La normativa antilavado de Estados Unidos, al igual que ocurre en Uruguay, obliga a las entidades bancarias y a otros actores que intervengan en operaciones a realizar un reporte a la unidad de delitos financieros del país en caso de observar algún indicio sospechoso. Así ocurrió en 2015, cuando la FinCen estadounidense recibió una alerta por una serie de movimientos de fondos de una sociedad offshore registrada por el futbolista argentino Javier Mascherano en las islas Vírgenes Británicas, cuyo destino final fue Uruguay.

La información, publicada este lunes por el diario La Nación de Argentina, con colaboración del semanario Búsqueda, forma parte de la filtración de 2.100 reportes al FinCen presentados por bancos de todo el mundo que el sitio BuzzFeed News compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

El consultor especializado en normativa antilavado Ricardo Sabella explicó a la diaria que la particularidad de los controles en el sistema financiero de Estados Unidos es que cualquier operación hecha en dólares en cualquier parte del mundo queda registrada “en una cuenta de corresponsalía” en aquel país. Por eso, la filtración de los reportes involucra transacciones tan variadas.

En el caso de Mascherano, entre diciembre de 2015 y enero de 2016 realizó cuatro transferencias por montos de entre 226.000 y 290.000 dólares. El dinero partió de la offshore radicada en el paraíso fiscal centroamericano hacia el Deutsche Bank en Nueva York, de allí al Novo Banco de Portugal, para finalmente llegar a Uruguay al banco Bandes, en una cuenta a nombre de la financiera local Eurodracma —investigada como partícipe del entramado del Lava Jato en Brasil—.

El abogado del futbolista argentino explicó a La Nación que con ese dinero Mascherano hizo “dos inversiones inmobiliarias en Uruguay”: compró un campo en José Ignacio junto con otros socios y terminó de pagar la construcción de un edificio de tres pisos en el barrio Punta Carretas. Hoy este último inmueble está alquilado a la Embajada de Chile en Montevideo.

“El dinero estaba en una cuenta en Estados Unidos y Mascherano pidió que fuera transferido a Uruguay. No sabe por qué pasó por Portugal. La financiera que intervino en el destino final tuvo que ver con la inversión inmobiliaria”, detalló su abogado. A su vez, negó cualquier relación entre los movimientos de fondos de 2015 y la condena que recibió el futbolista ese mismo año en España, por evasión de impuestos mediante offshores del exterior.

Sabella expresó que los reportes que llegan al FinCen y fueron filtrados pueden incluir casos aún investigados por el organismo de delitos financieros, que fueron descartados por no encontrar elementos para avanzar, u otros que hayan sido remitidos a la Justicia, pudiendo estar aún en proceso o habiendo condena.

Agregó que “en los casos que involucran a instituciones financieras locales, no podemos saber si (aparte del reporte hecho por bancos en Estados Unidos) no hay también un reporte por lo inusual de la operación” a la Unidad de Información y Análisis Financiero del Banco Central, porque esta información es reservada.

Respecto del caso de Mascherano, el experto dijo que incluso en el peor escenario posible -que se trate de dinero que el futbolista evadió en España y blanqueó a través de las inversiones en Uruguay- no habría delito, ya que en 2015 la normativa local no contemplaba la evasión como delito previo al lavado de activos. Esa modificación legal rige desde 2018.