“El señor ministro de Salud Pública, el doctor [Daniel] Salinas, mintió en cuanto a la cantidad de socios que tiene Casa de Galicia, se olvidó nada más y nada menos que de 5.000, que económicamente no es un tema menor, y mintió también al decir que la administración actual de gobierno nos dio 20 millones de dólares”, dijo en una conferencia de prensa desde Casa de Galicia, en la sede del barrio Sayago de Montevideo, Alberto Iglesias, presidente de la institución.
El ministro de Salud dijo este martes en una rueda de prensa que hace 18 meses que se le otorgó a la mutualista un fideicomiso por 20 millones de dólares y ahora “pide 12, y pide 12 millones de dólares más sabiendo que en 2020 están comprometidos 100% de los fondos Fonasa [Fondo Nacional de Salud]. La institución cuadriplica la media de endeudamiento del sector”. Sin embargo, Iglesias declaró este miércoles que “Casa de Galicia recibió en el año 2019, durante el último período de gobierno del doctor Tabaré Vázquez, un apoyo a partir de que cuando asumió la actual directiva, en octubre del año 2018, yo [Iglesias] me reuní con el aquel entonces presidente Vázquez, a quien le dimos a conocer nuestra visión, hacia dónde queríamos llevar la institución y todos los errores cometidos en los últimos 30 años que queríamos corregir.
Agregó que, a partir de eso, “Vázquez comprendió y apoyó decididamente” a Casa de Galicia, que accedió a los “recursos suficientes para normalizar la situación que se daba en aquel momento”. Según dijo, a partir de esa ayuda se “pudo realizar importantísimas obras y hoy tenemos el mejor centro de diálisis del país, el mejor banco de sangre, el mejor centro de endoscopía, y recuperamos el sanatorio fundacional de la institución, entre tantas otras cosas”.
“Estamos en proyectos nuevos, pero gracias a nuestros recursos naturales, porque de la actual administración no recibimos nada” y “nos apena muchísimo que se vista con ropa ajena y quiera decir que lo que nos dio Vázquez tuvo algo que ver, porque es una gran mentira”, subrayó.
Detalló que “el convenio que se hizo en 2019, en el que estuvo incluida la FUS [Federación Uruguaya de la Salud], figuraba que, en 60 cuotas, durante cinco años y a pedido nuestro, se nos retengan los recursos necesarios para asegurar el salario de todos los trabajadores, para que no estén sin cobrar durante largos lapsos de tiempo como llegó a suceder, y es así que llevamos 21 meses asegurando los salarios”.
Iglesias manifestó que, “en base a las decisiones del doctor Salinas, de no permitirnos acceder a nuestros recursos del Fonasa, Casa de Galicia se ve condicionada y no va a poder pagarle al BPS [Banco de Previsión Social]”, pero que los integrantes de la directiva “no serán los culpables de las decisiones de Salinas, que le miente a la ciudadanía y al Presidente de la República, no se puede permitir este atropello”. “Y que [Salinas] tampoco lo disfrace de tecnicismos ni de informes tecnócratas, porque no corresponde”, remarcó.
“Es grave que le esté negando a Casa de Galicia un fideicomiso con dos años de gracia y ocho años para pagar, cuando es una banca privada la que nos permite poner la casa en orden y terminar nuestras obras”, agregó el presidente de la mutualista, haciendo referencia a un fondo de garantía mediante la utilización de un fideicomiso previsto por la Ley 18.439 sobre el que todavía no tienen respuesta y que les permitiría acceder a un préstamo ofrecido por el Banco Santander por 12 millones de dólares. En un comunicado publicado el viernes, la mutualista informó que la junta directiva asumió en octubre de 2018, con 64 millones de dólares de endeudamiento y un patrimonio negativo por 7,7 millones de dólares.
Ante la consulta de por qué supone que el MSP no le autoriza a Casa de Galicia usar el fondo de garantía de las cuotas del Fonasa para crear el fideicomiso que la institución necesita, Iglesias dijo que “todas las instituciones de la salud tenemos endeudamientos según el camino que nos ha tocado recorrer, pero al parecer para el ministro en algunos no es tan serio y se les puede dar millones de dólares, mientras que a otros no se les puede dar los 12 millones que necesitan”. “Es injustificable”, entendió.
