Un equipo del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), encabezado por la ministra Irene Moreira, asistió la semana pasada a la Comisión de Vivienda de la Cámara de Representantes para exponer sobre sus prioridades para el plan quinquenal y la situación financiera en que se encuentra la cartera. Moreira afirmó que se está “peleando” para abatir parte de la reducción presupuestal que implica el Decreto 90/020, y que de hecho se ha conseguido excluir de la resolución a la Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial (Dinot) y a la Dirección Nacional de Vivienda (Dinavi), que incluye el Plan de Mejoramiento de Barrios y el Plan Juntos.

“Para nosotros la reducción que se plantea es muy importante; la estamos peleando, obviamente, en el buen sentido”, afirmó la ministra, e informó que ha mantenido entrevistas con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, con el Ministerio de Economía y Finanzas y con el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, para plantear su preocupación. “Entendemos que hay, fundamentalmente, dos ministerios que no se pueden medir con la misma vara porque realmente son los generadores de ese movimiento que estamos buscando para el país: el Ministerio de Transporte y Obras Públicas –en este caso, los resultados se ven más lentamente– y el MVOTMA”, afirmó.

Según manifestó el subsecretario de la cartera, Tabaré Hackenbruch, “no va a haber una reducción” en la Dinot ni en la Dinavi. “El Plan de Mejoramiento de Barrios y el Plan Juntos no se tocan en el Decreto N° 90”, sostuvo, según consta en la versión taquigráfica. En la misma línea, Albornoz afirmó que “el panorama era bastante complicado cuando llegó la disposición del decreto”, y aunque consideró que “es legítimo y se debe cumplir”, también opinó que era “legítima la aspiración de las personas contratadas” y que “había atrás una situación individual, personal y familiar” que no se podía “desconocer”. En definitiva, el MVOTMA no tuvo que abatir 40% de los gastos por contratos de servicios como estaba previsto, sino 15%, e incluso ya se está “recontratando” a los funcionarios, explicó Albornoz.

Por otra parte, Moreira indicó que una de las prioridades de este quinquenio para su cartera es “la entrega de viviendas a los más necesitados y vulnerables de la sociedad”, y mencionó como ejemplo a “mujeres jefas de familia y víctimas de violencia doméstica” y la población de los quintiles de clase media y media baja. Para eso, se está proyectando la construcción de vivienda con modalidades en las que el metro cuadrado no supere los 1.000 dólares. “Yo me aferro a ese precio, puesto que para que realmente sea una vivienda social no puede superar los 1.000 dólares”, afirmó. Otra de las áreas que interesa potenciar es el arrendamiento con opción a compra, dirigido particularmente “a los jóvenes que recién empiezan a formar su hogar y su profesión”, señaló.

Moreira ratificó la preocupación de su ministerio respecto de la problemática de los asentamientos. “Me niego a aceptar el crecimiento de los asentamientos, que son entre 600 y 650 a nivel nacional, [un número] que nos demuestra que algo está pasando. Sabemos que es muy difícil, pero no es imposible solucionar ese problema”, consideró. En ese sentido, propuso analizar los casos “asentamiento por asentamiento, porque cada uno tiene una realidad diferente”.

Promover la construcción en madera

Según indicó Moreira, el ministerio está trabajando para flexibilizar el Documento de Aptitud Técnica (DAT), que es el trámite que permite validar Sistemas Constructivos no Tradicionales para la producción de vivienda del MVOTMA. El objetivo es “dar posibilidad de que haya diferentes sistemas constructivos, que hoy son escasos y es muy difícil conseguirlos, porque tenemos DAT que están demorando desde un año y medio a dos –con viento a favor– hasta siete u ocho años”. La ministra aseguró que se buscará impulsar sistemas constructivos “que tienen autorización y respaldo estatal y de laboratorio en su lugar de origen”, para “hacer posible la construcción de las viviendas que aspiramos llevar adelante en este quinquenio”.

El caso concreto al que hizo referencia Moreira es el sistema constructivo en madera. La jerarca explicó que “si bien la academia posee una materia e, incluso, un posgrado en ese tipo de construcción, aún no tiene la aprobación del DAT, lo que lo inhabilita para ser utilizado por el ministerio”. “En Uruguay tenemos muchos montes plantados y estamos entregando nuestra madera sin valor agregado”, cuestionó, y agregó que la construcción en madera tiene un efecto favorable al medioambiente, que es la captura de dióxido de carbono. “Antes de entrar al ministerio me hubiera preguntado qué se quemaría primero, la casa de construcción natural o la de madera. Resulta que la madera es la que más demora. Por eso nos enfocamos en que el Banco de Seguros del Estado nos avale para darle un seguro”, anunció.

Para Moreira, lo más complicado “es cambiar ese chip que nos fueron inculcando desde muy chicos: el famoso cuento de ‘Los tres cerditos’”. A su entender, “la gente siempre prefiere el material”, pero, por el contrario, destacó que las casas de madera a las que hace referencia no son “casas de mala calidad”, sino casas “como las que hay en el sur de Brasil, en Bariloche o en Chile”. “Cuando hablo de agilitar, de aggiornar el DAT con otros sistemas alternativos, no es en desmedro de la calidad. Yo quiero construcción de vivienda, pero incluso de mejor calidad”, enfatizó.

En la misma línea, Hackenbruch afirmó que es necesario “cambiar el concepto en cuanto a tiempo de retardo en el fuego”, dado que la reglamentación de la Ley de Propiedad Horizontal “impide que la madera se pueda utilizar en propiedad horizontal, porque dice que los elementos tienen que ser ignífugos”. “Sin embargo, estos sistemas funcionan, por ejemplo, en Canadá, en Finlandia, en Estados Unidos, en Chile, en Brasil, por lo que no estamos inventando nada”, apuntó. Asimismo, señaló que “estos sistemas tienen 800 años” y que en el mundo “está habiendo un retorno a la construcción en madera, justamente porque la construcción tradicional impacta fuertemente en los gases invernadero y en el medioambiente”.