El Ministerio Público Federal de Brasil denunció el 3 de julio a José Serra y Verónica Allende Serra por lavado de activos, en el marco de la operación Lava Jato, que involucra a la constructora brasileña Odebrecht y a políticos de toda América Latina.
Durante el período en que cometió los actos objeto de la denuncia, Serra fue candidato a gobernador del estado de San Pablo y ejerció como gobernador entre 2007 y 2010. La mayor parte del dinero obtenido habría sido a cambio de la concesión de obra pública a Odebrecht durante su gestión. En 2010, Serra perdió las elecciones con Dilma Rousseff y más tarde se convirtió en el canciller del gobierno de Michel Temer. En 2017 renunció “por problemas de salud”.
Según la denuncia de la Fiscalía de Brasil, entre 2006 y 2014 Serra y su hija, Verónica Allende Serra, “ocultaron y disimularon, por medio de numerosas operaciones bancarias, la naturaleza, el origen, la localización y la propiedad de valores provenientes de delitos”, entre ellos corrupción pasiva y fraudes.
Serra recibió de Odebrecht aproximadamente 4,5 millones de reales (cerca de 830.000 dólares) mediante una compleja red de offshores. En esta cadena de lavado está, entre otras sociedades, la panameña Dortmund International Inc., que fue comprada por un reconocido empresario uruguayo: Francisco Ravecca, fundador de la zona franca Aguada Park y de la cadena de almacenes Kinko.
El dinero pagado a Serra primero se depositó en la offshore Circle Technical, y a partir de allí se transfirió a distintas cuentas bancarias y sociedades. Entre ellas, a una cuenta en un banco suizo de Dortmund International Inc., a la que se hizo un par de transferencias de 250.000 euros cada una.
Pero además, según la denuncia del Ministerio Público, la sociedad panameña recibió otros pagos provenientes de cuentas de Circle, y de otras cuentas pertenecientes al lobista José Amaro Pinto, pieza clave en el esquema de lavado de Odebrecht.
Por ejemplo, la sociedad Hexagon Technical Company, ligada a Amaro, transfirió 326.000 euros a Dortmund International en marzo de 2006. La “llamativa” razón de la transferencia -el calificativo va por cuenta de la Fiscalía de Brasil- es la adquisición de cuatro obras de arte del pintor brasileño Cândido Portinari.
El texto de la denuncia recuerda que el mercado de obras de arte es considerado una de las áreas “sensibles” en materia de lavado de activos, y señala adicionalmente que Dortmund “no tenía, aparentemente, relación con ese tipo de actividades”.
“Estas diversas transferencias, realizadas entre 2006 y 2007 a partir de cuentas controladas por José Amaro, merecen destaque porque Dortmund International Inc. es, de hecho, controlada por Verónica Allende Serra, hija de José Serra”, indica el Ministerio Público.
En la denuncia se informa que Dortmund fue creada el 5 de diciembre de 2003 en Panamá, y que figura como contacto de esta sociedad el ciudadano uruguayo Francisco Ravecca. En el acto de creación se concedió a Verónica Allende Serra poderes para representar la sociedad.
En el directorio de Dortmund figuraban como presidente un ciudadano panameño, y como vicepresidenta y como directora, dos ciudadanas panameñas. En la denuncia del Ministerio Público de Brasil se afirma que “en paraísos fiscales como Panamá es común que se abran offshores a nombre de ciudadanos panameños, ocultando, de esta forma, la titularidad real, y principalmente, los beneficiarios reales de los capitales que se movilizan”.
En el texto se señala que un documento indica que el “supuesto beneficiario de los valores de la cuenta de Dortmund” en el banco Arner de Suiza “sería Francisco Ravecca”, por un lado, y Verónica Allende Serra, por el otro. De todos modos, agrega que los documentos dejan de manifiesto que la hija de Serra “ejercía la gestión permanente de Dortmund” y era la “real titular” de la cuenta.
La versión de Ravecca
Francisco Ravecca es abogado, fundador de Endeavor Uruguay, de Kinko y de Aguada Park. Hoy es director ejecutivo de esa zona franca. Además, creó en 2003 Ficus Capital, una sociedad que brinda asesoramiento financiero y en materia de inversión.
El nombre de Ficus Capital empezó a sonar más en 2007, cuando el gobierno de Tabaré Vázquez le encomendó a esta empresa buscar un socio para Pluna, y Ficus escogió a Leadgate. El resto es historia conocida. Ficus Capital también participó en otras transacciones, como la venta del Nuevo Banco Comercial o el financiamiento del Aeropuerto de Carrasco.
“Me enteré por la prensa, estoy igual de sorprendido que usted”, aseguró Ravecca, consultado por la diaria sobre su involucramiento en la causa Lava Jato. Explicó que entre 1995 y 1997 fue compañero de clase de Verónica Allende Serra, cuando ambos cursaban la maestría en Administración de Empresas de la Escuela de Negocios de Harvard.
En 2003, según su testimonio, Allende Serra le pidió que le “consiguiera una sociedad” porque se estaba separando de su marido y quería dividir el dinero de ambos. Como Ravecca tenía contactos con estudios en Panamá, según sostiene, compró Dortmund y se puso como contacto de la sociedad, pero pidió “un poder pleno” en favor de Allende Serra.
“Conseguí la sociedad, pero fue lo único que hice”, “lo único que hice fue hacerle un favor a una amiga”, añade. “No hice un peso con todo esto”, remarca. Ravecca asegura que nunca estuvo al tanto de los movimientos y acciones de la sociedad, y mucho menos de que esta era utilizada presuntamente para fines ilícitos. “Pero viviendo y aprendiendo, es increíble”, afirma. En 2007, Allende Serra nombró otro administrador de la sociedad y Ravecca quedó desvinculado. Pero allí no termina la historia.
El papel de Ficus Capital
El Ministerio Público Federal de Brasil define lo que califica de un “tercer nivel de lavado” de activos, que consistió en transferencias realizadas desde Dortmund International Inc. a Ficus Capital.
El 21 de octubre de 2006, Dortmund envió al banco Arner de Suiza un mensaje con el que ordenaba la transferencia de 25.000 dólares a la cuenta de Ficus Capital en el Nuevo Banco Comercial. Según la Fiscalía de Brasil, en ese entonces Ficus Capital tenía como uno de sus socios a Francisco Ravecca. Sin embargo, Ravecca dijo a la diaria que dejó de ser socio de Ficus Capital en 2005 y que el dato que maneja el Ministerio Público es erróneo.
Consultado respecto del hecho de que Allende Serra haya escogido justamente a Ficus Capital para transferir el capital, Ravecca señaló que puede tener que ver con que, cuando le consiguió la sociedad a la hija de Serra, le recomendó esa empresa. “Yo los debo haber puesto en contacto con Ficus Capital. Me pidieron para comprar bonos, y lo lógico era que los referenciara a Ficus Capital”, indicó.