Desde mitad de año el gobierno tomó la determinación de implementar un nuevo mecanismo de ajuste en el precio de los combustibles, que contempla ajustes cada mes en función del precio de paridad de importación (PPI), un cálculo teórico que sirve como referencia y realiza la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea). El PPI de cada mes se mide en función de reglas predeterminadas que buscan seguir el precio internacional del petróleo, que viene mostrando un período al alza en las últimas semanas, y para el próximo ajuste se toma en cuenta el período entre el 26 de setiembre y el 25 de octubre.
En ese informe, al que accedió la diaria y que ya fue elevado al Ejecutivo, se marca la siguiente variación en el mes del precio ex planta –para el precio al surtidor resta sumarle los márgenes de la cadena secundaria y los costos de distribución– de los distintos combustibles: 4,38% la nafta Premium, 4,59% la nafta Super, 13,83% el gasoil 50 S y 13,81% el gasoil 10 S –de uso marginal–.
Si bien no hay un traslado lineal del PPI al valor en surtidor según la regla establecida por el gobierno, la variación es muy similar. También se toma en cuenta el denominado “factor X”, que representa cerca de tres pesos, alude a los “sobrecostos” de Ancap y, según definió el gobierno, se suma a las anteriores cifras para llegar al valor final.
Con base en esta referencia, y como un mensaje de Ancap respecto de su realidad financiera y de producción, es que el Poder Ejecutivo evalúa la decisión sobre las tarifas. Desde que rige el nuevo esquema, hubo tres aumentos mensuales y una baja –tomando todo el período la nafta aumentó 12 pesos y el gasoil, 9,54 pesos–, mientras que a finales del mes pasado se decidió no efectuar cambios pese a lo marcado por el PPI. Esta decisión, que recibió cuestionamientos de analistas, por apartarse de la regla preestablecida, tuvo relación con la “ganancia extraordinaria” que obtuvo Ancap en virtud de la exportación de energía de UTE a Brasil, para lo que deben prenderse las centrales térmicas que funcionan con petróleo.
Este martes el presidente Luis Lacalle Pou habló del tema y defendió el nuevo sistema de fijación de precios, aunque advirtió en cuanto al proceso de suba del crudo a nivel internacional: “Uno querría que el precio del crudo fuera otro, pero en esta fijación transparente, cuando hay que aumentar se podrá aumentar, pero si Ancap da ganancias, como viene dando, tenemos la posibilidad de que esa X se transforme no sólo en negativa, sino que ayude a disminuir eventualmente [el precio de] los combustibles. No estoy dando ninguna noticia, simplemente es el camino que se puede llegar a recorrer”.
Según supo la diaria, por estas horas se analiza la decisión, teniendo en cuenta precisamente esas dos cuestiones: que Ancap mantiene una “ganancia extraordinaria” por la venta de energía a Brasil que realiza UTE, pero también que el crudo va en ascenso.
El barril de crudo Brent se ubica en torno a 85 dólares, con un aumento de 7% el último mes y previsiones de que podría crecer hasta las tres cifras. Según la analista Seema Shah, estratega jefe de Principal Global Investors, citada por El País de Madrid, “tenemos los ingredientes para una crisis energética potencialmente duradera”.