El presidente de Argentina, Alberto Fernández, celebró el acuerdo que alcanzó este martes su gobierno con los principales grupos de tenedores de bonos, que hará posible reestructurar deuda pública emitida en el exterior por unos 66.300 millones de dólares. “En estos siete meses nos dijeron que no entendíamos nada y que estábamos camino al fracaso porque no aceptábamos las ofertas de los acreedores”, dijo Fernández al medio digital argentino Cenital.

“Resulta que finalmente cerramos un acuerdo que permite a la Argentina ahorrarse 33.000 millones de dólares de la deuda asumida en los próximos diez años. Ahora tenemos despejado el horizonte a donde queremos llegar”, afirmó. “Resolvimos una deuda imposible en la mayor crisis económica que se recuerde y en el medio de una pandemia”, manifestó el presidente.

Mediante este acuerdo, a cambio de sus bonos emitidos en los últimos años, los acreedores recibirán otros, con nuevas condiciones y con vencimientos previstos para 2029, 2030 y 2038. Los tres grupos de bonistas que están regidos por leyes extranjeras (Grupo Ad Hoc de Bonistas Argentinos, Comité de Acreedores de Argentina y Grupo de Bonistas del Canje) podrán, de este modo, “apoyar la respuesta de reestructuración de deuda de Argentina y otorgarle a la República un alivio de deuda significativo”, manifestó en un comunicado el Ministerio de Economía.

Una primera propuesta de reestructura de deuda había sido presentada por Argentina el 6 de julio, y este martes vencía el plazo para llegar a un acuerdo, que finalmente se alcanzó durante la madrugada. Hasta el 24 de agosto se afinarán algunos detalles de lo convenido.

Uno de los cambios que se hicieron con respecto a la primera propuesta argentina fue el ajuste de “algunas de las fechas de pago contempladas para los nuevos bonos”, manifestó el ministerio.

Según informó el diario Tiempo Argentino, esas fechas se adelantaron algunos meses. De todos modos, significan para Argentina algunos años sin hacer efectivo el pago: los primeros desembolsos por este canje están previstos para 2024, aunque los vencimientos comienzan en 2029.

Por otra parte, los acreedores reclamaban un pago de 56,5 dólares por cada 100 de deuda, y Argentina proponía 53,5 dólares por cada 100. Finalmente, la cifra se acordó en 54 dólares. De acuerdo con el Ministerio de Economía, se llegó a este arreglo “sin aumentar el monto total de los pagos de capital o los pagos de interés que Argentina se compromete a realizar y mejorando al mismo tiempo el valor de la propuesta para la comunidad acreedora”.

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Fernández destacó el “enorme valor técnico y ético” del ministro de Economía, Martín Guzmán. “Él recogió cuáles eran los objetivos que debíamos alcanzar (aceptar obligaciones que se pudieran cumplir sin hacer mayores ajustes sociales y sin condicionar la inversión para el crecimiento) y se dio una estrategia correcta. Ese es un enorme mérito suyo. Trabajamos todo este tiempo muy juntos y así lo vamos a seguir haciendo”, dijo.

Incluso el ex presidente Mauricio Macri celebró el acuerdo. “¡Finalmente se cerró! Defaultear jamás puede estar bien”, dijo a Infobae. Poco antes, Luis Caputo, que fue ministro de Finanzas durante el gobierno de Macri, publicó en redes sociales: “¡Gran acuerdo! Felicitaciones al presidente Alberto Fernández, al ministro Martín Guzmán y a todos los involucrados. Ojalá esta pesadilla de pandemia termine pronto y comience el proceso de recuperación económica que tanto necesita la gente”.

También Fernández se refirió a la crisis económica y de salud. Dijo que, a partir del acuerdo, “los empresarios tienen hoy un mejor escenario para proyectar sus negocios”, y afirmó que Argentina necesita que ellos “se comprometan a poner el país de pie, y que entiendan que tras la pandemia debemos repensar muchas cosas”. El presidente continuó: “Nos dimos cuenta de la debilidad del sistema financiero mundial. Ahora debemos construir un capitalismo con más compromiso social. Que distribuya mejor las ganancias. Un capitalismo que privilegie la opinión del gerente de producción antes que el parecer del gerente financiero”.

Argentina tiene previsto negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un nuevo programa, distinto al que acordó Macri con el organismo. El ministro Guzmán dijo días atrás que el del gobierno anterior “no funcionó” porque implicó un ajuste fiscal en un momento de recesión económica y esto causó un deterioro de “todos los indicadores económicos y sociales”. Dijo que ahora se busca acordar con el FMI “otro programa, basado en premisas macroeconómicas sólidas y que permitan continuar con el proceso de restaurar la estabilidad macroeconómica”.

En este escenario, la directora gerente del FMI, la búlgara Kristalina Georgieva, dio este martes una señal positiva para el gobierno argentino al saludar en Twitter su gestión: “Felicitaciones al presidente Alberto Fernández, al ministro Martín Guzmán y a los principales acreedores argentinos por alcanzar un acuerdo en principio sobre la deuda del país. Un paso muy significativo”.