El candidato a intendente de Canelones y dirigente del Movimiento de Participación Popular, Yamandú Orsi, enumeró, en diálogo con Búsqueda, los motivos que llevaron al Frente Amplio (FA) a perder las elecciones. Entre ellos mencionó la conducción de gobierno del ex presidente Tabaré Vázquez. “Un gobierno que hubiese actuado distinto evidentemente no hubiese generado que mucha gente se fuera y votado otro partido”, dijo.

Según Orsi, a Vázquez le faltó reflejo, no hubo muchas novedades en su administración y dio señales equivocadas. “Nosotros mismos dimos señales de que estábamos ante problemas económicos, dimos señales que fueron inoportunas. Me acuerdo en el año 2015 desde el gobierno nosotros mismos dijimos que la situación estaba complicada”.

“Si a eso le agregás que no generaste ninguna novedad en el equipo de gobierno, apareció aquello del desgaste natural que todas las administraciones tienen. Incluso, fue un gabinete sin el soporte de la representación sectorial que el Frente históricamente solía tener”, dijo al semanario.

Además, Orsi cree que la propia fuerza política no tuvo los reflejos “para resolver las contradicciones” y “una campaña bien hecha o mejor hecha evidentemente tiene otros resultados”. “El mensaje, evidentemente, no quedó claro o no convenció. Creo que salimos tarde. Cuando nos decían en 2018 que estábamos en un 30 y poquito no les creímos a las consultoras… grave error no saber interpretar eso. No sé cuánto influye eso en una campaña, pero quizá nos descansamos mucho en que, como se equivocaban las encuestadoras, la gente naturalmente iba a venir”, dijo.

Sobre el actual gobierno, Orsi opinó que “va a haber un peso del mercado mucho más fuerte con respecto al rol del Estado”. “Creo que acá el tema está en la confianza o desconfianza del sistema del Estado de bienestar. En la década del 30, cuando el herrerismo llega al gobierno, con el terrismo intentaron desarticular las políticas del batllismo. En el año 1958, cuando llegan de nuevo al gobierno, hicieron lo mismo y ahí abrieron las puertas al Fondo Monetario Internacional, las primeras cartas de intención. En la década del 90 la opción fue echar mano a las empresas públicas. Y en estos años por qué ha de pensarse que sea algo distinto si quien conduce el gobierno, legítimamente constituido, es el herrerismo, en su nueva versión que es el lacallismo. No vi nunca un cambio drástico en su forma de pensar”.