El fin de semana sesionó el Comité Central del Partido Socialista (PS) y realizó un balance del proceso electoral y un análisis a futuro del sector y del Frente Amplio (FA). En ese marco, Carlín Susaye, Darcy de los Santos, Emiliano Molinari, Fernando Isabella, Flavia Coelho, Gabriela Bovio, Julio Bango, Laura Bauer, María José Rodríguez, Viviana Piñeiro y Yerú Pardiñas, dirigentes de la llamada “ala renovadora”, presentaron un documento, al que accedió la diaria, para aportar al plan político futuro del partido.

En el documento se señala que el proceso electoral dejó un “sabor amargo”, pero el objetivo de mencionarlo “no es cobrar cuentas internas”, dado que entienden que “esa actitud tiene mucho que ver con la situación actual del FA y de nuestro PS”, sino señalar “elementos” para buscar explicar los resultados de los comicios. En concreto, los dirigentes sostienen que el “ímpetu reformista” de los gobiernos de la coalición de izquierda “mostró una energía decreciente”. En el balance se menciona el primer gobierno, en el que se “pusieron a andar más de tres décadas de acumulación programática y que por momentos hacía muy difícil seguir y comprender en toda su cabalidad las reformas impulsadas”; el segundo gobierno, en el que hubo “señales contradictorias dentro del mismo Poder Ejecutivo”; y el tercero, en el que se continuó con las “dificultades en la agenda de transformaciones, falta de renovación a todo nivel y una llamativa incapacidad de reacción política”.

Otro de los puntos que menciona el documento es la dificultad del FA para transmitir los cambios impulsados. “No podemos dejar de marcar que en esa incapacidad de calibrar la relevancia de las transformaciones que se estaban produciendo y de la necesidad de transmitirlas, comunicarlas y defenderlas, también hay una debilidad ideológica flagrante que llevó a que, muchas veces, entre realidades verdaderamente transformadoras, y eslóganes fáciles, muchos compañeros y compañeras se refugiaran en estos últimos”, se afirma.

En cuanto al vínculo del FA con el interior, los dirigentes manifiestan que hubo problemas para desarrollar las transformaciones de “igual manera”, y dificultades para promover la promoción de la agenda de derechos. “Las alianzas estratégicas derivadas de esa agenda de derechos estuvieron desarrolladas muy fuertemente en el área metropolitana, mientras que en el interior, hasta por un factor demográfico, tuvieron poco peso, generando incluso efectos contrarios a los buscados”, se afirma en el documento.

Asimismo, se manifiesta que hubo un error por parte del FA al tratar a “todo lo rural por igual” en referencia a la “oligarquía rural”, “generando la idea de tener gobiernos de espalda al campo, concepto muy explotado por la derecha”. También se sostiene que los problemas de comunicación del FA con el interior llevaron a que “caudillos locales sacaran rédito de nuestras acciones en el territorio hasta el extremo de apropiarse de su realización”. A modo de ejemplo, se refieren a la política de descentralización de la coalición de izquierda y la creación de los municipios y plantean su contracara: “Lejos de ser una política descentralizadora, en el interior no ha hecho más que concentrar el poder en los caudillos del Partido Nacional. Es una cuestión que debemos integrar al debate, sin duda, y debe ser parte de nuestra autocrítica”, se afirma.

La discusión interna

En el documento se analiza el desempeño electoral del PS y la situación interna del sector. Sobre el primer punto, se señala que “el PS cosechó una pésima performance electoral, con caída de casi 50% de votos tanto a nivel nacional como en Montevideo y caídas relevantes en varios otros departamentos. Se encadena, es verdad, con un largo período de caída en la votación del PS, pero la profundiza”.

“Hubo incapacidad (o decisión negativa explícita) de mostrar la diversidad interna del PS como una fortaleza, que podría ampliar la llegada del mensaje político del partido a otros sectores sociales y culturales, y diversificar nuestros voceros. Evidentemente nuestros conflictos internos jugaron un papel relevante en la pérdida de votación”, se afirma.

En esta misma línea, se sostiene que el PS no pudo mostrarse como un “articulador” o una opción “diferenciada de los grandes espacios del FA. A todo esto, también se hace un balance negativo de las políticas de alianzas escogidas. “A nivel nacional, nuestros aliados de sublema [Casa Grande, lista 5005, Movimiento de Alternativa Socialista, Participación, Acción e Integración Social] votaron pésimamente mal, no aportando nada a la también pésima votación del PS. Además la apuesta a la creación de un espacio político permanente quedó herida de muerte, ante la mala votación y la muy escasa representación parlamentaria obtenida”, se concluye.

En el último tiempo varios dirigentes han abandonado el sector político por diversos motivos. El hecho más reciente que motivó la renuncia de varios dirigentes fue la decisión del PS de apoyar a Carolina Cosse a la Intendencia de Montevideo en lugar de Daniel Martínez, dirigente del PS. En relación a estos problemas internos, los dirigentes manifestaron que estos problemas atañen a todo el partido: “A quienes optaron por irse del partido en la proximidad de las instancias electorales ante un resultado interno negativo a sus interesas, a quienes optaron por filtrar a la prensa sus interpretaciones interesadas de nuestras diferencias internas, pero también a quienes desde la mayoría de la dirección y de la institucionalidad partidaria, no pudieron, o no quisieron, generar un clima de unidad y entendimiento e incluir a todos y todas en la toma de decisiones clave. El proceso que culminó en la decisión de apoyar a la compañera Carolina Cosse en Montevideo es la muestra más clara de eso”, se afirma.

Asimismo, se sostiene que la conducción actual del PS, liderada por el secretario general, Gonzalo Civila, ha ignorado al ala renovadora. “Entendemos que la actual conducción partidaria optó explícitamente y desde el comienzo de su gestión por prescindir de la minoría del PS. Esto choca de frente con la situación en el período anterior de dirección, en el que la distribución de los espacios de conducción interna era equitativa”.

Por otra parte, se cuestiona que frente a la renuncia de históricos dirigentes del PS, la dirección se haya limitado a “procesar administrativamente la desafiliación”. “Nuestro PS perdió no sólo el aporte desinteresado, la capacidad y la experiencia de tantos y tantas (más de 300, sin dudas), sino la enorme acumulación política que representaban”, se afirmó.

A futuro

Los dirigentes renovadores entienden que el FA tiene que asumir su rol de oposición, ejerciendo “activamente la función de control del gobierno, de denuncia ante el desmantelamiento de los avances sociales construidos en los pasados 15 años, de diálogo y cercanía con la ciudadanía, pero también de proposición activa que muestre que impulsamos un proyecto radicalmente diferente al del gobierno”.

En el corto plazo, ante la eventual postergación del Congreso y las elecciones internas, los dirigentes socialistas plantean que es necesario involucrar a los militantes del interior y a las bases. Asimismo, manifiestan que la propuesta de una candidatura única a la presidencia del FA “no debe transformarse en un acuerdo de cúpulas que aleje a tantos y tantas frenteamplistas de la toma de decisiones internas”. Según supo la diaria, los renovadores entienden que es necesario respetar la democracia que existe en el FA y, en el caso de que se presenten múltiples candidaturas, abrir la disputa electoral.

A su vez, se afirma que es necesario contemplar los criterios sanitarios pero “sin suspender indeterminadamente nuestro cronograma”. Sobre este punto, los dirigentes que firmaron el documento entienden necesario buscar alternativas para posponer el cronograma actual pero no más allá de setiembre, dijo una fuente.