La “tibieza” de la derecha latinoamericana es un “denominador común de la región” y el “principal motivo de su fracaso”, asegura la periodista y licenciada en Ciencia Política argentina María Zaldívar, en un artículo que publicó en La Gaceta de la Iberosfera y que es reproducido por la publicación Nación, que se distribuye entre los socios de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Oficiales de las Fuerzas Armadas.

Según dice Zaldívar, Mauricio Macri en Argentina, Sebastián Piñera en Chile, el corto período de Jeanine Áñez en Bolivia, Iván Duque en Colombia y “me adelanto a afirmar que Luis Lacalle Pou en Uruguay, son la expresión política de un diagnóstico equivocado respecto de la ferocidad de las fuerzas ideológicas que el mundo enfrenta”. Para la autora, en estos casos el “mal juicio” de los mandatarios y ex mandatarios deriva “inexorablemente, en una elección errada de los caminos para enfrentarlas”.

La autora considera que “su tic universalmente amigable del ‘centrismo’ los hace derrapar hacia una actitud paciente y complaciente con lo inaceptable, de la cual la izquierda se aprovecha”. Se trata, agrega, de “nuevos ‘moderados’” que “no entendieron el espíritu del reclamo popular”: “La gente estaba harta de la calesita de caras que durante décadas jugaron el juego de la silla alrededor de distintos cargos públicos. Se cansaron de ellos, siempre los mismos, de su ineficiencia y de su complicidad con un sistema que solo beneficia a la burocracia a la que pertenecen, naturalmente; pero no los querían menos firmes, no los querían blandos, laxos, dóciles ni maleables. No les gusta verlos retroceder ante el avance del autoritarismo y la violencia marxista, ni dudar, bajar la voz o agachar la cabeza cuando hay que imponerse airadamente para defender los valores de la vida y de la democracia liberal”.

Si bien la autora considera que es posible un debate “entre diferentes” cuando entre ambas partes existe “predisposición al diálogo y al entendimiento del otro”, esa actitud no puede ejercerse con la izquierda, porque es “el opuesto a la democracia”, ya que es “intolerante y esencialmente autoritaria”. “No concede, impone; no colabora, resta. La izquierda no escucha, no negocia, no concede. La izquierda toma y arrasa”, considera. Según sostuvo, “intentar el diálogo con los sectores radicalizados de la política es un juego de cartas entre dos con distintas reglas o, mejor dicho, con reglas para uno solo”.

Al finalizar su columna, Zaldívar se refiere a la Carta de Madrid, un documento impulsado por el líder del partido ultraderechista español Vox, Santiago Abascal, que denuncia que el avance del comunismo en el mundo supone una “seria amenaza” para el “desarrollo” y la “prosperidad” de la “Iberosfera”, la denominación que usa este político español para referirse a España y toda América.

Las preguntas para el presidente

Otra publicación de Nación, esta vez escrita por César Fontana, cuestiona al actual gobierno por haber hecho “poca cosa” sobre temas “extrapandemia”, aunque asegura que “en temas judiciales-penales poco se puede hacer mientras exista una Fiscalía General cuyo titular tenga quizás más poder que un ministro de la Suprema Corte de Justicia y al cual el señor presidente y/o su Partido no quiere enfrentar”.

Fontana, no obstante, se pregunta “en qué han quedado las mentadas auditorías” e ironiza con que “algo de ello se habló antes de las elecciones”. También se pregunta qué fue de la gestión para sacar a los “comunicadores ‘compañeros’”, en referencia a periodistas supuestamente afines al gobierno anterior, aunque destaca que el único aporte en este punto fue “una pequeña ‒aunque loable‒ gestión del Sr. [Gerardo] Sotelo”. “Ah, pero esos comunicadores compañeros trabajan en empresas privadas, no se les puede tocar, dirán algunos. Caramba, caramba, el día de los inocentes es el 28 de diciembre. Hay maneras y maneras, y que conste que no estoy proponiendo ilegalidad alguna”, sugirió.

Fontana también cuestiona a Lacalle Pou por reunirse con el ex presidente ya fallecido Tabaré Vázquez. “A mí me gustaría saber qué hablaron el señor presidente con el ex del Prado un día que llegó de una visita a Rivera y prestamente, se observaba por sus ropas, rumbeó para la casa de la calle Buschental. ¿Qué pasaba? ¿Nos querían invadir los ‘sin tierra’? Nunca lo sabremos”.

Al autor tampoco le pasaron desapercibidos sus diálogos con la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse. “¿Qué va a hablar de la pandemia con la Ing. Cosse? ¿Acaso no sabe, su gente no le ha dicho lo que es vox populi, que el FA ha boicoteado todas y cada una de las medidas sanitarias propuestas por el Ministerio de Salud Pública y el comité de científicos?”, finaliza.