El gobierno comenzó las gestiones para proponer formalmente al actual senador nacionalista y ex canciller Sergio Abreu como secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi). Abreu era el nombre que manejaba el ex canciller Ernesto Talvi para la embajada uruguaya en Argentina, pero el presidente Luis Lacalle Pou finalmente optó por un dirigente generacionalmente más cercano, el ex intendente de Florida Carlos Enciso. Esto fue motivo de uno de los enfrentamientos entre el ya retirado líder de Ciudadanos y el mandatario, quien, sin embargo, ha visto que el ex canciller puede ser un nombre que destrabe la elección del secretario general de la Aladi, con sede en Montevideo.
Hasta el momento hay dos candidatos para ocupar el cargo, que actualmente ocupa el mexicano Alejandro de la Peña Navarrete. El gobierno de ese país en principio aspiraría a prolongar la gestión del actual secretario general mediante su reelección, para lo que contaría con el apoyo de Argentina, Venezuela y Cuba, mientras que el gobierno interino de Bolivia –considerado de facto por algunos países de la región– busca postular a su actual canciller, Karen Longaric, quien por el momento sólo cuenta con el apoyo de Brasil y Ecuador. Por ahora ninguno de los dos nombres está cerca de conseguir los dos tercios de los votos necesarios para acceder al cargo, que implica a nueve de los votos de los 13 países de la asociación: los diez sudamericanos más México, Cuba y Panamá.
En el Ejecutivo se entiende que el nombre de Abreu puede servir para generar consensos en una elección “polarizada” desde el punto de vista ideológico, dado que el posible escenario con las candidaturas podría crear una situación de bloqueo ante la imposibilidad de llegar a acuerdos entre gobiernos tan disímiles como la Venezuela de Nicolás Maduro y el Brasil de Jair Bolsonaro. Por un lado, se apela a la experiencia de Abreu en cargos de roce internacional, como canciller (1993-1995), como presidente de la Ronda de Uruguay del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) e incluso como ex director del Departamento de Administración y Finanzas de la Aladi (1979-1989). Por otra, si bien su nombre está fuertemente asociado al Partido Nacional, a nivel local no genera rechazo en el Frente Amplio (FA), como sí ocurrió cuando se votó la venia del embajador uruguayo ante la Organización de Estados Americanos, Washington Abdala. Incluso, en la oposición entienden que un eventual apoyo del FA a nivel local podría facilitar el respaldo de la candidatura en otros países de la región.
En caso de que fuera electo Abreu, no sería el primer ex canciller uruguayo en ocupar el cargo. Entre 2005 y 2008 el puesto fue ocupado por el colorado Didier Opertti.