Por primera vez el Banco Interamericano de Desarrollo será presidido por una persona que no es de América Latina, una tradición no escrita del organismo. El sábado fue electo para ese cargo el estadounidense de ascendencia cubana Mauricio Claver-Carone, por 23 votos de 28 posibles. Entre esos votos favorables a su candidatura, la única presentada, estuvo el del gobierno de Uruguay.
Claver-Carone, asesor para las Américas del mandatario estadounidense Donald Trump, fue propuesto, además de por ese país, por El Salvador, Guyana, Haití, Israel y Paraguay. Entre otros países, Colombia, Brasil y Bolivia apoyaron su nombramiento, por lo que superó ampliamente la mayoría requerida entre los países miembros de la región para hacerse con el cargo y del 66,8% de los votos de los gobernadores de los estados miembros (que se definen en función del capital social que cada país aporta a la institución). En tanto, Argentina, Chile, México, Perú y Trinidad y Tobago, así como los países de la Unión Europea (UE) que integran la institución, decidieron abstenerse de la votación. “Esta victoria es para América Latina y el Caribe”, dijo Claver-Carone en un comunicado enviado a la agencia de noticias Efe poco después de su elección.
Durante la sesión del 9 de setiembre de la comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, el canciller Francisco Bustillo se refirió el tema y dijo, sin dar muchos detalles, que el presidente Luis Lacalle Pou había sido “claro en cuanto al apoyo al candidato Mauricio Claver-Carone”. El jerarca dijo que daría más explicaciones acerca de este apoyo en una próxima sesión de la Comisión de Asuntos Internacionales de esa cámara. En tanto, el presidente de dicha comisión, el frenteamplista Daniel Caggiani, publicó un hilo en Twitter cuestionando la designación y recordando críticas a Claver-Carone formuladas por el ex secretario de Estado estadounidense John Kerry y por la UE. “Se trata de un representante genuino de la visión más patotera con la que se suelen abordar los asuntos multilaterales y regionales desde hace algunos años en el gobierno norteamericano. No se podría imaginar un perfil más opuesto al de Enrique Iglesias”, escribió Caggiani, que consideró que esta es “otra decisión del gobierno de Lacalle recostada en la posición de Estados Unidos para la región”.