Pocos días antes del cambio de gobierno, el 21 de febrero, la entonces titular del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), Eneida de León, aprobó la instalación de una planta de residuos o “megabasurero” en la zona de Cerros de Mosquitos, cerca de la localidad de Soca, en Canelones. La determinación generó el rechazo de vecinos de la zona y de integrantes del ahora partido de gobierno por la contaminación ambiental que el basurero podría generar.

Aunque esté la firma y la autorización a las empresas, la instalación del basurero podría no llegar a concretarse, aseguró a la diaria el actual subsecretario del MVOTMA, Tabaré Hackenbruch. La Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) está estudiando el proyecto, que mientras tanto permanece en stand by, y si el ministerio sigue el camino al que “aspira Presidencia”, no habrá basurero.

La obra aprobada por el gobierno anterior prevé la construcción de seis celdas, que en su conjunto podrán alojar un volumen de 4.807.000 metros cúbicos de residuos sólidos urbanos generados en el departamento de Canelones, en un período de 22 años de operación. La información disponible al respecto, en el Observatorio Ambiental Nacional (OAN), sostiene que la planta recibirá en el entorno de 465 toneladas diarias de residuos durante el primer año, pero al final del período estipulado aumentará a 573 toneladas diarias. “Los residuos a recibir serán urbanos y asimilables a urbanos, incluyendo los escombros de obras menores de construcción y reparación domiciliaria”, establece el OAN. A partir de la autorización ambiental, el consorcio de la empresa tiene un período de dos años para iniciar las obras.

El subsecretario del MVOTMA contó que poco después del cambio de gobierno, los vecinos de la zona de Canelones donde se instalará el “megabasurero” presentaron sus reclamos sobre el proyecto y a raíz de eso se inició un proceso de revisión de la obra que continúa en el ministerio en la órbita de la Dinama. A su vez, manifestó que, “independientemente” del reclamo de la comunidad, luego de asumir el gobierno, el presidente Luis Lacalle Pou manifestó a las nuevas autoridades del ministerio su voluntad de que los residuos de la zona metropolitana se procesen de “mejor manera”. “Fundamentalmente, mediante un proceso de incineración de última tecnología que genera energía, previo un proceso de reciclado en Montevideo y Canelones”, que acumulan 70% de la basura de todo el país, dijo el subsecretario. La intención es que el tratamiento de la basura “sea más amigable con el medio ambiente que ahora”.

Hackenbruch manifestó que a partir de estos elementos –los reclamos de los vecinos y “el cambio de paradigma que se produce en el gobierno” en materia ambiental–, el basurero en Canelones seguramente “no siga adelante”: “Hay voluntad del gobierno de llevar adelante otro proceso de disposición final de residuos”, dijo. “Si esto sigue el camino al que aspira la Presidencia, no estaría ahí el basurero. Hoy es una aspiración, probablemente mañana sea una realidad”, afirmó el subsecretario. Dejar sin efecto la decisión del gobierno pasado “requiere un proceso de conversaciones con la empresa que ganó”, explicó.

De todas formas, el subsecretario dijo que la propuesta aprobada por la ex ministra Eneida de León, “desde el punto de vista del tratamiento de los residuos domiciliarios, es mejor que lo que se hace hoy en Cañada Grande, pero no es lo que quiere actualmente el gobierno”. Sostuvo que la intención es dar un “salto tecnológico avanzado” y que la basura genere “electricidad a partir de los desechos, previo un proceso de reciclaje importante”.

El titular de la Dinama, Eduardo Andrés, en diálogo con la diaria, explicó que además de sus reclamos, los vecinos hicieron una “solicitud de revocación del proyecto”. Así comenzó el análisis de la información presentada por la empresa y los estudios realizados para la aprobación del proyecto. Una vez finalizado el estudio, la Dinama emitirá un informe –el director espera que esto ocurra en los próximos 20 días– y lo elevará a las autoridades del ministerio, que definirán la continuidad del proyecto. Todo el trámite, hasta la decisión final del MVOTMA, puede llevar unos 120 días, explicó Andrés.

