Este lunes, el semanario Opinar, afín al sector Batllistas, publicó varias columnas criticando al canciller Ernesto Talvi por la decisión de abandonar su cargo. En un artículo titulado “Chau, Talvi”, firmado por César García Acosta, delegado del Partido Colorado en el Congreso de Intendentes y ex edil, se sostiene que los dichos del canciller provocaron reacciones de todo tipo por la “ambigüedad de su actitud” y la “falta de contenido personal y político de su irrevocable y diferida decisión”.

“Apuntalar al gobierno, a la coalición y a su propio partido, de cara a la ‘compleja situación’ que el país deberá afrontar al salir de la pandemia, es una justificación de salida poco creíble y a cuentagotas que nadie cree. Ni siquiera los suyos pueden entender una resolución inconsulta que abre tantas interrogantes”, afirma. Pero, además, se sostiene que “la personalidad y los errores de liderazgo” de Talvi son el motivo principal de su “controversial renunciamiento”.

Otra columna, titulada “Terminemos con la farsa talvista” y firmada por Álvaro Diez de Medina, abogado y ex embajador de Uruguay en Estados Unidos (1995-2000), comienza con varias preguntas: “¿Y qué es esa estupidez de decirnos que se quedará unos días, unas semanas, unos meses más, al frente de la cartera y a fin de ir cerrando esta enriquecedora etapa de mirar turistas bajar de un barco para preparar el lanzamiento parlamentario del siglo? ¡¿Dónde diantres se vio un canciller con fecha de expiración?!”.

También cuestiona los 15 años de la administración frenteamplista y su “diplomacia aislacionista y falsa, empeñada en perder todas las oportunidades”, y se pregunta: “¡¿Medio año más perderemos, para darle el gusto a este botarate?!”. Y concluye: “Que se vaya ya Talvi a seguir apretando los botones de esa consola acerca de la cual obviamente no tiene ni la menor idea, y que el país arranque el lunes próximo a trabajar a fin de lograr lo que su producción, empleo y gente precisan en el terreno de las relaciones internacionales. La marcha de todo un pueblo no puede desinflarse al ritmo de sus desertores”