñarol, “palquista del Campeón del Siglo”, y sostiene que cuando le dicen “¿Y usted es blanco y es de Peñarol?”, contesta que sí, y que también Luis Alberto de Herrera era manya. En el marco del Día de la Vivienda Rural, Delgado envió un saludo a los participantes y a los funcionarios de MEVIR, que le consta que integran “un organismo muy particular y casi único en su forma de actuar”.