“Es una canallada lo que Salinas plantea. Si entramos en cesación de pagos es por culpa de él, y esto no va a quedar así; recurrimos a la Justicia porque es un poder independiente”, sostuvo y agregó que este jueves concurrirán al Parlamento a hablar con los presidentes de las cámaras de Diputados y Senadores. El presidente de Casa de Galicia manifestó que es necesario que “Salinas explique por qué hace lo que hace por otras instituciones y a Casa de Galicia la quiere llevar al extremo”. “No vamos a permitir que se salga con la suya, y le estamos diciendo que vamos a ir hasta el final. La verdad está de nuestro lado y del lado de los trabajadores, con quienes vamos a ir al Parlamento”, sentenció.
Consultado sobre qué va a pasar con los usuarios de la mutualista, dijo que él “se lo pregunta también”, pero que la actual administración ha demostrado que es hábil, que puede funcionar adecuadamente y que brinda altísima satisfacción a los usuarios. Asimismo, sostuvo que “si se los desplaza” es un “hecho político” y no será él quien podrá dar esa respuesta. “La tendrá que dar el Poder Ejecutivo”, afirmó.
Sobre los informes de los veedores que el MSP declaró confidenciales, dijo que “son altamente favorables y que además los veedores que los ejecutaron fueron contratados por el propio ministerio, el que ahora los declara secretos”, expresó Iglesias. “¿En qué Uruguay estamos? Este es un Uruguay de mafia que combatí y combatiré toda la vida”, expresó.
La financiación del sistema mutual y los afiliados
Por una ley de 2007 se creó el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), una reforma política que implicó, entre otros cambios, que los trabajadores deriven un porcentaje del sueldo a cambio de tener cobertura mutual para ellos y sus familiares directos, en un plan que fue incorporando por etapas a distintos colectivos. El dinero no va a las instituciones sino al Fonasa, y el Estado tiene un acuerdo con las mutualistas para efectuar pagos en función del número de afiliados, por medio de las denominadas cápitas, que son la principal fuente de ingresos de las instituciones médicas.
Según una fuente que estudió el sector, las cápitas responden al promedio de gastos del sistema, lo que determina que aquellas instituciones con un funcionamiento deficiente –en comparación con las demás– vean acrecentadas sus pérdidas y deban recurrir de nuevo al Estado como garante, pero por otra vía. Es así que se crean fideicomisos financieros, por los que un banco o inversores, por intermedio del mercado de valores, les prestan dinero para saldar deudas y enfrentar déficits operativos a cambio de los pagos futuros de cápitas que recibirá una mutualista.
Las cápitas que se abonan a las mutualistas se dividen en ocho categorías para hombres y mujeres, y el valor del pago tiene forma de letra U: es más alto en el primer año de vida y en los posteriores a los 60 años, y menor en los años de vida adolescente y adulta, donde se supone que el asociado hace un menor uso del servicio.
Al menos desde 2014 Casa de Galicia arrastra problemas económicos. En aquel año consiguió un préstamo del Banco República para iniciar una reestructura, pero ya en 2015 se comenzó a estudiar la posibilidad de un fideicomiso junto al gobierno, ya que la situación no había mejorado.
Finalmente, en 2019 se otorgó el aval, con la condición de cumplir 74 puntos preestablecidos para realizar una reestructura, y en diciembre Casa de Galicia consiguió colocar títulos de deuda por 28 millones de dólares mediante el fideicomiso.
En parte, los problemas responden a la pérdida de afiliados y, por ende, de ingresos por cápitas. Los afiliados vía Fonasa, que suelen representar 80% del total en las mutualistas, llegaron a un pico de 50.000 en 2013 para Casa de Galicia y comenzaron a descender hasta llegar a los 39.000 actuales. Se trata de un nivel de usuarios similar a Comero, institución médica de Rocha, o Camcel de Cerro Largo, y por debajo del Evangélico, Sociedad Universal o el Círculo Católico, así como de otros prestadores del interior del país.