“La ministra puede aprobar lo que diga la Dinama, puede confirmar lo que ya dijo en el estudio de impacto, aprobar y validar [la obra], o la puede anular. En general, la decisión de la ministra coincide con lo que indican los técnicos y la Dinama”, expresó el director. Asimismo, señaló que hasta el momento los técnicos de la Dinama no han encontrado discrepancias con los informes anteriores. “Puede haber algún tema que se haya pasado por alto, pero por ahora no es el caso”, dijo, y planteó que la Dinama “está de acuerdo con lo que presentó la empresa. Justifica todo lo que hace porque considera que no va a haber una afectación ni al suelo ni a las cuencas hídricas, ni a las aguas subterráneas”. Por otra parte, aseguró que personalmente apoyará la decisión de los técnicos de la dirección.

Pedido de informes

El diputado del Partido Nacional (PN) y candidato a la Intendencia de Canelones Javier Radiccioni fue uno de quienes expresaron preocupación por la aprobación del proyecto y elevó un pedido de informes, el 3 de marzo, al MVOTMA para evacuar dudas sobre los estudios de impacto ambiental que habilitaban la instalación basurero y sobre el porqué de la zona elegida. En diálogo con la diaria, sostuvo que las respuestas que recibió fueron “evasivas” y “no responden lo preguntado”. Asimismo, planteó que hubo una nueva resolución del ministerio en relación con el tema, con fecha del 6 de marzo, firmada por el nuevo director general, Gabriel Albornoz, y que al respecto le gustaría hacer alguna pregunta en un nuevo pedido de informes. El objetivo del diputado del PN es que las nuevas autoridades del MVOTMA reevalúen la instalación del basurero y “mantener el tema en agenda para que no se olvide”. Pero las autoridades se adelantaron a Radiccioni.

Sobre la resolución del 6 de marzo, Hackenbruch explicó que Albornoz en ese documento “informa lo que sucedió” antes de que asumieran las nuevas autoridades. La resolución da cuenta de la Autorización Ambiental Previa del consorcio de empresas que estará a cargo del relleno sanitario en el caso de llevarse a cabo. No se toma ninguna nueva decisión, sino que se establece que las empresas “podían seguir hacia delante”, sostuvo.

Para el diputado el sistema propuesto es muy “antiguo” y es necesario un proyecto diferente a “tirar la basura y enterrarla”. Afirmó que debe tener un proceso previo de clasificación y reciclaje, en lugar de generar lixiviados que llegan a los cursos de agua. Ese, de acuerdo a Radiccioni, es uno de los puntos “más complicados” del actual proyecto, que “no se controlan los residuos que van a las napas freáticas, los acuíferos, al arroyo del Mosquito, que termina en el arroyo Solís”. Y prosiguió: “Genera un problema medioambiental a los únicos dos arroyo que nos van quedando prácticamente intactos en el departamento de Canelones, que son el Solís Chico y el Solís Grande, pero más que nada estamos tratando de proteger el Solís Chico”.

A su vez, el diputado sostuvo que si se afecta esa zona, la contaminación alcanzaría las playas de La Floresta y Parque del Plata, en las que “van a ser perjudicados tanto los habitantes como los turistas”. “No estamos cuidando el futuro del departamento y la posibilidad de generar trabajo a partir del turismo”, manifestó. Por otra parte, la zona de Soca, además de estar cerca del predio donde se instalaría el basurero, “también va a ser perjudicada por la cercanía al arroyo del Mosquito y al Solís”, sostuvo.

Para el diputado “es mucho más barato gestionar tres o cuatro puntos de reciclaje” que hacer un “megabasurero” de todo el departamento, ya que “cuesta muchísimo trasladar toda la basura”. “La basura es algo que pesa poco, y para trasladarla necesitás centros de achique, que es donde se compacta; eso genera un costo, y si la mandás directamente en los camiones, van casi vacíos”, explicó Radiccioni. Así, sostuvo el nacionalista “terminamos pagando una cantidad de fletes, 300 camiones por vía de flete cuando toda esa plata se podría verter en reciclar”.