El ex presidente de la Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep) Ricardo Gil Iribarne explicó a la diaria que no planteó el desarchivo de la denuncia hecha por los viajes del ex secretario de Presidencia Miguel Ángel Toma, al volver de su licencia, porque no tenía “certezas de que hubiera algo irregular”. En las últimas horas, sus ex compañeros en el directorio de la Jutep Matilde Rodríguez Larreta y Daniel Borrelli declararon a la prensa que le dieron la oportunidad a Gil Iribarne de reconsiderar el caso -luego de haberlo cerrado- y este se negó, pese a que insistió en las sospechas que le generaba la respuesta de Presidencia.

Si bien Gil Iribarne sostuvo que respetaba la decisión que había adoptado el directorio durante su ausencia, cuando era presidente de la Jutep, según informó Búsqueda, dejó constancia de su desacuerdo con la información que solicitaron sus colegas, que a su entender era incompleta. En diálogo con la diaria, el ex jerarca consideró que se debió pedir el asesoramiento a la asesoría letrada del organismo, como se solicitaba “normalmente en todos los casos”, antes de tomar una decisión, pero lo “fundamental” era “saber exactamente por qué había viajado una contadora de la Secretaría Antilavado [Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo, Senaclaft], cuáles habían sido sus cometidos; un informe de lo hecho por cada uno, si a la vuelta del viaje habían informado qué habían hecho, qué reuniones tuvieron, qué informes produjeron”.

Entrevistado este martes en Desayunos informales de Teledoce, Borrelli acusó a Gil Iribarne de ponerse “el traje de héroe” con sus cuestionamientos, pero aseguró que en ese entonces le “restó importancia” al caso, al no querer desarchivarlo. Si bien no quiso responder a los “entredichos” de sus colegas, Gil Iribarne argumentó que no planteó reabrir la causa porque la denuncia que había llegado -de forma anónima y por correo electrónico- “era muy vaga, y lo que a mí me quedaba eran dudas, no certezas de que hubiera algo irregular”. Estas dudas, explicó, surgían de la participación de una contadora, cuando por su conocimiento “en el juicio de Roma no estaban planteados delitos económicos”. “Hasta donde sabía y hasta donde sé hoy, la Senaclaft no participó nunca en ese juicio, ni los temas de delitos económicos estuvieron en ese juicio”, aseveró.

No obstante, Gil Iribarne insistió en que no hay “elementos para afirmar que hubo o no hubo irregularidades” en el accionar de Toma. “Yo entendí que con esos elementos no era conveniente, por un tema de respeto institucional, que se desarchivara un caso por el que se había respondido a Presidencia que se estaba plenamente conforme con la respuesta”, continuó. Por otra parte, el contador público señaló que luego del archivo de la causa “no hubo margen” para volver a tratar el tema, debido a otros asuntos urgentes que el organismo estaba analizando -como los casos de Carlos Moreira y Pablo Caram- y porque poco tiempo después renunció Rodríguez Larreta y quedó solo en el directorio, “y la ley dice que un solo director no puede resolver absolutamente nada”.

Gil Iribarne asegura que respeta “mucho la institución Jutep” y que cuando dice que no comparte que el caso se archivara no atribuye a los directores “ninguna intencionalidad”. “Con el diario del lunes no estás en el día que pasaron las cosas; en el día que pasaron las cosas no había que reabrirlo, había que juntar más información para mostrar, incluso a mis colegas del directorio, que la reapertura no era un capricho del presidente, sino que había elementos”, insistió.

Por otro lado, apuntó que se trata de un tema que “en campaña electoral obviamente es manejable para distintos lados”. “Está claro que se presta y se va a seguir prestando para el uso político. Lo que yo opino es que nada de lo que se haga en corrupción debería asociarse al uso político partidario, [eso] es malo. Ahora parecería que en los últimos días el único tema son los viajes de Presidencia, y no lo es, ni posiblemente es el más importante”, consideró.

Sobre el video que comenzó a circular en los últimos días, en el que se ve a Toma acompañado de la contadora Giuliana Pérez Muñiz durante la transmisión de un partido de fútbol, Gil Iribarne fue tajante: “Posiblemente yo vaya contra la corriente de la opinión pública, pero yo entiendo que es un elemento absolutamente marginal e intrascendente”, apuntó. “Si yo viajo, voy y hago lo que tengo que hacer y trabajo ocho horas diarias en reuniones, de noche, cuando termino la reunión y cumplí mis obligaciones, lo razonable es que haga lo que tenga ganas de hacer: ir al cine, irme al hotel y dormir, ver la televisión o ver un partido de fútbol. Ir a un partido de fútbol en una misión no está mal”, expresó.