“Si no llego a la Intendencia voy a seguir trabajando por los montevideanos, con los ediles, los alcaldes y los concejales. Voy a seguir en política desde el lugar que me toque. No pienso en cargos todo el tiempo”. Así habla Laura Raffo, candidata única a la Intendencia de Montevideo (IM) por la “coalición multicolor”, sobre su futuro luego de las elecciones del domingo, que según todas las encuestas dejarán a su lema en segundo lugar, detrás del Frente Amplio (FA).

Sus propuestas, la alternancia en el poder, el debate ‒o la falta de‒ y hasta qué votó en el referéndum de empresas públicas de 1992 son algunos de los temas que conversó con la diaria.

Esta fue tu primera experiencia como protagonista de una campaña electoral. ¿Fue lo que esperabas?

No, porque fue una campaña rarísima. Como militante, de joven, era de ir a actos, revolear banderas y participar, siempre totalmente rodeada de gente, en todo tipo de lugares, pero no pudimos hacer actos de más de 60 personas, con distanciamiento y tapabocas. Lo que tampoco esperaba era tanto cariño de las personas: me depositan muchísima esperanza, me agarran del brazo y me cuentan sus problemas. No esperaba una receptividad tan grande de la gente en tan corto tiempo. Se ve que el hecho de que ya fuera una persona pública quebró una barrera y el clic fue inmediato: la gente que se cruzaba conmigo pasó de preguntarme a cuánto va a estar el dólar a contarme sobre la iluminación, la vereda y la basura.

¿El nivel de debate fue lo que esperabas?

Yo vengo con una historia laboral donde siempre se discute con base en ideas, cifras y propuestas. Me parece importante hablar del corazón de los temas, y no esperaba que hubiese tan poca discusión de los temas que hacen a Montevideo y que se haya caído tanto en la campaña del agravio. Yo conocía personalmente a Carolina Cosse y a Daniel Martínez, y cuando conocés a alguien personalmente no creés que te vaya a agraviar. El intercambio de ideas fue pobre, pero no de nuestra parte: tenemos un programa súper detallado, bajado a tierra, con planes de acción concretos.

¿Cuál es el problema qué más te repite la gente en las recorridas por los barrios?

La basura, sin duda. No hubo un solo vecino que no me hablara de un problema de basura, vaya al barrio que vaya. Es absolutamente transversal a todos los municipios, barrios y niveles de ingreso de la gente, pero lamentablemente está más presente cuanto más te alejás del centro de Montevideo. Hacia las afueras ya no sólo está presente el microbasural alrededor de los contenedores y la falta de limpieza en la calle, sino que empieza a estar el gran basural, la cañada llena de basura, la chatarra acumulada y problemas de plombemia. Mi gran compromiso es convertir a Montevideo en un departamento limpio de una vez por todas.

¿Cómo?

Se arregla pensando radicalmente distinto a como se pensó hasta ahora, que se le echaba la culpa a la gente, si era sucia o no, en vez de poner el centro en los sistemas de recolección. El eslabón más fuerte de la cadena del círculo virtuoso de los residuos tiene que ser el de la IM en su recolección. Hoy la enorme mayoría de la basura de Montevideo se entierra en la usina Felipe Cardoso. Son 2.600 toneladas de basura diarias que se entierran sin posibilidad alguna de reconversión, con montañas de 40 metros de altura. Y en todos los municipios ‒excepto en el B‒ la IM tiene un único sistema de recolección: los contenedores verdes, que mezclan toda la basura, cualquiera sea el origen, y la tiran en Felipe Cardozo. La IM tiene que garantizar la recolección separada de los flujos de basura. Nosotros proponemos arrancar con orgánico e inorgánico, y pedirle la colaboración a la población, que clasifique en el hogar. Pero nunca le podés pedir la colaboración a la población si no le garantizás que vas a cumplir tu parte.

¿Hay algo de los 30 años del gobierno del FA en la IM que rescatarías como positivo?

Lo que se avanzó en saneamiento. El Plan Director de Saneamiento fue avanzando, se hizo en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo y llegó a un buen nivel. Aún falta darle solución a los asentamientos que se establecieron en lugares donde el saneamiento no llega. También se avanzó en intervenciones urbanas de espacios verdes, en distintos barrios. Igual, ayer estábamos en Casabó y una vecina me dijo “está todo bien con las plazas”, y no sólo me mencionó el problema de la basura y de las ratas “tamaño gato”, sino también que no tiene iluminación y el ómnibus no llega cerca. Entonces, sin duda son importantes los temas en los que se avanzó, pero hay problemas muy básicos que aún prevalecen.

Uno de los planteos sobre transporte que figura en tu programa es rediseñar los recorridos de los ómnibus “para que atiendan las verdaderas necesidades de los vecinos”.

Los recorridos los diseña la IM, no se puede lavar las manos. Hace entre 30 y 40 años que no se hace un rediseño total de las líneas. Ya lo hablé con las cooperativas de transporte y con Cutcsa: todos coinciden en que no se han rediseñado las frecuencias para contemplar el crecimiento poblacional que tuvo Montevideo, porque no se pensó en nuevos sistemas. Entonces, hoy tenés barrios a los que llega la línea local, que pasa solamente a determinada hora y después de las 20.00 no pasa, y de mañana si perdés el de las 8.00 tenés que esperar una hora más. Eso hace que el transporte público vaya perdiendo pasajeros. Lo mismo pasa en las horas pico. Yo ya hablé con las compañías de transporte también para poder establecer flotas adicionales, para que la gente no viaje tan aglomerada; si será importante, más en tiempos de pandemia. Entonces, es cuestión de gestionarlo mejor y de ponerlo como prioridad. Si no se hizo no fue porque no se puede hacer, sino porque no hubo voluntad.

