“Si estás angustiado, si tenés miedo, si te sentís solo, si no tenés con quién hablar, contá conmigo”, expresan Ana Curbelo y Priscila da Silva, médica y auxiliar de enfermería de la policlínica La Boyada, del oeste de Montevideo, en uno de los videos de la campaña “Contá conmigo” que desarrolla la Organización de Usuarios de la Salud del Zonal 17 del Municipio A de la capital del país. La campaña se inició la semana pasada y es uno de los aportes de este colectivo de vecinos para conmemorar el Día Nacional para la Prevención del Suicidio, que se desarrolla cada 17 de julio, desde 2007; además de videos incluye placas que se difunden en redes sociales, balconeras y afiches.
El tema de la salud mental, en general, y de los suicidios, en particular, es una de las líneas de trabajo de la organización y se incrementó en el último tiempo, cuando presionaron para que se creara la Línea Vida (0800 0767), luego de que cayera el convenio entre la Intendencia de Montevideo (IM) y la organización no gubernamental Último Recurso. En todo esto, los vecinos han trabajado con los equipos de las policlínicas zonales, con el centro Apex de la Universidad de la República, con educadores y estudiantes de los liceos y de la UTU de la zona, y con la Plaza de Deportes Nº 11. En 2018, en conjunto con el Departamento Integral del Estudiante de Secundaria, con la Dirección Departamental de Salud del Ministerio de Salud Pública y con el Ministerio de Educación y Cultura, desarrollaron talleres intergeneracionales de prevención del suicidio y formaron promotores de salud. Formaron una mesa local de salud mental que en 2019 estableció acuerdos con el Círculo Católico y con la Médica Uruguaya, y desarrollaron talleres sobre violencia de género. Además, trabajaron junto a adolescentes en problemas de vínculo y de violencia, y de prevención del suicidio.
“La principal estrategia es hacer un fuerte trabajo de prevención y promoción, pero eso sirve de poco si no hay recursos técnicos en la zona para poder atender la demanda que se genera, y nosotros en la zona estamos bastante faltos de recursos técnicos” y los pocos servicios que hay “están absolutamente desbordados”, explicó en diálogo con la diaria Ricardo Larrañaga, integrante de la organización vecinal.
Acciones personales
“Hay que hablar del suicidio, informarse, estar atentos al sufrimiento de quienes nos rodean”, afirmó Larrañaga. El jueves se conocieron las cifras de suicidios de 2019: superaron los 700 casos, y la tasa se situó en 20,5 cada 100.000 habitantes. Larrañaga valoró que “las tasas de suicidio se mantienen, mínimamente se van agravando”, y opinó que “lo que se viene haciendo no da resultado”. Por eso, los vecinos apuestan a “que cada persona sea parte de los factores protectores de la conducta suicida” y a trabajar a nivel micro, a la vez que están en cuestiones macro. Larrañaga enumeró que entre los factores de riesgo hay componentes sociales, económicos y políticos, pero señaló que “factores de riesgo nos sobran; lo que tenemos que poner de por medio son los factores protectores”. Además, apeló a que “cada persona en la familia y cada miembro de la comunidad” trabajen para “saber cuáles son aquellas señales o síntomas que nos pueden estar diciendo que una persona está en riesgo de suicidio: las ideaciones de muerte, los cambios de hábitos y de conductas pueden permitirle a una persona saber cuándo alguien está en riesgo”. Por eso, esta campaña puso el foco en las actitudes personales. “El primer recurso son los vecinos, los amigos, los profesores, el personal de salud, que cuando hemos hecho talleres muchas veces nos han dicho que no están preparados para enfrentar estas situaciones”, comentó, y añadió que tanto el personal de salud como los docentes son conscientes de “la necesidad de tener más elementos para poder trabajar con la conducta suicida”.
Para seguir poniendo el tema en el tapete, el viernes proponen hacer una actividad de senderismo, que comenzará a las 10.30 en el Parque Punta Yeguas (por calle Lisa), y para las 15.30 organizarán una juntada con liceales en el parque Débora Céspedes, enfrente al liceo 61.