En el Día de la Armada Nacional su comandante en jefe, Jorge Wilson, centró el discurso oficial del acto en la plaza Virgilio en el rol de la Armada en la situación actual del país. Ante el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y el ministro de Defensa, Javier García, Wilson reivindicó el papel de la Armada para mantener la soberanía uruguaya y resaltó la falta de personal especializado y la carencia de plataformas y flotas actualizadas para realizar el trabajo.
Wilson afirmó que la Armada se enfrenta a dos desafíos en particular: “la degradación del material” y la “reducción de los cuadros de personal superior, debido al permanente desbalance entre los egresos de la Escuela Naval y los pases a retiro voluntario del personal superior, situación motivada, entre otras razones, por la incertidumbre respecto del marco legal”. Sobre este punto remarcó que “impacta de forma muy contundente”, porque se pierden “oficiales con especialidades y capacitaciones en las que no se ha podido generar los reemplazos correspondientes, con la afectación en múltiples y variadas áreas de trabajo de la Armada Nacional”.
El comandante en jefe aseveró que “para saber lo que ocurre en el mar y aplicar la ley hay que estar allí, y para poder ejercer el control se requieren los medios adecuados. Cuando el Estado no puede ejercer su autoridad, es decir, su poder soberano, estamos en presencia de un Estado con un mar fallido”. Más adelante resumió: “Es imprescindible e impostergable la renovación de nuestra disminuida y envejecida flota naval”.
Con respecto a la flota comentó que se desarrolla un proceso de renovación en este período, que comenzó en buena parte con el gobierno pasado. En particular, subrayó “la licitación para la construcción de una base de uso múltiple en el litoral oeste en proximidades de Fray Bentos” y la próxima incorporación de tres buques guardacostas que llegarán desde Estados Unidos en el primer semestre del año que viene. Además, comentó que se mantienen las “múltiples aproximaciones con países amigos por la donación de medios para atender los requerimientos de sustitución del material dado de baja recientemente”.
Sobre esta situación también habló el ministro de Defensa, quien apuntó al proceso de renovación de la flota, que está previsto que llegue hasta el final del período de gobierno. García aseguró que “en los próximos días” se terminará con el “tramiterío” en relación a la flota que llegará de Estados Unidos.
“Lo que hoy está navegando tiende a cero: barcos de 60 años; en condiciones de operar adecuadamente sobran los dedos de una mano para contarlos. Estamos en una situación crítica, pero la estamos enfrentando para que el futuro mediano e inmediato cambie radicalmente. Vamos a tener una Armada que cumpla sus funciones”, estableció García.
El ministro resaltó que además de la modernización de la flota, se apuntala un “proceso de descentralización”. En este sentido celebró, al igual que Wilson, la construcción de una base naval en el oeste “para tener apostado un número importante de efectivos que puedan servir también cuando hay maniobras”.
Consultado sobre la cantidad de bajas de recursos humanos que sufre la Armada, García respondió que esto se debe a una combinación del bajo salario del funcionario militar en comparación con los sueldos que ofrece el sector privado y la falta de motivación que provoca una flota que no se puede utilizar, por no estar en condiciones. “La desesperanza es muy importante”, resumió el ministro, y agregó que “por eso tener equipamiento moderno, tener capacidades que se habían perdido va de la mano de poder terminar con la pérdida de recursos humanos”.