En uno de los spots de tu campaña se señala que el FA prometió “un Montevideo seguro” pero “no todo”. La seguridad es potestad del Ministerio del Interior (MI). ¿Qué se puede hacer desde la IM en ese aspecto?

Muchísimo. Para empezar, el tema de la iluminación es crucial y es lo que más reclaman los vecinos; y no por falta de infraestructura porque la columna de luz está, lo que faltan son las luminarias porque las roban. Nunca se instalaron luminarias anti vandálicas y hay un gran retraso con la iluminación. También mejor convivencia vecinal, apoyada en un trabajo conjunto con el MI y el Ministerio de Desarrollo Social, para que los concejales y los alcaldes sean los que trabajen con el entramado social de cada barrio y con acciones culturales que vamos a llevar adelante mediante nuestro plan “Montevideo te invita”. Para que los problemas de relacionamiento y de convivencia en los barrios se puedan solucionar de manera pacífica. La IM es un actor fundamental porque da territorialidad, que es algo que no tiene a veces el gobierno central. Entonces, es fundamental la iluminación, la convivencia y cuidar los terrenos baldíos para dar un entorno más seguro.

En el capítulo del programa titulado “Montevideo para vos” se dice que se busca una ciudad “sin prejuicios, que abrace la diversidad, que respete a todos y haga de la inclusión su fortaleza”. ¿Te parece que la IM no ha tenido en cuenta la diversidad?

No me parece. Me parece que se empezó a trabajar por un buen camino, pero hay mucho para profundizar. La IM creó la Asesoría para la Igualdad de Género y la Secretaría de la Diversidad, y esos son primeros pasos. Para profundizar el trabajo en esa materia, por ejemplo, nos parece muy importante una mirada hacia adentro: aún en la IM existe una brecha salarial ente mujeres y hombres, de 19%, y hay mucha menor presencia de funcionarias mujeres en cargos de dirección. O sea que todavía queda por hacer un trabajo interno, y hacia afuera hay que hacer más cosas. Se empezó con las políticas anti acoso callejero, que han sido buenas; tenemos que garantizar una ciudad libre de violencia. Para profundizarlas presentamos las paradas seguras. Ya está hablado con el sistema de transporte y se puede implementar desde el primer mes que asumamos el gobierno: cualquier mujer que necesite bajarse en horario nocturno en un punto le puede pedir al chofer del ómnibus que pare y le van a parar fuera de las paradas asignadas. Eso ya está hablado con las compañías de transporte y no hay ningún problema. La segunda política anti acoso es una buena práctica que se implementó en Lima con muchísimo éxito: cuando en el ómnibus sufrís una situación de acoso, tú o cualquier testigo puede mandar un mensaje a una central y adentro del ómnibus se avisa por altoparlante que se produjo una situación de acoso, generando una condena social inmediata. No sabés cómo bajó el acoso en los ómnibus en Lima con esta política.

Te escuché hablar de lo bueno de la alternancia en el poder, pero hay ejemplos de intendencias que llevan incluso más años que el FA en Montevideo; por ejemplo, en San José gobierna el Partido Nacional desde 1985. ¿El tema es la alternancia o cómo se hacen las cosas?

Si hay temas sin solucionar, la alternancia en el poder es muy sana. Desconozco en profundidad el caso de San José, pero imagino que quienes habitan ese departamento si ven que hay temas sin solucionar van a terminar votando a otro partido. Yo trabajé en distintas organizaciones, y cuando recién entrás a trabajar muchas veces preguntás por qué esto se hace de esta manera, y la respuesta más común es “No sé, porque siempre se hizo así”. Lo que genera la continuidad de un mismo partido es que quizás no se cuestione cómo se venían haciendo las cosas. Tenemos que pensar en cómo administrar mejor, porque hay cosas que me llaman la atención. Cuando me entero de que se gastó medio millón de dólares en bancos de la plaza Zabala, que a los pocos meses se tuvieron que levantar, me cuestiono: ¿en qué otras cosas se habrá gastado medio millón de dólares sin que valiera la pena?

Cosse dijo que no tenés “ninguna experiencia en la gestión pública” y que “estaría bueno” que empezaras “de abajo” para que veas “cuánto cuesta construir”.

Te soy sincera, la campaña de agravios es algo en lo cual no voy a entrar, no es mi estilo.

Pero eso no es un agravio. ¿Tenés experiencia en gestión pública?

Tengo experiencia de más de 20 años en todo tipo de organizaciones. Entonces, tratar de minimizar los conocimientos de quien compite contigo es una forma de no hablar de lo que estás proponiendo. Me hubiese gustado que Cosse y los demás integrantes del FA hubiesen tenido el coraje de debatir con tranquilidad y altura, hablando de las cosas que le importan a la gente y no atacar por atacar.

El senador comunista Óscar Andrade escribió hace pocos días en su cuenta de Twitter: “Uno nunca se olvida de la primera vez que votó. Más si te interesa la política. Raffo es un año mayor que yo, así que nos tocó participar por primera vez de una elección en diciembre de 1992 [referéndum para anular la ley de empresas públicas]. Yo voté contra la venta de Antel. No sé ella. Capaz que alguien le pregunta”.

¿Yo voté en ese referéndum? Debo haber votado. Claro que disfrutás de cada vez que votás, me parece fundamental. Cada vez que voy a votar lo primero que hago es hablarle a mis hijos de la importancia de tener la credencial y de disfrutar cada posibilidad de voto.

Pero no contestaste qué votaste.

Es que realmente no me acuerdo ni si voté. Tengo que haber votado en ese referéndum. ¿No? Me voy a fijar en el sello de mi credencial; todavía tengo de las viejas, con papel.