El ex presidente y actual secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, se mostró “preocupado” por la decisión del líder del sector Ciudadanos, Ernesto Talvi, de alejarse de la cancillería.

Sanguinetti preguntó cómo se dio la decisión de Talvi durante una reunión que mantuvo este lunes de tarde con Tabaré Viera –su suplente en el Senado y mano derecha de Sanguinetti–, el senador de Ciudadanos Adrián Peña (una de las figuras más cercanas al canciller) y Julio Luis Sanguinetti, hijo del ex presidente y actual presidente del directorio de UTE, y con quien Talvi había tenido un entredicho en marzo. En el encuentro, según supo la diaria, hablaron de temas internos del Partido Colorado (PC).

Unas horas antes, en una reunión virtual del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PC, algunos miembros del organismo plantearon la posibilidad de que Talvi “informara al cuerpo sobre su situación, dada la repercusión producida por sus declaraciones”, según un comunicado del CEN. Pero a “pedido del Secretario General [Sanguinetti] se postergó esa posibilidad para más adelante, en virtud de no existir por el momento una definición”.

Según publicó El Observador, esta propuesta la hizo la dirigente Margarita Machado, pero no contó con la voluntad del resto de los integrantes del CEN. Sanguinetti consideró que las declaraciones que Talvi dio a la prensa habían sido “más que suficientes” y pidió que el partido se mostrara unido en estos momentos.

Curiosamente, la comparecencia de Talvi al CEN había sido promovida por Conrado Rodríguez, diputado de Batllistas, el sector del ex mandatario. El sábado, Rodríguez dijo a la diaria que ante un anuncio del alejamiento de la cancillería, lo más lógico sería que “se comunique a la orgánica acerca de cuáles son los motivos de esa renuncia”. El dirigente también consideró este lunes que de renunciar, el ministerio debería ser ocupado por otro integrante del PC.

Actualmente Talvi y Sanguinetti están muy distanciados, “por formas muy distintas de entender, ver y sentir la política”, dijo el canciller el jueves de la semana pasada. No obstante, según pudo saber la diaria, las diferencias entre ambos datan de febrero, antes de que el nuevo gobierno asumiera.

Reunión con Javier García

Horas antes, cerca de las 16.00, el ministro de Defensa Nacional, Javier García, y el subsecretario de esa cartera, Rivera Elgue, entraron a la casa de Sanguinetti. El motivo de la reunión, convocada por García, fue conversar sobre políticas de defensa, y en el encuentro también participó Peña.

A la salida, García dijo que fue una “primera gira de reuniones” que se dará con todos los partidos políticos con representación parlamentaria. El jueves de mañana, García irá a la sede del Frente Amplio (FA) y el mismo día, de tarde, se reunirá con representantes de Cabildo Abierto. El jerarca dijo que esta amplitud se debe a que le parece que las políticas de defensa, al igual que las de relaciones exteriores, tienen que ser “políticas de Estado”.

“Los países no pueden cambiar su política de defensa cada cinco años, son políticas de largo aliento que están muy vinculadas a la política exterior. Las misiones de paz de Naciones Unidas son un ejemplo de ello. Entonces, creemos que hay que construir políticas públicas y de Estado de largo aliento, y cuando uno aspira a eso lo que corresponde es dialogar, transmitir cuáles son las visiones que tiene el gobierno y también estar dispuesto a escuchar”, señaló. Por eso, subrayó que el jueves se reunirá con autoridades del FA, ya que “oposición y gobierno son posiciones que determina la ciudadanía, pero las políticas tienen que ser permanentes, sobre todo en algunas áreas”.

Javier García y Julio María Sanguinetti, ayer, en el domicilio de Sanguinetti.

Javier García y Julio María Sanguinetti, ayer, en el domicilio de Sanguinetti.

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El jerarca dijo que a los dirigentes colorados les trasladó la visión que tienen, pero que “obviamente son políticas con un origen común, porque están incluidas en el compromiso con la ciudadanía de la coalición de gobierno”. Adelantó que antes de fin de año el gobierno va a dictar un documento sobre “las directivas en materia de política de defensa”.

La noticia y su contexto

García fue consultado por las distintas críticas que recibió al manifestar su “preocupación” por el procesamiento del soldado Leonardo Vidal, a raíz del homicidio por la espalda del tupamaro Nelson Berreta. El asesinato ocurrió el 15 de julio de 1972, cuando Berreta intentaba fugarse, esposado, y fue ejecutado por el militar. García sostuvo que un tema como ese “merece reflexión, sin radicalismos, teniendo en cuenta los contextos históricos”. “Yo me formé en la lucha contra la dictadura, por la libertad y por la vigencia plena de los derechos humanos. Creo que cuando estamos considerando estos hechos hay que ver cuáles son las trayectorias y las decisiones de cada uno”, sostuvo.

Subrayó que el gobierno, al momento de asumir, expresó públicamente que llevará adelante “toda la colaboración que sea necesaria e imprescindible en la búsqueda de desaparecidos”. Agregó que es “un compromiso” que tiene la actual administración “no sólo porque lo marca la ley”, sino porque también lo marcan sus “convicciones”.

El ministro sostuvo que hizo un análisis de este episodio, “concreto, muy puntual, vinculado a casi 50 años atrás”, y que, por lo tanto, “en ese marco hay que analizarlo”. Señaló que se trató de “un soldado raso al que se le da una orden, en un país que vivía en democracia, con un estado de guerra interno”.

“Uno traslada ahora esa circunstancia y se pregunta si hoy, con todas las operaciones complejas que tienen nuestras Fuerzas Armadas en la frontera, con episodios de narcotráfico, de gran contrabando, de abigeato, un soldado raso ve que se procesa por cumplir una orden: ¿alguien se imagina que era posible esa circunstancia 50 años atrás?”, señaló. Agregó que un soldado raso en un operativo callejero no puede decir “vamos a consultar a la Facultad de Derecho”. Entonces, insistió en que lo “único” que planteó fue “esa preocupación”, en un tono de reflexión y “en el marco de la convicción democrática y de la más amplia y profunda convicción republicana”.

Además, García negó que sus comentarios puedan entenderse como una injerencia en el Poder Judicial, y señaló que eso sí fue lo que pasó “hace muy poco tiempo atrás, en gobiernos recientes”, cuando se planteó hacerle “un juicio político a la Suprema Corte de Justicia porque discrepaba con el traslado de un juez”. “Eso es injerencia, como plantear desde la secretaría de la Presidencia de la República un juicio a un juez. Esto no, esto es una opinión en el tono reflexivo que queremos aportar. No se puede analizar un episodio puntual 50 años después con la óptica que se vivió en Uruguay 50 años antes: estado de guerra interno y una situación social y política que Dios quiera nunca más vuelva a pasar en el país”, finalizó.